Francisco Pizarro González (1478 – 1541) fue un gran conquistador español. Lideró la expedición y conquista de Perú, y derrotó al Imperio Inca. Fue nombrado Gobernador de Nueva Castilla y fundó su capital, la actual Lima. También participó en la expedición que descubrió el Mar del Sur (Océano Pacífico). En CurioSfera-Historia.com, te explicamos la biografía de Francisco Pizarro.
Ver la biografía de Pedro de Alvarado
Qué vas a encontrar aquí
- 1 Introducción
- 2 Nacimiento
- 3 Viaje a América
- 4 Descubrimiento del Mar del Sur
- 5 Los trece de la fama
- 6 Primera expedición al norte de Perú
- 7 Regreso triunfal
- 8 La conquista de Perú
- 9 Captura y muerte de Atahualpa
- 10 Toma de Cuzco
- 11 Gobernador de Nueva Castilla
- 12 Guerra civil entre conquistadores
- 13 Muerte
- 14 Cronología de la vida de Francisco Pizarro
Introducción
Francisco Pizarro, el hombre que cambió radicalmente los destinos del área andina, no sabía escribir y firmaba con una cruz. Su cuna era humilde, prefería la acción a los discursos y en más de una ocasión se avergonzó de su incultura. Sin embargo, su figura es en sí misma un ejemplo de la grandeza que determinadas personas pueden alcanzar en momentos históricos excepcionales.
Tras el descubrimiento de América por Cristóbal Colón, Pizarro fue el alma de la conquista de América, junto con Hernán Cortés. Ha de ser considerado uno de los más genuinos representantes de las virtudes y defectos que llevaron a un puñado de españoles hasta el Nuevo Mundo. Así dieron testimonio tanto de su audacia y valor, cuanto de su pérfida astucia y crueldad. Su biografía refleja esta contradicción. Veamos cuáles son los hechos principales de la vida de Francisco Pizarro.
Nacimiento
Francisco Pizarro nació el 16 de marzo de 1478 en Trujillo, Cáceres (España). Era hijo natural del capitán Gonzalo Pizarro y de Francisca González Mateos, considerada por unos historiadores sirviente en un convento de monjas y por otros simple cortesana.
Si bien no es cierta la leyenda que le presenta abandonado de recién nacido a la puerta de una iglesia. Sí es cierto que trabajó como porquerizo durante algún tiempo antes de dirigirse a Sevilla. Curiosamente, según el cronista López de Gomara, huyo a Sevilla porque se le habían escapado los cerdos que cuidaba y quiso eludir el castigo. Poco más se sabe de su infancia y juventud, salvo que entre 1494 y 1498 sirvió con su padre en las guerras de Italia.
Viaje a América
Con solo 24 años, en 1502 Francisco Pizarro emprendió viaje hacia el Nuevo Mundo en la expedición de Nicolás de Ovando. Poco más se sabe de sus primeros años en América, aunque se cree que estuvo en la isla de La Española (actual Cuba).
En 1508 estaba en Santo Domingo dispuesto a embarcarse en la expedición que Alonso de Ojeda iba a dirigir a la costa norte de la actual Colombia. Allí participó en la fundación de la colonia de San Sebastián y resistió como el primero los repelidos ataques de los indios, provistos de un arma desconocida para los españoles: las flechas envenenadas con curare.
Hasta San Sebastián llegó poco después el denominado «caballero del barril», Vasco Núñez de Balboa, así llamado por haber huido de esta guisa de los acreedores que le acosaban en La Española. Junto a Balboa fundó Pizarro Santa María de la Antigua del Darién.
Descubrimiento del Mar del Sur
También junto a Núñez de Balboa, atravesó el istmo de Panamá en 1513 para llegar al Mar del Sur, rebautizado luego por Fernando de Magallanes con el nombre de océano Pacífico. De este último acontecimiento levantó acta el escribano real, consignando el nombre de Francisco Pizarro en tercer lugar, mas sin su firma, porque era iletrado.
Nombrado Pedro Arias de Ávila gobernador del Darién, tierra también llamada Castilla del Oro, encomendó a Pizarro en enero de 1519 una delicada operación: apresar a Balboa, al que se acusaba falsamente de preparar una conspiración. Aunque la orden le desagradaba, Pizarro la cumplió sin protestar. El mismo año Balboa fue ejecutado, pero en sus muchos escritos desde la prisión nunca se quejó del que había sido su amigo y fiel subordinado
Los trece de la fama
Francisco Pizarro se convirtió en uno de los hombres más importantes de Panamá. Había hecho fortuna y en 1523 era un tranquilo hacendado que administraba sus posesiones con sobriedad y eficacia. Pero esta paz era sólo el preludio de grandes empresas.
Las noticias que sobre el río Birú o Pirú trajo Andagoya de sus exploraciones hacia el sur despertaron su interés por recorrer tan fantásticas tierras, que se encontraban en el límite de lo conocido. Para ello se asoció con Diego de Almagro y el clérigo Hernando Luque y partió de Panamá a fines de 1524 con una nave, dos canoas y ochenta hombres. El viaje resultó desastroso y quedó interrumpido en Chicama, desde donde los expedicionarios decidieron regresar.
Pizarro no se dio por vencido e inmediatamente preparó una segunda expedición, que iba a resultar tan penosa como heroica. Tras recorrer las islas de las Perlas y el golfo de San Mateo perpetuamente hostigados por los indígenas, los viajeros llegaron en septiembre de 1526 a la isla del Gallo agotados y hambrientos.
Pizarro resolvió enviar a Almagro a Panamá en busca de refuerzos y permanecer en la inhóspita isla alimentándose de los escasísimos víveres que les quedaban. El nuevo gobernador de Panamá, Pedro de los Ríos, al conocer por Almagro su desesperada situación, autorizó la salida de dos barcos en misión de rescate.
Cuando las naves llegaron a la isla del Gallo, Pizarro se negó a regresar. Hizo entonces algo que ha pasado a los anales del más puro heroísmo: dando grandes voces, llamó la atención de todos. Desenvainando la espada, trazó en el suelo una línea simbólica, pasando luego sobre ella e invitando a los que la atravesaran a seguir con él hacia el sur en busca de la gloria que sin duda les esperaba.
Fueron trece hombres los que cruzaron la línea marcada por Pizarro en la húmeda tierra de la isla del Gallo. Se les llamó después «los trece de la fama». Aunque sus nombres poco pueden decirnos, no hay duda de que por sus venas corría la mejor sangre de la vieja y luchadora Hispania.
Primera expedición al norte de Perú
De la isla del Gallo, los trece pasaron a la de la Gorgona. Allí esperaron cinco largos meses a que se uniera a ellos Bartolomé Ruiz, quien desde Panamá traía víveres, nuevos hombres y un permiso del gobernador para explorar durante seis meses más las ignotas tierras del sur.
El grupo de esforzados continuó la marcha y recorrió el golfo de Guayaquil, pasando luego por las ciudades incas de Túmbez, Payta, Sechura, Tangarata, Motupe y Coaque, y por las tierras donde después fundaron San Miguel y Trujillo.
En todos estos lugares fueron bien acogidos por los indígenas, celebrando con ellos varios banquetes al fin de los cuales Pizarro les instaba a que acataran la soberanía española alzando el pendón de Castilla. Los indios siempre dieron gusto a su huésped en esta ceremonia, aunque sin comprender su significado, con lo que el descubridor se daba por satisfecho.
Regreso triunfal
A finales de 1527, Pizarro regresó triunfante a Panamá, donde se le dispensó un recibimiento apoteósico. Había descubierto la costa norte del actual Perú (así llamado por el río Birú) y penetrado en los dominios del Imperio Inca, el Tahuantinsuyo.
Ante las posibilidades de conquistar aquel vasto territorio, Pizarro y sus socios solicitaron el apoyo del gobernador Pedro de los Ríos. Como éste se mostró reacio a ayudarles, el de Trujillo se trasladó a España, donde fue magníficamente acogido por el emperador Carlos I. Éste le concedió la hidalguía y le nombró capitán general, adelantado, alguacil mayor y gobernador de 200 leguas en la costa de Nueva Castilla, pues así fueron bautizadas las tierras del Perú.
La conquista de Perú
El 19 de enero de 1530 Pizarro salió de Sevilla con destino a las Indias. Le acompañaban nuevos expedicionarios, entre ellos sus hermanos Hernando Pizarro (el mayor y único legítimo de todos), Gonzalo Pizarro y Juan Pizarro. Precisamente la confianza y respaldo que tendría para con Hernando, intrigante y ambicioso, iba a crear dificultades entre los socios.
De aquella época datan los primeros desacuerdos entre Pizarro y Almagro, que se sentía defraudado por los escasos privilegios recibidos por él en comparación con los otorgados a su compañero. Un año después, en 1531 Pizarro emprendió el viaje con 180 hombres y 3 navíos. En Túmbez tuvo noticias de la guerra civil que dividía el Imperio Inca: Huáscar, el rey legítimo, residía en Cuzco y estaba enfrentado a su hermano Atahualpa, cuyo centro de operaciones se encontraba en Cajamarca.
Aprovechando estas luchas internas, Pizarro se internó en el país y fundó la primera población española, que llamó San Miguel de Piura. A continuación se dirigió a Cajamarca a fin de encontrarse con Atahualpa, que había conseguido derrotar a su hermano y proclamarse caudillo de los incas.
Captura y muerte de Atahualpa
Cajamarca era una formidable fortaleza en torno a la cual se hallaban acampadas las fuerzas de Atahualpa. Los españoles, tras ser invitados por el nuevo soberano, entraron en la ciudad temiendo ser víctimas de una encerrona y se entrevistaron con él en la explanada del castillo.
Pizarro había decidido emular a Hernán Cortés en su encuentro con Moctezuma y, a una señal suya, sus huestes comenzaron a disparar los arcabuces y a voltear sables y picas mientras él tomaba prisionero a Atahualpa. Se produjo una gran matanza de indios atemorizados por la metralla y los caballos, a los que consideraban seres inmortales, y el ejército del jefe inca quedó fuera de la fortaleza y no pudo rescatarle.
Atahualpa ofreció a Pizarro, en pago por su libertad, tanto oro como cupiera en una de las más grandes salas de su palacio. Entre tanto, desde el interior del mismo, el caudillo inca continuó dando órdenes a sus tropas. Una de ellas fue el ajusticiamiento de Huáscar, que había sido capturado. La cabeza de éste llegó a sus manos poco después sin conocimiento de los españoles, disimulada como vasija para beber ceñida por una lámina de oro y con un tubo de plata entre los labios. Así la mantuvo Atahualpa a la vista, regocijándose de ser rey absoluto.
Poco después intentó dar órdenes secretas para que sus grandes caciques levantaran el país contra Pizarro. Se formó juicio contra Atahualpa ante el temor a un levantamiento y Pizarro. Presionado por sus oficiales y por Almagro, lo sometió a un rápido proceso y lo ejecutó después de bautizarle. Con ello, al menos quedaba garantizado su inmediato ingreso en el Paraíso.
Toma de Cuzco
Seguido por el grueso de sus huestes, Pizarro partió hacia Cuzco, pero antes, para dar cierta legitimidad a su política con los indios, proclamó nuevo emperador inca a Túpac Hualpa. El recién designado jefe murió camino de la ciudad y fue sucedido por su hermano Manco Inca, con quien Pizarro hizo su entrada en Cuzco el 15 de noviembre de 1533.
En los meses siguientes, todas las provincias incaicas cayeron en poder de los capitanes del adelantado Pizarro. Con ello se consumaba la ocupación del Imperio Inca por los conquistadores españoles.
Gobernador de Nueva Castilla
Por aquel entonces, el adelantado de Guatemala Pedro de Alvarado, acababa de llegar a las costas del Perú con un importante contingente de hombres y caballos dispuesto a conquistar el Reino de Quito. Como había invadido su gobernación, Pizarro envió para detenerle a Belalcázar y Almagro. Durante la expedición, Belalcázar conquistó Quito y se unió a Almagro, el cual había logrado que Alvarado desistiese de su propósito comprándole sus fuerzas por ciento cincuenta mil monedas de oro.
Convertido así también en la práctica en único dueño del Perú, Pizarro fundó las ciudades de Jauja, Río de Bamba, Trujillo. Pizarro también fundó Lima, a la que el 6 de enero de 1535 puso el nombre de Ciudad de los Reyes y proclamó capital de los territorios conquistados.
Por orden suya, su hermano Hernando Pizarro se trasladó a España para comunicar al emperador la toma de Nueva Castilla. Debía entregar la parte que correspondía a la corona del tesoro de Atahualpa y exponer las peticiones del adelantado y su lugarteniente Almagro.
El emperador Carlos I concedió a Francisco Pizarro el título de marqués, así como la ampliación de su gobernación de 200 a 270 leguas. Para Almagro fue el gobierno de Nueva Toledo, de 200 leguas, situada al sur de las posesiones de Pizarro, y el nombramiento de sucesor para cuando éste falleciese.
Guerra civil entre conquistadores
Desde el descubrimiento del Perú, Almagro había soñado con gobernar en solitario aquel rico país. Ahora que se veía equiparado en jerarquía a su socio a raíz de los nombramientos, la ruptura se hizo inevitable.
La opulenta Cuzco fue inmediatamente el objeto de la primera disputa seria entre ambos, pues cada uno consideró que por razones geográficas correspondía a su gobernación. Aprovechando la ausencia de Pizarro, Almagro tomó posesión de la ciudad y sus alrededores y encarceló a sus hermanos Juan y Gonzalo.
El adelantado acudió presto a liberarlos y logró llegar a un acuerdo con su díscolo capitán, convenciéndole además de que emprendiese la conquista de Chile. Almagro aceptó el reto y preparó la expedición para el invierno de 1536.
El viaje de Almagro fue un completo desastre. Las ásperas soledades del desierto de Atacama se atragantaron a los españoles, que hubieron de renunciar a su propósito y regresaron a principios del año siguiente. El regreso del decepcionado Almagro coincidió con el levantamiento de Manco Inca, provocado por los abusos que los hermanos de Francisco Pizarro habían cometido contra los indígenas.
Lima y Cuzco fueron asediadas, aunque las tropas indias, carentes de la debida preparación, se revelaron incapaces de tomarlas. Aprovechando estas turbulentas circunstancias, Almagro entró de nuevo en Cuzco con su ejército, prender a Hernando Pizarro y obligar al cabildo municipal a que le declarase gobernador de la ciudad.
La guerra entre ambos conquistadores estaba servida. Aunque Pizarro exigió y logró que su hermano fuera puesto en libertad, Almagro se negó a abandonar Cuzco y se preparó para luchar contra su antiguo jefe. La mediación de fray Tomás de Berlanga, obispo de Tierra Firme, fracasó estrepitosamente.
Las hostilidades dieron comienzo inmediatamente. Una vez más, la guerra civil entre españoles, fruto de su desmesurada codicia, era una trágica realidad en América. Almagro se retiró con sus hombres a Guaytará, donde el terreno le era más propicio. Tras unos meses en que ninguno de los dos ejércitos consiguió imponerse al otro, los almagristas se hicieron fuertes en las antiguas salinas indias de Cachipampa, situadas a unos cinco kilómetros al sur de la ciudad de Cuzco.
Allí tuvo lugar el choque definitivo el 26 de abril de 1538 (Batalla de las Salinas), alcanzando los pizarristas una victoria completa. En aquella batalla, bautizada con el nombre de Las Salinas, formaron en el bando de Francisco Pizarro dos hombres importantes: Francisco de Orellana, que sería el descubridor del río Amazonas, y Pedro de Valdivia, que años después conseguiría culminar con éxito la obra en la que Almagro había fracasado: la conquista de Chile.
Pizarro no dudó en ajusticiar a Almagro, hecho prisionero en el campo de batalla. Una vez Cuzco en su poder, el adelantado convirtió su gobernación en el centro de la expansión colonizadora. Procedió a la distribución de encomiendas para la agricultura y explotación minera del país, al tiempo que fundaba nuevas ciudades.
Muerte
La resistencia contra sus tropas continuó, fomentada tanto por Manco Inca como por los almagristas, organizados en torno al hijo de Almagro. El descontento contra Pizarro subió de tono y la corona hubo de encargar a Vaca de Castro que zanjara la disputa entre los dos bandos. Esto aceleró una conspiración acaudillada por el hijo de Almagro y secundada por «los de Chile», almagristas acérrimos que habían acompañado a su desaparecido jefe en las penosas jornadas de Atacama.
El 26 de jumo de 1541, los conjurados asaltaron el palacio en Lima de Pizarro al grito de: «¡Viva el rey! ¡Mueran los tiranos! ¡Almagro! ¡Almagro!» Pasando a cuchillo a cuantos les salieron al paso. Llegaron a las estancias del adelantado, quien se sorprendió de tan fiera irrupción y exclamó: «¿Qué desvergüenza es ésta? ¿Por qué me queréis matar?» Por toda respuesta, los amotinados se lanzaron contra él.
Francisco Pizarro murió el 26 de junio de 1541 en Lima asesinado por los almagristas. Una estocada en el cuello le hizo sentir el frío de la muerte. Después de caer al suelo, aún tuvo tiempo de trazar con su sangre una cruz, la única firma que siempre supo hacer, y besarla murmurando lúgubremente el nombre de Cristo. El viejo capitán de la conquista, aunque ya contaba sesenta y tres años, se defendió bravamente del aluvión de estocadas con la armadura entreabierta y una capa enrollada en el brazo.
Cronología de la vida de Francisco Pizarro
A continuación puedes encontrar un resumen de la biografía de Francisco Pizarro en forma de cronología o línea del tiempo (timeline). Así no te perderás ningún acontecimiento o hito importante de la vida de Francisco Pizarro:
- Año 1478: Francisco Pizarro nace en Trujillo (Cáceres), España.
- Año 1494-1498: Participa con su padre en las guerras de Italia.
- Año 1502: Parte para las Indias en la expedición de Nicolás de Ovando.
- Año 1508: Se encuentra en el Darién con Alonso de Ojeda.
- Año 1513: Forma parte de las huestes de Balboa en el descubrimiento del Pacífico.
- Año 1515: Pedro Arias de Ávila le ordena apresar a Balboa.
- Año 1519: Toma parte en la fundación de Panamá.
- Año 1524: El 14 de noviembre parte en dirección sur-sudeste.
- Año 1526: Segunda salida. Permanece en la isla de la Gorgona con «los trece de la fama». Recorre la costa norte del Perú.
- Año 1527: Regresa triunfante a Panamá.
- Año 1529: En España se entrevista con Carlos I y firma las capitulaciones para la conquista de Nueva Castilla o Perú.
- Año 1531: De regreso al Nuevo Mundo emprende la expedición de conquista del Perú.
- Año 1532: El 14 de noviembre llega a Cajamarca. Captura de Atahualpa.
- Año 1533: Ejecución de Atahualpa. Entrada en Cuzco.
- Año 1535: El 26 de enero funda Lima.
- Año 1537: Almagro ocupa Cuzco y apresa a Hernando Pizarro.
- Año 1538: El 6 de abril se produce la batalla de Las Salinas. Ejecución de Almagro.
- Año 1541: El 26 de junio un grupo de almagristas asesina a Pizarro en Lima.
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