Hernán Cortés (1485 – 1547) fue un explorador y conquistador español. Capitaneó la expedición para la conquista de México y el fin del Imperio Azteca a principios del siglo XVI. Los nuevos territorios pasaron a formar parte de la Corona de Castilla bajo el nombre de Nueva España. Por sus logros, se le otorgó el título de marqués del Valle de Oxaca. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos la biografía de Hernán Cortés.
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Qué vas a encontrar aquí
- 1 Nacimiento, educación y juventud
- 2 Viaje a América: Cuba
- 3 La conquista del imperio mexica
- 4 Camino de Tenochtitlán
- 5 Guerra y alianza con Tlaxcala
- 6 En la capital del Imperio Azteca
- 7 Lucha entre españoles
- 8 La matanza del templo mayor
- 9 Rebelión y La Noche Triste
- 10 El asedio de Tenochtitlán
- 11 Primer regreso a España
- 12 Descubrimiento de California
- 13 Segundo regreso a España y muerte
- 14 Cómo era Hernán Cortés
- 15 Cronología de la vida de Hernán Cortés
Nacimiento, educación y juventud
Hernán Cortés nació el 1488 en Medellín (Badajoz). No se conoce el mes ni el día de su nacimiento. Su padre era don Martín, hacendado de noble linaje, y su madre doña Catalina, mujer de gran religiosidad.
Como la posición económica de la familia era lo suficientemente desahogada, sus padres enviaron a Hernán a la Universidad de Salamanca, donde estudió durante dos años latín, gramática y leyes. Su padre, don Martín, quería verle convertido en juez o catedrático, pero el joven era demasiado inquieto y dos años de aulas y libros bastaron para cansarle. Fue entonces cuando, al parecer, inició su dilatada carrera de donjuán con un lance tan narrado como legendario.
En una cita nocturna, una tapia que se derrumba en el momento más inoportuno, un marido celoso que sale al ruido y unas cuchilladas que dieron con el señor Cortés en el hospital. Tanto las cicatrices como la afición a las damas lo acompañarían hasta su muerte. Recobrada la salud, y viéndose sin oficio ni beneficio, determinó trasladarse a Nápoles, pero no pasó de Valencia y allí permaneció cerca de un año. Luego regresó a Medellín y, escuchó las narraciones de sus paisanos sobre el Nuevo Mundo.
En ese momento comprendió claramente cuál era su destino: viajar a las Indias y allí labrarse un porvenir, alcanzar la fama, hacer fortuna, conseguir honores. No era el único en tener ese sueño, pero sería el primero en realizarlo plenamente.
Viaje a América: Cuba
Cortés partió en 1504 para La Española (actual República Dominicana y Haití) , estableciéndose en la isla como escribano de la villa de Azúa. Siete años después se alistó en la empresa conquistadora de la isla Fernandina (Cuba), organizada por Diego Colón (hijo de Cristóbal Colón)y llevada a cabo por Diego de Velázquez.
Pero no llegó a desempeñar cargos militares sino burocráticos, ya que se le nombró tesorero de la Real Hacienda. Recién fundada Santiago de Baracoa, se instaló en la ciudad como agricultor y negociante, dedicándose a la cría de vacas, ovejas y cabras.
Al tiempo que sus asuntos prosperaban, mantuvo algunas diferencias con el gobernador Velázquez, tanto en el terreno amoroso como político. Pasó algunos meses entre rejas y se fugó dos veces, para acabar casándose con Catalina Juárez y reconciliándose con el gobernador.
El joven impulsivo y vicioso fue dejando paso al hombre maduro, sereno y diplomático, animoso y diestro, tal como nos lo retrata el cronista Bernal Díaz del Castillo. Por ello, cuando se planteó una ambiciosa expedición a tierra firme, Velázquez no dudó en nombrarle capitán de la misma. Pensó que en él se combinaban las necesarias condiciones de atrevimiento, ingenio y capacidad de obediencia.
La conquista del imperio mexica
El 18 de noviembre de 1518, Hernán Cortés zarpó rumbo al Yucatán al frente de once navíos. En Ellos viajaban cien marineros, quinientos soldados, doce cañones y dieciocho caballos, los cuales habrían de resultar de una importancia decisiva.
A principios de marzo de 1518 la flotilla recaló en la desembocadura del río Tabasco después de recoger a un náufrago llamado Jerónimo de Aguilar, que había aprendido la lengua maya durante su estancia entre los indios yucatecos y que les serviría de intérprete. En Tabasco tuvo lugar el primer choque con los autóctonos, a los que vencieron después de una dura refriega y tras la intervención providencial de la caballería. Los nativos nunca habían visto este tipo de animales.
Caballo y jinete, recubiertos de brillante armadura, eran a sus ojos monstruos portentosos, una especie de dioses terribles como el trueno y el rayo. Cortés descubrió inmediatamente la causa del espanto de los indígenas. Desde entonces, cuando alguno de sus corceles moría en el combate, ordenaba que lo enterraran secretamente, para que los amerindios no llegasen a saber que aquellos extraordinarios seres eran vulnerables.
Una vez ganada la primera batalla, Cortés entabló negociaciones valiéndose de los buenos oficios de Jerónimo de Aguilar. Los naturales empezaron a pensar que aquellos extranjeros eran poco menos que dioses y los colmaron de regalos, entre los que se incluían veinte doncellas.
Una de ellas, bautizada con el nombre de Marina, se convirtió en compañera y fiel auxiliar de Cortés. Esta indígena, llamada también Malinche, que hablaba las lenguas azteca y maya, pronto aprendió el idioma de los conquistadores y pudo actuar en los años siguientes como insustituible emisaria e intérprete de Cortés.
Camino de Tenochtitlán
Los jefes de aquellas tribus regalaron también a los expedicionarios presentes de oro y, cuando se les preguntó de dónde procedía el codiciado metal, contestaron: «Moctezuma señor del Imperio Azteca, es quien lo posee».
A partir de ese momento, la capital del emperador Moctezuma, la ciudad de Tenochtitlán, se convirtió en el objetivo primordial de los españoles. Más aún cuando empezaron a llegar emisarios del soberano con regalos valiosísimos, puesto que Moctezuma había decidido causar buena impresión a aquellos hombres blancos. Los llamaban «hijos del dios Quetzalcoatl» a consecuencia de una antigua leyenda según la cual un día llegarían procedentes del mar y ocuparían sus territorios.
Cortés bordeó la costa hacia el norte y fundó la ciudad de Veracruz, donde sus acompañantes lo nombraron capitán y justicia mayor. Con ello, los lazos de dependencia respecto al gobernador de Cuba quedaron rotos, y el conquistador sólo tendría que justificar en adelante su actuación ante el propio rey Carlos I.
Para recabar la aprobación del monarca, Cortés decidió enviar un buque a España con diversas cartas y parte de los tesoros recogidos. Pero cuando la nave se hizo a la mar, descubrió una conspiración tramada por algunos de sus subordinados partidarios de Diego de Velázquez para capturar el bergantín y asesinar a sus oficiales.
Cortés castigó severamente a los responsables y, para cortar toda comunicación con Cuba e impedir futuras deserciones, ordenó que los barcos fuesen destruidos. A partir de ese instante, no quedaba otra posibilidad que seguir adelante.
La marcha hacia el corazón del Imperio Azteca fue emprendida a continuación. Las huestes de Cortés entablaron relaciones amistosas con algunas tribus que encontraron. Aprovechando que muchas de ellas albergaban sentimientos hostiles hacia Moctezuma, quien aparte de gravarlas con impuestos excesivos les arrebataba a los hombre para hacerlos soldados y a las doncellas para que sirviesen como esclavas.
Guerra y alianza con Tlaxcala
Al llegar al rocoso y helado país de los tlaxcaltecas, tribu indomable que se había negado siempre a pagar tributo a Moctezuma y a la que los aztecas no habían podido subyugar, Cortés se dispuso a intercambiar presentes con los caciques para ganarse su apoyo. Sin embargo, los indígenas hicieron gala ante los españoles de su talante belicoso y los obligaron a librar una de las más sangrientas batallas de toda la historia de la conquista de América.
Una vez más, la caballería fue el artífice de la victoria y los bravos tlaxcaltecas fueron rechazados. Al día siguiente, Cortés era invitado a entrar en la ciudad de Tlaxcala bajo una lluvia de flores, pues quien había derrotado a tan temibles guerreros merecía ser considerado un héroe y un amigo. En adelante, los tlaxcaltecas iban a ser aliados de Cortés y a prestarle una serie de inapreciables servicios.
En la capital del Imperio Azteca
Poco después tendría lugar el negro episodio de la matanza llevada a cabo en la ciudad sagrada de Cholula, una de las más firmes aliadas de Moctezuma. Allí, los españoles fueron recibidos con notable hostilidad y pronto llegó a oídos de Cortés que se preparaba un plan para dar muerte a los indeseables extranjeros.
El jefe de los expedicionarios reaccionó con extrema dureza y ordenó asesinar fríamente a los principales personajes de la ciudad y a los soldados que la protegían. En total más de dos mil indígenas, mientras varios cientos de tlaxcaltecas llamados secretamente por Cortés invadían el lugar impidiendo toda resistencia.
Así pues, sólo faltaba la etapa final para alcanzar la soñada meta de Tenochtitlán. Unos cuatrocientos españoles y alrededor de cinco mil tlaxcaltecas componían la expedición que se puso en camino hacia la capital mexicana. El 8 de noviembre de 1519 los conquistadores llegaron a Tenochtitlán, actual ciudad de México. Fueron bien recibidos por Moctezuma, asignándoseles incluso el palacio de Axayacatl para su alojamiento.
Durante la primera semana todo marchó bien y Cortés se dedicó a recorrer la ciudad, magnífica por sus calles y edificios, provista en abundancia de todo lo necesario y fiel reflejo del esplendor y el lujo de la corte del soberano azteca. Pero a pesar de la amistosa acogida dispensada por Moctezuma, los indígenas se mostraron desde el primer momento remisos a aceptar la soberanía española y a prestar acatamiento a un monarca lejano al que no conocían.
Además, Cortés cometió una imprudencia que contribuyó a hacer la situación más difícil. Los altares del gran templo de Tenochtitlán, ennegrecidos por la sangre seca de los sacrificios humanos y envueltos en una fetidez que los aztecas consideraban sagrada. Cortés perdió los estribos y exigió al emperador que le permitiera limpiar aquel sitio y erigir en su lugar un altar cristiano, tachando a los dioses locales de demonios indeseables y ávidos de sangre.
La reacción no se hizo esperar. Una noche, la fiel Malinche, compañera de Cortés, se presentó con la noticia de que los españoles estaban a punto de ser atacados. El extremeño decidió asestar un golpe de audacia y tomó como rehén a Moctezuma. Éste, avergonzado y con lágrimas en los ojos, no tuvo más remedio que dejarse conducir por los soldados Españoles fuera de su palacio, siendo llevado a la residencia de los hombres blancos.
Lucha entre españoles
A partir de ese momento, la vida de los conquistadores empezó a correr serio peligro. Aunque Moctezuma trató de que sus súbditos no se alarmasen y procuró que pagasen de buen grado los tributos que inmediatamente exigió Cortés, la tensión entre unos y otros llegó casi al límite. Además, por aquellas fechas se supo que una flota española enviada por Velázquez al mando de Panfilo de Narváez había anclado en Veracruz con el propósito de apresar a Cortés y conducirle a Cuba sin demora.
Hernán decidió abandonar Tenochtitlán y enfrentarse a las tropas que venían en su busca, dejando en la ciudad una guarnición al mando de Pedro de Alvarado. Cortés logró vencer a Narváez e incluso consiguió que parte de sus soldados pasaran a engrosar sus propias filas.
La matanza del templo mayor
Pero no pudo impedir la actuación imprudente de Alvarado, que desencadenó en Tenochtitlán una matanza ante el rumor de que iba a ser atacado, provocando con ello realmente la insurrección de los indígenas.
Los españoles fueron sitiados. Ni el rápido regreso de Cortés ni la intervención de Moctezuma consiguieron aplacar las iras del pueblo azteca. El primero pidió al segundo que intentara calmar a sus súbditos, el soberano accedió y se presentó ante los suyos. Pero en la vorágine de la revuelta ya había sido elegido un nuevo emperador y Moctezuma fue apedreado e insultado por quienes unas horas antes se postraban ante él.
Rebelión y La Noche Triste
Tener como rehén a un soberano que ya no gobernaba no podía servir de nada a los españoles. Por ello, mataron a Moctezuma, con la confianza de que la celebración de los funerales daría un respiro a los conquistadores. El plan de Cortés funcionó sólo en parte: la precipitada huida de los españoles ante el tenaz acoso de los aztecas ha pasado a la Historia como la famosa «Noche Triste» del 30 de junio de 1520.
Aunque aquella jornada costó cientos de vidas a los conquistadores y a sus aliados tlaxcaltecas. Cortés logró reorganizar sus huestes e infundirles nuevos ánimos, con tanto éxito que en plena retirada fue posible vencer a los aztecas en Otumba de un modo casi milagroso. Por fin, los españoles llegaron a Tlaxcala, donde se preparó la segunda conquista de Tenochtitlán.
El asedio de Tenochtitlán
La idea de volver a la carga parecía propia de un loco, pero una vez más la fortuna iba a acompañar al esforzado extremeño. Una feliz casualidad hizo que arribaran a Veracruz tres naves con provisiones y refuerzos, recibidos con alborozo por los quebrantados soldados.
Los planes del nuevo asedio fueron preparados minuciosamente y el sitio y caída de Tenochtitlán se llevó a cabo durante los meses de junio, julio y agosto de 1521. Pese a la denodada defensa que hizo de la ciudad el nuevo emperador azteca Cuauhtémoc, Tenochtitlán cayó en manos de los españoles el 13 de agosto de 1521. La capital azteca era ese día una vasta extensión de ruinas ardientes sembradas de cadáveres, la más cruda estampa de la desolación, la destrucción y la guerra.
Los primeros meses después de la conquista se dedicaron a la reconstrucción de la urbe. Mientras, los capitanes de Cortés consumaban la incorporación de los territorios que habrían de constituir el Reino de Nueva España o México, del que el extremeño fue nombrado gobernador y capitán general por el emperador Carlos I.
Siete años después, un viajero declaraba que no había en Europa ciudad superior a la capital del nuevo reino, tanto por su belleza como por su buen gobierno y contento de sus habitantes.
Primer regreso a España
Veinticuatro años pasó Cortés en tierras americanas hasta su primer regreso a España, donde se le recibió como un héroe nacional. Esto, a pesar de que se intrigaba activamente contra él e incluso se indujo al rey a sospechar que pretendía hacer de Nueva España un estado independiente. Por ello, la política del soberano, tendente a substituir en todos los casos a los conquistadores por funcionarios, no hizo excepción con Cortés, al que le fue retirado el título de gobernador.
Descubrimiento de California
De vuelta a México, durante varios años Cortés continuó sus exploraciones y recorrió las costas californianas, llegando a dar su nombre al actual golfo de California. Aunque se le había otorgado el marquesado del Valle de Oaxaca, con cerca de veintitrés mil vasallos, su proverbial prodigalidad y los costes de sus últimas empresas no agregaron nada a su fama y consumieron su fortuna en breve tiempo.
Segundo regreso a España y muerte
En 1540 volvió de nuevo a España y se encontró abocado a la vejez careciendo de recursos. De tal situación se quejaba ante su soberano, cuyo auxilio imploró en un memorial del año 1544, donde puede leerse:
«Pensé que haber trabajado en la juventud me aprovechara para que en la vejez tuviera descanso. Y así ha cuarenta y cinco años que me he ocupado en no dormir, mal comer, y a las veces ni bien ni mal; traer las armas a cuestas, poner la persona en peligros, gastar mi hacienda y edad, todo en servicio de Dios, trayendo ovejas a su corral desde lugares muy remotos de nuestro hemisferio, y dilatando el nombre y patrimonio de mi rey.
Véome viejo, pobre y cargado de deudas. Paréceme que al coger del fruto de mis trabajos, no debía echarlo en vasijas rotas y dejarlo en juicio de pocos, sino tornar a suplicar a Vuestra Majestad. (…) No ha de perderse lo que me otorguéis, porque no tengo ya edad para andar por mesones, sino para recogerme en mi casa a aclarar mi cuenta con Dios, pues la tengo larga, y poca vida para dar los descargos, y será mejor dejar la hacienda que el ánima.»
Permaneció Cortés en España por espacio de siete años, esperando recibir al fin alguna muestra de gratitud de la corona. Como ésta no llegó, quiso regresar a su hogar en México, pero la muerte le sorprendió cuando se dirigía a puerto para embarcarse. Hernán Cortés murió el viernes 2 de diciembre de 1547 en Castilleja de la Cuesta (Sevilla). Su última voluntad fue que sus restos se trasladaran a la tierra que había descubierto y, sin duda alguna, amado.
Cómo era Hernán Cortés
Al cronista Bernal Díaz del Castillo debemos la siguiente descripción de Hernán Cortés cuando contaba poco más de treinta años:
«Era de buena estatura, cuerpo bien proporcionado y fornido. Los ojos, en el mirar, unas veces amorosos y otras graves tenía el pecho alto y la espalda de buena manera. Era delgado y de poca barriga y algo arqueado. Las piernas y muslos bien sacados, y era buen jinete y diestro con todas las armas, así a pie como a caballo, y sabía muy bien menearlas, con corazón y ánimo, que es lo que hace al caso».
Sabemos también que Hernán Cortés era discreto en el vestir, moderado en la mesa y amigo de largas pláticas y educadas conversaciones. Dando con ello muestra, como dice Bernal, «de su carácter de gran señor».
Hasta ese momento, sin embargo, su biografía era tan sólo un conjunto de hechos vulgares y anécdotas dudosas. Antes de 1518, ni su nacimiento, ni sus estudios, ni sus amoríos, ni sus negocios, ni sus aventuras ofrecían rasgos excepcionales. Fue a partir de ese año cuando Cortés se reveló el más sufrido en los peligros y el más valeroso en la lucha. Un hábil diplomático y un esforzado administrador, consiguiendo que su figura empezase a cobrar una dimensión universal.
Cronología de la vida de Hernán Cortés
A continuación puedes encontrar un resumen de la biografía de Hernán Cortés en forma de cronología o línea del tiempo (timeline). Así no te perderás ningún acontecimiento o hito importante de la vida de Hernán Cortés:
- Año 1488: Nace Hernán Cortés en Medellín (Badajoz), España.
- Año 1504: Parte para La Española. Se establece en la isla como escribano.
- Año 1511: Participa con Diego Velázquez en la conquista de Cuba.
- Año 1518: El 18 de noviembre sale rumbo al Yucatán al frente de una escuadra de once barcos.
- Año 1519: En Tabasco, primer choque armado con los indígenas. Fundación de Veracruz. Ruptura con el gobernador de Cuba. Alianza con los tlaxcaltecas. Matanza de Cholula. El 8 de noviembre Cortés llega a Tenochtitlán. Cortés hace prisionero a Moctezuma.
- Año 1520: Cortés se enfrenta a Pánfilo de Narváez. Sublevación de Tenochtitlán. Los españoles abandonan la ciudad en la llamada Noche Triste (30 de junio-1 de julio). Victoria de los conquistadores en Otumba.
- Año 1521: Asedio de Tenochtitlán, que cae el 13 de agosto.
- Año 1522: Cortés es nombrado gobernador y capitán general de México.
- Año 1524: Reúne en sus Ordenanzas las directrices de su gobierno.
- Año 1528: Regreso triunfal a España.
- Año 1530-1539: Realiza varias expediciones por las costas de California.
- Año 1540: De vuelta en España, solicita el auxilio del rey ante sus numerosas deudas y litigios.
- Año 1547: Muere en Castilleja de la Cuesta (Sevilla) cuando se disponía a embarcar para México.
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Fuentes y bibliografía
– BENNASSAR, B. (2002). Hernán Cortés: el conquistador de lo imposible. Madrid. Editorial Temas de Hoy.
– CORDERO, A. (2021). Hernán Cortés: Más allá de la conquista. Madrid. Ediciones Nowtilus.
– GUTIÉRREZ, F. (1987). Hernán Cortés. Estella. Editorial Salvat.
– LAREDO, C. (1999). La intérprete de Hernán Cortés. Madrid. Edición Independiente.
– LEVY, B. (2008). Conquistador: Hernan Cortes, King Montezuma, and the Last Stand of the Aztecs. Nueva York. Bantam Books.
– MARTÍNEZ, F. (2014). Breve historia de Hernán Cortés. Madrid. Ediciones Nowtilus.
– MIRA, E. (2021). Hernán Cortés: Una biografía para el siglo XXI. Barcelona. Editorial Crítica.
– MIRALLES, J. (2001). Hernán Cortés. Inventor de México. Barcelona. Editorial Tusquets.
– TAMAMES, R. (2019). Hernán Cortés gigante de la historia. Barcelona. Erasmus Ediciones.
– AUTOR: CURIOSFERA-HISTORIA.COM
– FECHA DE PUBLICACIÓN: JULIO DE 2022