El teatro es un tipo de espectáculo que ha acompañado a la civilización humana desde tiempos muy antiguos. Un tipo de representación artística que siempre ha sido del gusto de todos en sus diferentes variedades. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos qué es el teatro: su definición, significado y concepto. Del mismo modo, te mostramos como ha sido su historia y evolución, todos los tipos de teatro que existen y también cómo es el edificio en el que se realiza.
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Qué es el teatro
Si te preguntas, ¿qué es teatro? debes saber que el significado de teatro es un término procedente de la palabra griega theatrón (θέατρον). Una traducción válida en español sería “lugar o sitio para la contemplación”. La definición de teatro es que es uno de los componentes de las Artes escénicas y vinculado con la actuación. En su desarrollo intervienen actores que reproducen una historia ante el público mediante la palabra, el canto, gestualidad, música, escenografía y sonidos.
Del mismo modo, también se utiliza la denominación o concepto de teatro para referirse al género literario que abarca a las obras y textos escritos para ser representados ante unos espectadores en vivo o mediante una grabación o retransmisión televisiva.
También se conoce como teatro al edificio o instalación donde se representan tradicionalmente las obras de teatro. También se incluyen en este ámbito espectáculos como el ballet, la ópera, monólogos o la pantomima.
Origen del teatro
Casi todos los estudios coinciden en que los primeros indicios del origen del teatro, o algo parecido, se encuentran en las primitivas ceremonias y rituales relacionados con la caza. Del mismo modo, tras la recolecta de la cosecha, se realizaban ritos de agradecimiento con música, cantos y danza.
Gran parte de estos rituales, se convirtieron en verdaderos espectáculos en los que se expresaban espiritualidad y se rendía devoción y culto a los dioses. Este tipo de manifestaciones litúrgicas o sagradas son un elemento fundamental para el nacimiento del teatro en todas la civilizaciones.
Hace miles de años, en Mesopotamia y en África, existían poblados y tribus que tenían un gran sentido de la mímica, los sonidos y el ritmo. Contaban con gran facilidad para imitar a los animales y contar grandes historias sobre sus cacerías.
En las noches, alrededor de un fuego, se explicaban increíbles historias que poco a poco fueron acompañadas de cierta música con tambores, canciones y disfraces. También sucedía algo similar con celebraciones y ritos religiosos, que se convirtieron en verdaderos espectáculos.
Pero los historiadores se preguntan si realmente se puede considerar a estas prácticas como teatro, ya que por lo general tenían una gran carga religiosa. Otros, en cambio, consideran que como mínimo, son lo más parecido a los orígenes del teatro de los que se tiene constancia.
Por tanto, si bien no se puede considerar estas prácticas como teatro, si se puede considerar que son los primeros indicios del origen del teatro. Una vez dicho esto, a las preguntas ¿dónde nació el teatro? y ¿quién inventó el teatro? La respuesta es que el teatro nació en la antigua Grecia entre los siglos V y VI a.C., en concreto en su capital, Atenas.
Los ciudadanos atenienses realizaban ceremonias en honor al dios de la vegetación y del vino Dionisio. Estos ritos evolucionaron poco a poco hasta convertirse en teatro. Siendo así en uno de los mayores avances culturales de la civilización griega. Tanto que en cada nueva ciudad o colonia, era imperativo la construcción de un edificio para el teatro.
Historia del teatro y su evolución
A lo largo de la historia del teatro hasta la actualidad, siempre ha estado en constante evolución. Por lo tanto, es evidente que han existido diversos tipos de teatro. Todos ellos con características y variedades distintivas que los diferencian entre ellos. Vamos a realizar un recorrido por el tiempo para ver cómo ha sido la historia del teatro ver a continuación los principales:
Teatro Antiguo Egipto
En tiempos del antiguo Egipto, hacia el año 2000 a.C., se tiene constancia de la realización de una especie de representaciones dramáticas sobre la muerte y posterior resurrección del dios Osiris.
En este tipo de “espectáculos” religiosos se empleaban actores provistos con máscaras para que la dramatización fuera más creíble. Pero como hemos comentado anteriormente, los expertos coinciden que esto no se puede considerar aún teatro.
Teatro Griego
Se considera que en la Antigua Grecia nació el teatro. En lo que se puede considerar los inicios del teatro, se realizaban ritos en las fiestas dedicadas al dios Dionisio. Se puede afirmar pues que el nacimiento del teatro fue Atenas. En dichas actuaciones, se escenificaba diferentes capítulos de la vida de los dioses griegos con cánticos (Ditirambos) y danzas.
Más adelante surgieron las primeras representaciones dramáticas, que se realizaban en las plazas públicas de los pueblos. Dichas obras tenían un único actor acompañado por un coro. Acabando el siglo VI a.C, el intérprete y poeta Tespis, consiguió tener una popularidad enorme en toda Grecia. Tanto fue así, que hoy en día en su honor, se emplea el término “carro de Tespis” para denominar a todo el ámbito del teatro.
El teatro griego es el resultado del perfeccionamiento de las ceremonias y artes griegas. Como por ejemplo, la festividad de la vendimia, en la que los muchachos cantaban y bailaban mientras peregrinaban al templo del Dios Dionisios para dejar en ofrenda ejemplares de las mejores vides.
Con el tiempo, se decidió que el chico más adecuado fuese nombrado como maestro del coro o Corifeo. Del mismo modo, surgieron el rapsoda y el bardo, que se dedicaban a recitar.
Durante el transcurso del siglo V a. C., en plena Grecia clásica, aparecieron dos modelos de teatro: la comedia y la tragedia. Sófocles y Esquilo, dos dramaturgos de la época, incluyeron como novedad un segundo y tercer actor. Esto supuso un aumento en la complejidad de la ejecución de las obras teatrales, por lo que fue necesario disponer de mayores escenarios.
Por este motivo, se comenzaron a construir teatros cada vez más grandes. Actualmente todavía se conserva en bastante buen estado el teatro de Epidauro, del siglo V a. C. Este recinto tenía una capacidad de 12.000 personas, todo un logro en aquella época. A continuación puedes ver una foto del mismo.
También se conserva las ruinas del teatro de Dioniso, en la capital griega (Atenas), del siglo IV A.C. De esta edificación, llama la atención que para su construcción se aprovechó la inclinación de la ladera de una montaña. Las gradas para los espectadores tenía una forma semicircular rodeando a los músicos y el escenario.
Este teatro dispone de una acústica que muy pocos teatro modernos pueden igualar. Justo detrás de los músicos existía un edificio llamo skené, que era el espacio donde los actores se cambiaban de vestuario. Delante se erigía un muro con columnas (el proscenio), dónde se colocaban pinturas que evocaban la acción representadas a modo de decorados. El teatro griego contaba con 4 formatos principales:
- El drama satírico.
- La tragedia.
- El mimo.
- La comedia.
Los dos primeros formatos se consideraban adecuadas para un público adulto. Mientras que las dos últimas eran consideradas algo más “primitivas” y adecuadas para el público infantil. Los actores del teatro, que eran todos hombres, vestían con un vestuario al uso pero utilizaban unas máscaras para poder caracterizarse del personaje en cuestión que tuviera que interpretar.
Tragedia Griega
Dentro del teatro griego, la tragedia es una obra dramática capaz de causar pena y conmover al público y tiene un final fatídico. En este tipo de género teatral despuntaron dramaturgos griegos como Sófocles, Eurípides o Esquilo.
Las principales características de la tragedia griega son:
- Las representaciones son pomposas, se estructuran en varias escenas o episodios y están escritas en verso. Rara vez se puede ver a más de 3 actores interpretando a la vez sombre el escenario y se acompañan por los cantos de un coro.
- Las tragedias son historias que mayoritariamente se apoyan en antiguos relatos o mitos. Pero el objetivo final no era simplemente volver a contar una historia de una manera distinta. Los autores se tomaban muchas libertades para reinterpretar el original y enfatizaban en el carácter de los protagonistas, las consecuencias de las acciones individuales o de la sociedad en general.
- Normalmente eran representaciones sin mucha acción. Los acontecimientos transcurrían mediante los cánticos del coro y los diálogos de los actores.
Comedia Griega
La comedia Griega se popularizó a mediados del siglo V a.C. Las comedias más añejas que se tiene constancia y que han llegado hasta nuestros días son las del autor Aristófanes. Cuentan con una cuidada estructura inspirada en los ritos sobre la fertilidad ancestrales.
Su jocosidad o humor, se basaba en la ejecución de sátiras sobre personajes públicos o populares. También se realizaban parodias y chistes que incluso podían llegar a ofender a los dioses. Ya en el siglo IV a.C., se puede considerar que el formato de la comedia superaba con creces en número de seguidores a la tragedia.
Más adelante, surgió una variante de la comedia que recibía el nombre de «comedia nueva«. El autor de las comedias nuevas que más destacó fue Menandro. En sus obras el guion trata sobre embrollos o enredos sobre el dinero, la familia o el amor. Existían una serie de personajes habituales, que incluso existen en la actualidad, como lo es la suegra metomentodo.
Teatro Romano
Se puede afirmar que el teatro romano emergió fuertemente en siglo III a.C. Pese a que en principio las obras teatrales tenían un fuerte vínculo con los festivales religiosos, no pasó mucho tiempo para que esta espiritualidad teatral se desvaneciera. Esto fue así debido al incremento de festejos y festivales, por lo que el teatro se fue convirtiendo cada vez más en un entretenimiento del pueblo.
Una vez dicho esto, es lógico que la forma teatral más demandada y que más gustaba al público popular era la comedia. Los grandes escritores Plauto y Terencio (siglo II a.C.), marcaron una gran época dentro de las obras teatrales romanas. Por norma general, eran adaptaciones de obras de la nueva comedia griega.
En la trama de estas obras, abundaba la intriga y en muchas ocasiones se intentaba también aportar cierto valor educativo. Estas representaciones gustaban mucho al público, ya que eran muy dinámicas y contaban con muchos fragmentos que eran cantados. Salvando las distancias, algo parecido al teatro musical actual.
A este primer periodo se le denomina teatro romano clásico, ya que incluye el teatro realizado en Roma y Grecia, es decir, las civilizaciones clásicas. Del mismo modo, las obras de teatro se escribían en las lenguas clásicas, latín y griego.
Pero a finales del siglo II d.C., llegó la decadencia del teatro literario romano. Otros entretenimientos y espectáculos más populares pasaron por delante de él. Además la emergente Iglesia cristiana fue muy crítica con el teatro romano. Entre otros motivos, las actrices y actores gozaban de una mala fama de inmorales, ya que hacían sátiras a los creyentes cristianos.
En el 476 d.C., coincidiendo con la definitiva caída del Imperio romano, el teatro clásico prácticamente desapareció en Occidente. Tuvieron que pasar 450 años para que el teatro surgiera de nuevo de la mano de algunos artistas populares, denominados trovadores y juglares.
Cómo eran los teatros romanos
Hablando de los edificios, los teatros romanos tenían muchas características similares a la de los teatros griegos, aunque bien es cierto que contaban con algunas diferencias. Inicialmente fueros construidos con madera y posteriormente en piedra.
Pompeyo construyó en Roma, en el 55 a.C., un teatro de piedra y lujoso mármol que llevaba su nombre. Sus dimensiones eran descomunales, ya que no solo era un teatro, era todo un complejo destinado a estas representaciones.
A diferencia de sus modelos helénicos, se edificaban en suelo plano. Contaban con diversas plantas construidas en mampostería. Buscando mejorar aún más la acústica del recinto teatral, los arquitectos disminuyeron la orquesta a un semicírculo, y las representaciones se hacían ahora sobre una superficie algo elevada (pulpitum). Este fue el origen de los actuales escenarios.
Las fachadas de los teatros, denominadas frons scaenae, contaban con varios pisos y hacía las veces de escenario. Las gradas donde se ubicaba a los espectadores (cávea) constaba de tres partes bien diferenciadas: la Ima, la media y la suma.
La primera zona era la inferior y en ella se ubicaban a la clase dirigente y a los senadores. En la zona media se sentaban el pueblo llano. La suma o parte superior se destinaba para los esclavos y para las mujeres. Al igual que en algunos circos romanos, el graderío se podía cubrir con un velum a modo de gigantesco toldo para proteger del sol.
Teatro Oriental
La representaciones teatrales en el continente asiático se remontan a más de 2000 años. En concreto, en China se realizaban escenificaciones de poemas ante un grupo de refinados espectadores. En la India del siglo IV a. C., existía un tipo de poema épico-mitológico, el Mahabhárata. A través de algunos de ellos se puede saber la existencia de una especie o tipo de interpretaciones teatrales de carácter religioso muy remotas.
En Japón, la evolución del teatro, llamado en español “Nō” derivó en el denominado teatro kabuki. Este último se fundamenta en la priorización de los sentidos sobre el intelecto. Por este motivo fue el más apreciado y popular entre el pueblo. Fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO (ver noticia).
En el teatro oriental, el de China, India, Japón y en general el del Sureste asiático, cuenta con unas características comunes que claramente lo diferencian del teatro occidental posrenacentista.
El teatro en Asia tiene un fuerte componente teatral presentacional, ya que el objetivo es fabricar una ilusión a través de la réplica o repetición de una realidad social. Pese a que, naturalmente, en función de cada país el arte teatral es diferente, suelen ser obras que unifican la mayoría de las artes. Como por ejemplo, danza, literatura, interpretación, espectáculo y música.
Por tanto, y en líneas generales, el teatro oriental antiguo se caracterizaba por la ritualidad y el simbolismo. Precisamente estos dos conceptos, hicieron que la danza y la música gozara de especial protagonismo. Vamos a verlos con más detalle:
Teatro Chino
Se puede afirmar que el teatro chino tradicional tal y como lo conoceos hoy, comenzó su singladura durante el siglo XIV. En sus inicios contaba con protocolos muy escrupulosas y era excesivamente literario. Pero desde inicios del siglo XIX, ha ido evolucionando constantemente. Ha sido muy influenciado por la ópera de Pekín, que es como se denomina al arte escénico que integra la recitación, el canto, las artes marciales y la actuación teatral.
Por este motivo, en todas las representaciones que se realizaban a lo largo de todo el territorio chino, se otorgaba más importancia al canto, la danza, las acrobacias y la interpretación que al texto propiamente dicho. En este tipo de teatro se hace especial énfasis a la destreza de los actores. Normalmente, la trama suele ser bastante oscura.
Los escenarios son minimalistas, es decir, con los elementos justos e imprescindibles. El maquillaje de los actores es muy elaborado y caricaturesco, y éstos se mueven con acciones muy estilizadas.
Teatro Indio
El teatro indio emergió durante los siglos IV y V a.C. Las obras, que eran épicas y complejas, se estructuraban sobre la base de nueve conceptos o rasas. El nudo principal de las obras trataba sobre cuestiones espirituales. Los escenarios contaban con una decoración muy cuidadosa, pero en cambio no se aplicaban técnicas representacionales.
Existían estrictos códigos para las canciones, la recitación y todos los movimientos de los actores. El teatro Kathakali (teatro bailado) y el teatro de marionetas han sido siempre muy valorados a lo largo de la historia en este país.
Precisamente este último tipo de teatro, el de marionetas, dominaban muchas partes del Sureste asiático. En especial el de marionetas de sombras, denominado wayang kulit. Tanto es así que en algunos lugares, como en java, los actores estudian minuciosamente los movimientos de dichas marionetas para imitarlos en las representaciones.
Teatro Japonés
Es posible que el arte teatral más complejo de Asia sea el teatro japonés. Como hemos comentado con anterioridad, los dos tipos o géneros más populares son el Nō y el teatro kabuki. El primero se puede considerar el teatro clásico japonés por antonomasia. Mediante el relato de una historia o hecho, intenta rememorar un ánimo.
En este género escénico se cuida escrupulosamente la síntesis entre música, danza y teatro. Este arte escénico nipón está estrechamente vinculado al budismo Zen. El apogeo del nō se produjo principalmente durante el siglo XV. En cambio el teatro kabuki, tiene su origen en el siglo XVI y ha gozado de mucha más popular que su predecesor. También son dignos de destacar otros géneros teatrales propios del país del sol naciente:
- El bugaku, que es un delicado teatro bailado.
- El bunraku, un teatro de muñecos o marionetas casi de tamaño real.
Como resumen, cabe destacar que estas formas de expresión teatral niponas son muy bellas, elegantes y refinadas. Como ejemplo basta con ver los decorados y el vestuario muy bien elaborados, incluyendo los populares abanicos japoneses. Estos dos tipos de teatro que hemos descrito, se basan sobre todo en la tradición, la danza y los rituales, valores que no se tienen en tanta consideración en el teatro occidental.
Teatro Prehispánico
En las civilizaciones prehispánicas americanas el teatro llegó a tener una tremenda importancia. Por desgracia, se tienen muy pocas evidencias de cómo eran las manifestaciones artísticas escénicas de las civilizaciones precolombinas. Pero sí se conoce que tenían un elevado carácter religioso. Cabe destacar en este aspecto el pueblo maya, dónde las representaciones artísticas y religiosas eran muy habituales. Afortunadamente, se conserva un escrito maya descubierto en 1850 de carácter dramático: el Rabinal-Achi.
Esta obra describe el feroz combate entre dos legendarios guerreros que luchas hasta la muerte en una batalla ceremonial. En su representación entran en juego elementos como la música, el vestuario, la expresión corporal y la danza. Del mismo modo, el teatro Maya estaba también estrechamente relacionado con los ciclos agrícolas y a la grandiosidad de sus hitos históricos.
En cambio, el teatro Azteca y el teatro Inca, eran un reflejo de cómo estaban organizadas estas civilizaciones. Eran pueblos regidos por la teocracia (un gobierno que obedecía las órdenes de los dioses). Por lo que sus actividades teatrales tenían un claro aspecto religioso y bélico.
Teatro Poscolonial
A partir de la llegada de los españoles al continente americano, el teatro que se practicaba se basaba y seguían casi en su totalidad el modelo que se realizaba en España. Hay que esperar hasta bien entrado el siglo XX, para que el teatro latinoamericano consiga su propia personalidad. Es en este periodo cuando comienza a tratar temas nativos y prioriza los intereses del público al que va dirigido.
Se priorizan obras teatrales que hagan referencia a realidades sociales y a los orígenes históricos. Un movimiento que fue denominado como “Nuestra América”. Países como Chile, Uruguay o Argentina, desarrollaron experimentos teatrales independientes tomando como base el Teatro del Pueblo. El teatro Mexicano también destacó en este aspecto.
Otro movimiento, fue el llamado teatro campesino, impulsado en 1965, por Luis Valdés tras una importante huelga laboral. Compañías teatrales como La Candelaria o Rajatabla impulsaron un tipo de teatro que sirviera como elemento de denuncia de la realidad social. Pero sin olvidar, naturalmente, el componente estético y conceptual del espectáculo.
Teatro Medieval
Tras siglos desde el declive del teatro romano, el resurgimiento del teatro en Occidente debe dar las gracias al clero, que lo utilizaba como una herramienta para la enseñanza de la doctrina cristiana. De este modo, en el siglo XI, era habitual ver en las iglesias representaciones que trataban los mensajes bíblicos y moralistas con el objetivo de adoctrinar de una manera muy sencilla y comprensible para el pueblo llano.
Debes saber que la gran parte de los fieles eran personas sin cultura; artesanos y campesinos sin ninguna cultura ni formación. Además las misas se realizaban en latín. Pero poco a poco a partir de los siglos XIII y XIV, se fue reemplazando por la lengua autóctona.
En estas representaciones recibían el nombre de tropos. Se podía explicar, por ejemplo, la muerte y resurrección de Jesús, las buenaventuras o cualquier otro pasaje de la Biblia. Tenían lugar en el interior de las iglesias, en la parte central o en la parte del coro.
Cada vez eran más elaboradas y espectaculares y de mayor duración. Por lo que acabaron dando lugar a cierto tipo de teatro religioso cristiano y, por ende, en el teatro medieval. Con el paso de los años, se incorporaron algunos elementos un tanto cómicos o profanos. Tanto fue así, que llegó un punto que por moralidad, ya no se podían representar en el interior de los edificios eclesiásticos. Pasaron entonces a realizarse en sitios públicos como plazas, pórticos y calles.
Teatro Medieval profano
Llegado el siglo XIV, el teatro se independizó del estilo litúrgico y eclesiástico para realizarse en otros lugares fuera de las iglesias. Evolucionó en una especie de ciclos que contaban con muchos dramas. Algunos historiadores expertos creen que eran parecidos a los dramas litúrgicos, estos ciclos nacieron de una forma totalmente independiente.
Estas obras se producían por toda una corporación cada 4 o 5 años. Estas representaciones podían tener una duración de entre 2 días hasta casi un mes. La producción de todas y cada una de estas obras era labor de un gremio laboral que procuraba que la obra tuviese relación con su trabajo. De este modo, los miembros del gremio del comercio, podían escenificar el pasaje de los mercaderes, por ejemplo.
Durante el siglo XV, aparecieron un tipo de obras del tipo farsas, folclóricas o dramas pastorales que entretenían al pueblo llano. Estas obras se denominaban autos. Pese a que éstos no tuvieran personajes ni una trama cristiana, los autos se diferenciaban de los ciclos religiosos principalmente en que no hacían referencia a pasajes bíblicos. Los autos se representaban por “actores” profesionales como los juglares o trovadores.
Teatro Renacentista
La aparición del Renacimiento en Italia trajo unas influencias determinantes en la evolución del teatro. Apareció un tipo de manifestación dramática con un alto componente cultural, basada en los patrones clásicos y para las más altas clases aristocráticas.
El teatro renacentista se generalizó durante todo el siglo XVI. Comportó la edificación de recintos con salas cubiertas para la realización de las obras de teatro y bien dotadas con las mejores comodidades de la época. La música renacentista también hizo su aparición en las obras de teatro.
Teatro Italiano
No es hasta el siglo XV, que se tiene constancia del teatro renacentista en Italia. Pese a que las primeras obras estaban escritas en latín, pronto se fueron escribiendo en el idioma materno y, por lo general, trataban sobre temas clásicos.
Este género teatral no es una evolución resultante de los modelos religiosos, tampoco de los tipos dramáticos populares. Era un tipo de teatro con un proceso meramente académico. Eran obras que se escribían principalmente para ser leídas, ya sea con fines didácticos o por varios lectores para los espectadores.
También se desarrolló en Italia durante este periodo un tipo de teatro popular, la commedia dell’arte (comedia del arte). Su característica principal es que priorizaba la total libertad del actor para improvisar, lo que supuso un enorme progreso en la técnica interpretativa.
El teatro Olímpico de Vicenza es considerado uno de los primeros teatros modernos de Italia. Fue diseñado por el prestigioso arquitecto italiano Andrea Palladio y su construcción se finalizó en 1585. En cuanto a su estructura, se podría decir que era una evolución de los antiguos teatros romanos. Detrás del escenario, se podía tener una vista de las calles de la población.
Pese a ello, el teatro Farnese de Parma, es considerado el referente principal del modelo clásico del teatro italiano. Levantado en 1618, su estructura contaba con un escenario, encuadrado con arco proscenio y separado de los asientos de los espectadores por un telón. También disponía de una platea con forma de herradura que estaba rodeada por diversos pisos de galerías.
Teatro Isabelino
A finales del siglo XVI, y en el periodo de reinado de Isabel I, fue cuando el teatro renacentista inglés evolucionó. En aquellos años, lo habitual era crear obras que eran tragedias de marcado carácter neoclásico y que se interpretaban mayoritariamente en las universidades. No obstante, gran parte de los poetas de la época isabelina ignoraban el neoclasicismo o lo empleaban solo en casos puntuales a conveniencia.
Al contrario que el teatro que se realizaba en el resto del continente europeo, escrito con la intención de representarse ante las clases altas, el teatro renacentista inglés se cimentaba en fórmulas populares, en el antiguo teatro medieval, y en los gustos y reivindicaciones del gran público en general.
Influenciados por la constante evolución de la lengua, y a los cambios económicos y político del momento, dramaturgos como Christopher Marlowe y Thomas Kyd apadrinaron el nacimiento de un teatro épico, dinámico y sin barreras. Este fenómeno fue culminado con la compleja y variada obra del escritor más grande del teatro inglés, William Shakespeare.
Los teatros construidos en Inglaterra durante el periodo de Isabel I, eran muy distintos al resto de Europa. Teniendo en cuenta que las obras de teatro se representaban principalmente en los meses con mejor climatología, los teatros eran al aire libre y de forma circular.
Por tanto, si estar provistos de techo y construidos básicamente con madera, su rasgo diferencial más importante era la ubicación del escenario. Era de forma rectangular y en una posición elevada. En torno a él, los espectadores lo rodeaban por tres de los cuatro lados y los puestos elevados estaban reservados para las clases altas o la nobleza. Entre todos los teatros de esta época destaca The Globe, teatro londinense en el que Shakespeare representaba sus obras.
Teatro Español
En España, el denominado Siglo de Oro del teatro fue el siglo XVII. Sin duda, uno de los periodos más prolíferos del teatro universal. Aunque bien es cierto que esta denominación creó cierta controversia en algunos países europeos. Grandes autores del denominado Siglo de Oro español son Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina.
Abundan las nuevas obras, los autores y las compañías teatrales. El teatro ya no es un espectáculo reservado para las altas esferas, se democratiza y deja de estar sujeto a la ley de la oferta y la demanda. El desarrollo de este nuevo estilo y forma de entender el teatro provocó un gran debate en la época.
En el mismo periodo del teatro Isabelino en Inglaterra, siglos XVI y XVII, en España se construían edificaciones fijas para la representación del teatro al aire libre que recibían el nombre de Corrales de Comedias.
Estas salas teatrales eran gestionadas por las denominadas “hermandades”. Sin duda las precursoras de lo que actualmente conocemos como los empresarios del teatro. En España se han conservado hasta nuestros días algunas de estas instalaciones (al contrario que en Inglaterra).
Teatro Francés
En Francia, una especie de comedia parecida a la farsa era muy popular a finales del siglo XVI. Tan aclamado era, que opuso gran resistencia al establecimiento definitivo del drama renacentista. Pero finalmente, la elevada influencia italiana consiguió popularizar en Francia unas representaciones que recibieron el nombre de ballets. Se considera a Jean-Baptiste Poquelin (más conocido como Molière) como el más grande dramaturgo francés de la época. Sus comedias y farsas están indudablemente influenciadas por la commedia dell’arte.
No obstante, aportan cuestiones sobre los errores y las limitaciones del género humano. Del mismo modo, bastantes de sus escritos están impregnados de una cierta angustia. Molière también fue un actor cómico de reconocido talento. La misión de su trabajo era cambiar el estilo caricaturesco y pomposo que dominaba en aquel tiempo la escena francesa.
En aquellos años, en París, la capital del país galo, no habían edificios dedicados exclusivamente a las representación de obras teatrales. Se empleaban para tal fin unas instalaciones que originariamente fueron construidas para un juego de pelota.
Teatro Barroco y Neoclásico
Durante el siglo XVII el teatro barroco y sobre todo el siglo XVIII teatro neoclásico, se priorizaba un tipo de teatro a medida para los actores. Es decir, los dramaturgos escribían obras ajustándose al estilo o las preferencias de los intérpretes. Tanto era así, que incluso se reescribieron grandes clásicos para satisfacer los gustos o caprichos de los más famosos actores.
Cabe destacar que, en especial las obras de Shakespeare, se alteraron de tal modo, que casi no se podía reconocer. Y no tan solo para satisfacer a los intérpretes, también para cumplir los ideales y estándares neoclásicos. Por poner un par de ejemplo, a las obras de Romeo y Julieta o El rey Lear, se les modificó el final trágico original por un final feliz. Por tanto se cambiaba totalmente la intención inicial del autor.
Durante los siglos XVII y XVIII, se produjo un enorme enriquecimiento respecto a la escenografía empleada en los teatros. Debido a la recuperación parcial del drama clásico francés, cuya norma era “acción, tiempo y lugar”, la simultaneidad de los decorados se hizo totalmente innecesaria. Esto propició el empleo de un solo decorado en cada acto, y en poco tiempo se optó por cambiarlos entre acto y acto.
Años más tarde, la paulatina notoriedad de la ópera, que precisaba disponer de varios montajes, colaboró al desarrollo y evolución de mecanismos que otorgaran una apariencia de realismo a acciones como: la simulación de vuelo o la desaparición de escena de los actores.
En este aspecto, por ejemplo, unos mecanismos denominados «glorias», podían hacer que desde el techo del teatro pudieran descender suavemente al escenario un pequeño grupo de actores simulando ser ángeles.
Un claro exponente de esto fue el famoso teatro de la Scala de Milán. Que fue finalizado en 1778, y que representa todo un ejemplo de las enormes dimensiones que eran necesarias para poder ubicar a todo el aparato escénico, la tramoya y a los espectadores.
Teatro moderno
Durante buena parte del siglo XIX, los conceptos escenográficos y arquitectónicos del teatro no sufrieron prácticamente cambio alguno. Pero llegando finales del siglo las reclamaciones de poder tener libertad creativa promovidas por los grandes autores románticos derivaron a realizar un replanteamiento del este arte dramático en todos aspectos.
Un buen ejemplo de ello fue la construcción en 1876, del colosal teatro Festspielhaus de Bayreuth, en Baviera (Alemania). Se erigió bajo las recomendaciones del famoso compositor y dramaturgo Richard Wagner. Este teatro supuso la primera escisión arquitectónica y conceptual con modelos de teatros italianos.
Destacar su platea escalonada y disposición en abanico. Como en los teatros actuales, la orquesta era ubicada en un foso justo antes del escenario y durante las representaciones toda la zona de asientos del público (auditorio) se oscurecía para resaltar lo que estaba sucediendo sobre el escenario.
Tras la gran acogida de este tipo arquitectónico de teatro, en el que la representación y la escenografía tenían el máximo protagonismo posible, en los últimos 20 años del siglo XIX y los primeros del siglo XX, muchos países lo acogieron y potenciaron. Y todo ello gracias a grandes personajes, autores y directores como por ejemplo:
- El francés André Antoine (líder y precursor del naturalismo).
- El germano Max Reinhardt (autor de espléndidos montajes).
- El ruso Konstantín Stanislavski, actor y director que ejerció una enorme influencia sobre el teatro moderno gracias a sus revolucionarios métodos de interpretación.
- El británico Edward Gordon Craig, escenógrafo que en la defendió la creación de escenarios más dúctiles y sencillos a favor de un teatro más estilizado y poético.
Por todo ello, la irrupción del teatro moderno, se determinó por su total y absoluta libertad en los planteamientos a través de los diálogos. Se produjo una curiosa transformación del arte teatral debido también, en parte, a las nuevos avances tecnológicos.
Efectivamente, dentro del ámbito escenográfico y arquitectónico se produjeron conceptos nunca antes vistos en el teatro. El desarrollo y novedades en el ámbito de la iluminación y nuevos sistemas mecánicos propiciaron que los escenarios tuvieran una versatilidad, plasticidad y transformación inaudita hasta la fecha.
Teatro Romántico
A finales del siglo XVIII, algunas ideas y conceptos filosóficos fueron adquiriendo bastante notoriedad y finalmente terminaron por cuajar y fusionarse a comienzos del siglo XIX, dando nacimiento a un movimiento denominado romanticismo.
El romanticismo surgió en Alemania, algo curioso ya que el país germano contaba con muy poca tradición teatral hasta antes del siglo XVIII. Rápidamente se extendió a otro países y ya en 1820, el teatro Romántico imperaba en la mayor parte de las naciones europeos.
En cuanto al teatro romántico español, destacar que se inspiró en muchos de los grandes temas empleados en el medievo y muestra a un personaje subyugado por pasiones de todo tipo, buenas o malas. Se utilizan estructuras y formas del teatro empleado durante el Siglo de Oro, pero eso sí, aprovechándose de los efectos de iluminación y la nueva maquinaria escénica.
El gran referente es José Zorrilla, popularmente conocido por ser el autor de la obra Don Juan Tenorio. En esta trama, la figura del burlador es acogida por Zorrilla, con gran libertad y en su apasionado romanticismo procura que el seductor sea redimido por el amor. Esta obra de teatro posee tanto carisma, encanto y fuerza que desde su estreno hasta nuestros días, nunca ha dejado de interpretarse. Incluso actualmente se realizan versiones en teatro musical con una escenografía espectacular.
Teatro Burgués
Como hemos podido ver, durante el primer cuarto del siglo XIX, tanto el romanticismo como el melodrama solían agregar un cierto aire exótico, abarcando hechos extraordinarios o históricos a la vez que simplificaban o idealizaban la elaboración del personaje.
No obstante, en Inglaterra alrededor del año 1930, los elementos estilísticos y las características ambas géneros teatrales antes mencionados iniciaron a plasmar la vida diaria y las cuestiones cotidianas del momento: el teatro burgués.
En poco tiempo se pasó de la emoción y el espectáculo a la representación de las situaciones diarias del hogar. Lógicamente, este tipo de cambios precisaban tener que adoptar nuevas técnicas para realizar la puesta en escena. Precisamente éstas serían las que facilitarían la evolución hacia la escenografía moderna.
Como las obras teatrales representaban la vida del hogar, se modificó el escenario con un concepto de caja. Un entorno formado por tres paredes, y el espacio donde faltaba la cuarta era el que estaba enfrente del público, para que este tuviera constantemente una sensación de total inmersión en la escena.
Además, el atrezzo, mobiliario tridimensional y los accesorios en general, sustituían ahora a los decorados utilizados con anterioridad. De este modo, los decorados ya no eran algo plano en el fondo de la escena. Los actores interactuaban con él y actuaban como si no fuesen observados por los espectadores. De hecho se les indicaba que debían ignorar su presencia.
En el teatro burgués los actores ya no adoptaban una pose irreal y recitaban versos. En su lugar se construían escenas y actitudes realistas, perfectamente identificables por la audiencia. Del mismo modo, los autores de las obras utilizaban cada vez más giros y expresiones empleadas en la cotidianidad de las personas. También se fueron empleando decorados y vestuarios más realistas y cercanos a la vida del público.
Asimismo, se produjo un cambio importante en la forma de trabajar de los actores. Si bien antes eran parte de una compañía teatral e interpretaban decenas de obras durante una temporada, ahora eran contratados para representar una única obra durante el tiempo que estuviera en cartel.
Como dato curioso, en los principales teatros de París, a finales del siglo XIX, se instaló un invento revolucionario para la época: el teatrófono. Un precursor y prototipo del teléfono. Este mecanismo, permitía a las personas poder escuchar el teatro o la ópera desde sus casas.
Teatro de Melodrama
Las circunstancias que propiciaron el nacimiento del romanticismo también fueron las que, junto a otros elementos populares, hicieron posible la creación del teatro de Melodrama. Sin duda alguna, el género dramático por excelencia y más enraizado en el siglo XIX.
La figura del melodrama, como elemento literario, con mucha frecuencia ha sido ridiculizado o incluso menospreciado. Muchos críticos teatrales lo ignoran debido a que aporta elementos poco ortodoxos para ellos, como por ejemplo: damiselas en peligro atadas a unas vías de tren o indecorosos villanos que se acicalan constantemente el bigote.
Naturalismo y Crítica Social
El interés por los verdaderos problemas de la sociedad, las incitaciones psicológicas de los protagonistas, propició que a mediados del siglo XIX, apareciese el naturismo en el teatro.
Tomando como referencia a los conocimientos científicos, los naturalistas pensaban que el principal objetivo de este arte, al igual que el de la ciencia, tenía que ser el de ayudarnos a tener una vida mejor. Los actores y dramaturgos retrataban el mundo real tras observarlo, al igual que hacen los científicos.
La aparición en el teatro de la figura del director teatral moderno, tiene en gran medida como responsable el naturalismo. Si bien es cierto que durante mucho tiempo a lo largo de la historia la organización y producción de una obra de teatro era la responsabilidad de una persona, la existencia de un director que aplica su propio estilo, adecua el texto e interviene en el diseño y elección del vestuario y decorados, aparece por primera vez en el naturalismo.
Realismo Psicológico
De la misma manera que el teatro empezó a evolucionar hacia realismo, en el afán de mostrar a realidad del mundo, se comenzó a introducir en los aspectos psicológicos de los personajes. Los primeros directores que comenzaron este tipo de género lo hicieron durante el siglo XIX.
Los autores del teatro de realismo psicológico de finales del XIX, comenzaron a crean personajes complejos que vivían circunstancias, situaciones y experiencias reales. Las obras de este tipo de teatro plasman los problemas sociales como la inutilidad del matrimonio como institución social y religiosa, los derechos de la mujer o los problemas derivados de las enfermedades hereditarias.
El dramaturgo sueco August Strindberg y el autor noruego Henrik Ibsen, son los exponentes más importantes dentro de este estilo. Muchos expertos los consideran como los verdaderos fundadores del teatro moderno.
Teatro contemporáneo
Se puede afirmar sin miedo a equivocarse, que a partir del teatro renacentista, el teatro contemporáneo ha procurado esforzarse para alcanzar un total realismo. De forma paradójica, una vez que lo consiguió a finales del siglo XIX, emergió un movimiento anti realista que en este arte escénico.
Principalmente en los EE.UU., el teatro realista ha seguido adelante, sobre todo en el aspecto comercial. No obstante, parece ser que el objetivo era conseguir un realismo psicológico. Pero para ello se utilizaban elementos escénicos y dramáticos muy poco reales.
Se crearon obras fundamentadas en personajes simbólicos, sueños, en la memoria humana e incluso proyecciones. Se añadieron poemas en forma de diálogo y con el objetivo de endulzar el crudo realismo, se cuidaba hasta el extremo los sonidos y las notas musicales. Cabe recordar que el teatro es un todo que no podemos dividir. Se distinguen en él tres componentes elementales, como son:
- La dirección.
- La actuación.
- El texto.
A todos estos elementos se han de sumar también otros componentes como el maquillaje, el decorado y el vestuario. Recuerda que a las personas que escriben las obras de teatro se le denomina dramaturgos. Pero también este término se emplea para el escritor de teatro dramático o de dramas en general.
Teatro simbolista
Durante el siglo XIX, también emergió una corriente simbolista. Los afines a este movimiento, los simbolistas, pretendían conseguir la «desteatralización» del teatro. Esto es, eliminar todos los avances escénicos y tecnológicos y substituirlos por una espiritualidad proveniente de la interpretación y del texto.
En este género de teatro, los textos estaban dotados de una simbología bastante compleja de interpretar por parte de los actores. Por norma general, el ritmo de estas obras era bastante lento, buscando el mismo tempo que se puede tener en un sueño.
Teatro expresionista
Los primeros 20 años del siglo XX, fueron en los que el teatro expresionista tuvo su mayor apogeo, sobre todo en Alemania. Esta modalidad pretendía profundizar en los aspectos más grotescos y violentos de la psique humana.
Para ello se solía crear una escenografía que emulase el mismo ambiente que se puede encontrar en una pesadilla. El empleo de sombras y luces, la exageración y la distorsión, son las principales características, a nivel escénico, del teatro de expresionismo.
Teatro del Absurdo
El teatro del Absurdo surge justo después de la segunda guerra mundial. Su principal génesis proviene del absurdo y sinsentido de un mundo desilusionado, desesperanzado y destruido.
Aquello que no tiene ningún tipo de lógica, lo absurdo, aquello que no tiene ningún parecido o relación con un contexto escénico o texto dramático convencional… esto es lo que caracteriza a este teatro. La existencia misma de los personajes carece de sentido alguno, por lo que no hay caracteres ni acción consecuente.
Teatro Musical
Los musicales aparecieron en la década de los años veinte del siglo XX. Una amalgama de bailes, canciones, diálogos y pequeñas piezas cómicas versionando incluso historias que originalmente eran dramáticas. Un grupo teatral a cargo de Oscar Hammerstein II y Richard Rodgers actualizó y perfeccionó el género musical en los años 40. Pero en la década de los 60 este espectáculo dejó las raíces del musical para convertirse en algo más sombrío y serio.
No obstante, a finales de los 70, seguramente debido a la crispación por la situación política y económica general, retornaron los musicales para que la gente pudiera evadirse de sus problemas. La mayoría de ellos eran reposiciones, pero con alto presupuesto, por lo que el lujo y el exceso estaban muy presentes.
Como dato un tanto curioso, debes saber que incluso alguna de estas obras de teatro musical eran retransmitidas por radio. Esto es debido a que eran del gusto del gran público por sus letras y canciones animadas.
Qué es un teatro (edificio)
El edificio de un teatro es, por norma general, una construcción majestuosa, que se construyó para albergar las representaciones de espectáculos teatrales. Si bien es cierto que no siempre es necesario un edificio para realizar representaciones de teatro, la arquitectura para estas funciones es necesaria para la organización de los lugares de interpretación, público y todo el elenco de equipos técnicos, de vestuario e iluminación.
Vamos a ver las diferentes partes de un teatro:
Partes de un teatro
Dentro de un teatro se pueden encontrar dos grupos de espacios o instalaciones. Los espacios teatrales que están destinados al desarrollo en sí de la obra teatral, y los espacios para el público, que son los destinados a satisfacer sus necesidades y ubicación. Vamos a verlos con más detalle:
Espacios teatrales
Son las partes del edificio que son necesarias para el correcto desarrollo de una obra o representación teatral:
Escenario
La parte que está acondicionada a la propia representación se denomina escenario, espacio escénico o escena. En un teatro típico Italiano, el escenario está ubicado en un plano más elevado justo enfrente de los espectadores. Esta disposición, heredada del siglo XVIII, es la típica en la mayoría de los teatros de occidente. Dicha distribución está formada por del escenario propiamente dicho, que está separado de las gradas del público un marco denominado boca del escenario o arco de prosceni.
Para cubrirlo y ocultar al espectador lo que está sucediendo en él se emplea el telón de boca, normalmente de color rojo y elaborado con una tipo de tejido denso y pesado, con algo de brillo y aspecto aterciopelado. En algunos teatros existe delante de este telón uno menor denominado “corbata” o proscenio. Los teatros suelen tener entre la primera fila de asientos y el proscenio lo que se denomina foso. Aquí es donde se alojan o ubican los miembros de la orquesta y sus instrumentos musicales.
Ocultos al campo visual de los espectadores gracias a las bambalinas, en un escenario al estilo italiano, se encuentran los “hombros”. Son una prolongación lateral del escenario por donde salen y entran los actores a escena y algunos elementos del decorado esperan para que sean utilizados cuando sea necesario.
El escenario hospeda las varas, que son unas estructuras metálicas que aguantan los dispositivos de decorado e iluminación. Mediante las varas estos elementos puede moverse y subir y bajar accionados por motores. Del mismo modo, las varas cuelgan de lo que se denomina peine. Una especie de estructura metálica que clausura por la parte superior la caja escénica. Ésta puede llegar a tener una altura de más de 40 metros.
Algunos elementos del decorado se incorporan al escenario desde debajo del mismo mediante unas trampillas o escotillones. Este espacio que existe debajo del suelo del escenario se le conoce como foso. En algunos montajes teatrales modernos, incluso algunos actores acceden a escena por dichas trampillas.
Qué duda cabe que durante el transcurso del siglo XX, la evolución de las artes teatrales ha producido el replanteamiento del espacio escénico como tal. Se ha tenido que adaptar a las técnicas interpretativas más modernas con el fin de facilitar la interacción entre público y actores, haciéndoles estar más próximos entre sí.
Huyendo del concepto de escenario tradicional o proscenio, ahora se prefiere denominar espacio escénico, una definición de teatro más amplia y flexible. La ubicación del escenario en formato «en arena» hace que la escena esté situada en pleno centro de la sala. En un plano un poco más bajo que el público y rodeado del mismo en gradas escalonadas para tener una perfecta visión.
Existen diferente variantes, puede ser de forma rectangular, cuadrada o circular, como la que se utiliza en los circos. Otra fórmula que se utiliza bastante es la denominada escenario en forma de corbata. Dónde el público rodean tres partes del espacio escénico, dejando la cuarta parte, en forma de pasillo, para la entrada y salida de los actores.
Aunque sí bien es cierto que estas distribuciones facilitan que el espectador tenga un completa visión del espectáculo, la escenografía y decorados quedan algo más limitados.
Sala de ensayo
Es una amplia sala, normalmente diáfana, destinada a realizar ensayos de la obra teatral. No todo los teatros disponen de ella, ya que si el teatro no es de grandes dimensiones, es bastante complejo destinar un espacio tan amplio para la sala de ensayo. En estos caso no queda otra opción que realizar los ensayos en el escenario principal.
Camerinos
Son una especie de habitaciones donde los actores o artistas se preparan antes de salir a actuar, se visten y desvisten o descansan. Existen camerinos individuales (normalmente destinado para los actores principales) y para dos, tres o más personas (normalmente destinados para actores secundarios o con pequeños papeles).
En los teatros pequeños, no hay otra opción que peinar y maquillar a los actores en los camerinos. En los teatros de mayor tamaño, normalmente existen unas salas destinadas específicamente a estas labores, que son realizadas por personal destinado a ello, como lo son los peluqueros o maquilladores.
Secciones técnicas y talleres
Un teatro cuenta con una gran cantidad de elementos técnicos imprescindibles para el correcto funcionamiento. Instalaciones y elementos eléctricos, maquinaria diversa, sastrería, maquillaje, decorados, utilería, peluquería, iluminación, audiovisual, sonido… tienen que tener una salas destinadas para su almacenaje y su gestión de todo este material.
Del mismo modo, en algunos teatros el vestuarios, el atrezzo y sobre todo los decorados se fabrican y/o montan in situ. Por lo tanto necesitan tener unos talleres equipados y acondicionados para estas labores.
Oficinas
Aunque piensen que es una cuestión menor, un teatro precisa disponer de oficinas para la correcta gestión del mismo. La producción de obras en un teatro comporta tener departamentos de gerencia, marketing, administración, limpieza, comunicación, nóminas, taquilla, dirección artística o gestión técnica.
En algunos teatros con mucha enjundia y prestigio, existe también actividades destinadas a la formación de actores o personal indirecto del teatro. Del mismo modo también organizan actividades para el público o incluso pedagógicas para adultos y también para niños.
Espacios destinados al público
Estos espacios son los imprescindibles para poder atender y acomodar al público que acude al teatro a disfrutar de las representaciones teatrales. Las principales son:
Sala
En la clásica distribución al estilo italiano, la sala donde están instalados los asientos para el público y que se haya enfrente del escenario, suele ser en forma semicircular o de herradura. La parte más baja, que suele ser la más amplia, recibe el nombre de patio de butacas o platea. Los asientos se distribuyen en filas, y normalmente, separadas mediante un pasillo central y dos laterales.
En la gran mayoría de los teatros antiguos, el suelo o piso de la platea cuenta con una ligera inclinación para garantizar una mínima correcta visión del escenario. En cambio, en los teatros más modernos, la platea o patio de butacas tienen una inclinación mayor o las filas de butacas están instaladas como las gradas de un estadio.
Esto permite absolutamente a todos los espectadores tener una total y completa visión del escenario, incluso desde las filas más lejanas. Algo que el espectador realmente agradece. Para un total aprovechamiento de todo el espacio disponible, en las paredes de la sala se ubican en varias plantas y sobre la platea una dos estructuras en forma de voladizo.
Las zonas laterales se destinan a balcones o palcos. La parte más elevada del teatro es la más económica, ya que es la de menor visibilidad. Tradicionalmente se le llama gallinero. En resumen y ordenado de menos a mayor precio de la entrada, la estructura típica de un teatro es:
- Anfiteatro (en las plantas superiores).
- Palcos (ubicados en la entreplanta).
- Platea (situada en planta baja).
Foyer
Hace la función de vestíbulo del teatro. Está destinado para que el público pueda esperar en los descansos que se realizan los entre actos. En los grandes teatros, también se conoce con este nombre a los pasillos que rodean la sala. En algunos teatros, junto al foyer se encuentra el ambigú que explicaremos a continuación.
Ambigú
Forma antigua para denominar el espacio donde se ubica la cafetería, bar o restaurante del teatro. En los últimos tiempo, con la intención de conseguir el máximo aprovechamiento del espacio, el ambigú se ha remplazado por una sencilla barra dentro del vestíbulo o foyer, donde se venden refrescos, palomitas de maíz o pequeños tentempiés.
Taquilla
Para la venta directa de las entradas del espectáculo tenemos las taquillas del teatro. Son perfectamente reconocibles ya que son unos pequeños habitáculos con una ventanilla que da al vestíbulo de la entrada o directamente a la calle. En función del tamaño del teatro, podremos encontrar una, dos o más taquillas.
Guardarropa
La gran mayoría de los teatros disponen de un servicio de guardarropa para el público. Puede ser gratuito o de pago. Es un habitáculo provisto de un mostrador y gestionado por el personal del teatro que se emplea para que los espectadores que asisten a ver la obra de teatro puedan dejar el abrigo, bolsos, paraguas o algún otro objeto voluminoso.
Más información sobre la historia del teatro
Para finalizar, te dejamos este breve audio para que conozcas el origen de las supersticiones del teatro:
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