Napoleón Bonaparte (1769 – 1821) fue un militar y estadista francés. General republicano en la Revolución Francesa y el Directorio, en 1799 fue primer cónsul mediante un golpe de estado. Posteriormente, en 1804 se autoproclamó emperador y en 1805 rey de Italia. Fue un extraordinario estratega militar que consiguió brillantes victorias y tener a media Europa bajo su poder. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos la biografía de Napoleón I Bonaparte.
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Qué vas a encontrar aquí
- 1 Introducción
- 2 Nacimiento, familia e infancia
- 3 Juventud y educación
- 4 Carrera militar
- 5 Ascenso en el ejército
- 6 Matrimonio
- 7 Campaña de Italia
- 8 Expedición a Egipto
- 9 Ascenso al poder
- 10 Coronación como emperador
- 11 El imperio de Napoleón
- 12 Ocaso y caída de Napoleón
- 13 Exilio
- 14 Muerte
- 15 Cronología de la vida de Napoleón
Introducción
Córcega es una de esas islas maravillosas que salpican el Mediterráneo, un bello conjunto de montañas coronadas por bosques frondosos y valles profundos donde se asientan pequeñas aldeas campesinas. En 1768 los genoveses, cuyo dominio sobre la isla era más ficticio que real, la vendieron a Francia ante la indiferencia de los indómitos corsos, que aspiraban a una total independencia, por lo que les daba lo mismo tener un amo italiano que uno francés.
Un año más tarde, el 15 de agosto de 1769, nacía en Ajaccio, la población más importante de la isla, un niño al que se bautizó con el nombre griego de Napoleón, antepuesto al apellido de su padre, Buonaparte, y de su madre, Ramolino.
Ese infante, convertido más tarde en general, luego en cónsul y por último en emperador de Francia, iba a ser uno de los hombres a la vez más amados y más odiados de Europa y de la historia de Francia. Este continente no volvería a ser el mismo después de ser atravesado, desde Nápoles a Danzig y desde Lisboa a Moscú, por sus terribles ejércitos.
Nacimiento, familia e infancia
Napoleón Bonaparte nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio, en la isla de Córcega (actual Francia). El padre de Napoleón era Cario de Buonaparte, de origen italiano y que pertenecía a una familia corsa de mediana alcurnia oriunda de la región de Toscana. Casado con Letizia Ramolino a los dieciocho años, tuvo con ella trece hijos, de los que sobrevivieron ocho: José (el mayor), Napoleón, Luciano, Jerónimo, Luis, Carolina, Elisa y Paulina.
Aunque simpatizaba con las ideas de Pasquale Paoli, caudillo independentista de la isla frente a genoveses y franceses, cuando estos últimos ocuparon Córcega, Cario Buonaparte prefirió colaborar con el invasor para sacar adelante a su familia. Luego consiguió que el grado de nobleza de su apellido le fuera reconocido y, en 1779, fue nombrado diputado por la isla ante la corte de Luis XVI. Buonaparte partió para la metrópoli con sus dos hijos mayores, José y Napoleón.
Juventud y educación
Cario Buonaparte matriculó a su hijo Napoleón en el colegio seminario de Autun. Pero permaneció muy poco tiempo en él, puesto que le fue concedida una beca para la Escuela Militar de Brienne. Allí cursó estudios hasta octubre de 1784, fecha en la que pasó como artillero, gracias a sus excelentes calificaciones, a la Escuela Militar de París.
En aquellos años, el muchacho presentaba un aspecto semisalvaje y apenas hablaba otra cosa que no fuera el dialecto de su añorada isla. Sus compañeros en Brienne y París, hijos de la aristocracia francesa, veían en él a un extranjero raro y mal vestido, al que hacían blanco de toda clase de burlas.
No obstante, su carácter indómito y violento imponía respeto tanto a sus camaradas como a sus profesores. Como alumno destacaba en matemáticas, historia y geografía, pero lo que más llamaba la atención era su temperamento y su tenacidad. Uno de sus maestros en Brienne diría de él: «Este muchacho está hecho de granito, y además tiene un volcán en su interior».
Carrera militar
Al estallar la Revolución Francesa en 1789, Napoleón era ya teniente de artillería y había ocupado diversos destinos en las guarniciones de provincia de Valence y Auxonne. Allí el joven militar había empleado su tiempo en completar su formación y en redactar ensayos históricos o morales que revelan su nostalgia por su isla natal y por las luchas en favor de la independencia conducidas por Pasquale Paoli.
Al producirse la conmoción revolucionaria, Paoli se unió a ella en un primer momento. Pero luego pretendió organizar una insurrección con ayuda de Gran Bretaña, por lo que Napoleón tomó inmediatamente partido contra él. Aunque Paoli fue neutralizado por las autoridades francesas, los muchos seguidores con que contaba en la isla acusaron a los Buonaparte de ser partidarios del Antiguo Régimen. Por ello, la familia Buonaparte hubo de abandonar Córcega y establecerse en Marsella.
Como el padre había muerto en 1785, Letizia y sus hijas se vieron obligadas a vivir casi en la miseria. Fue entonces cuando Napoleón tuvo su primera relación amorosa conocida: Désirée, hija de un comerciante marsellés llamado Clary. Ese primer amor de Napoleón se casaría más tarde con el general Bernadotte y moriría siendo reina de Suecia.
Ascenso en el ejército
La ruptura de Napoleón con su querida isla fue lo que acabó por convertirle en un verdadero francés y le llevó al campo de la Revolución. Su primer éxito militar tuvo lugar a continuación, cuando fue nombrado capitán artillero.
Se le ordenó reconquistar la estratégica plaza de Tolón, ocupada por los británicos y los realistas y asediada por las fuerzas de la República. En el ataque a la ciudad, Napoleón demostró ser un admirable estratega, lo que le valió un rapidísimo ascenso al grado de general de brigada.
A partir de ese instante, fue consciente de que era precisamente la guerra lo que le iba a permitir conquistar la gloria y el poder. En julio de 1794, un golpe de estado moderado derribará la dictadura del terrorífico Robespierre y el joven general se verá implicado en su caída. Pero ni siquiera en esos momentos difíciles Napoleón dudará de su buena estrella, que ha visto brillar claramente en Tolón.
En octubre de 1795, la fortuna vuelve a sonreírle: impresionado por su mirada de fuego y por su recién ganada fama, el nuevo hombre fuerte de la República, Paul Barras, lo nombra comandante de la guarnición de París. Éste, le encomienda aplastar una insurrección realista y por fin lo asciende a general en jefe del Ejército del Interior.
El destino glorioso de Napoleón empezó a dibujarse portentosamente nítido ante sus ojos, con la misma brillantez que su nombre se imponía entre sus contemporáneos. Tan sólo era preciso colaborar un poco con ese futuro triunfal que se avecinaba.
Matrimonio
Napoleón se casó en 1796 con la bella Josefina de Beauharnais, una mujer encumbrada y asidua de los salones influyentes, a la que acabaría ciñendo la corona de emperatriz. Josefina, hija criolla de un plantador de la Martinica, se llamaba Marie-Joséphe-Rose Tascher de la Pagerie.
Era viuda del vizconde de Beauharnais, aristócrata guillotinado por Robespierre, junto al cual había ascendido vertiginosamente en el mundo de la nobleza. Napoleón la vio fascinante, hermosísima, rica y refinada y no dudó en hacerla suya, considerando que era la compañera ideal de un hombre al que esperaba la gloria.
Campaña de Italia
Al tiempo que contraía matrimonio con Josefina, Napoleón fue nombrado comandante en jefe del Ejército de Italia, país en cuya mitad norte se encontraba el teatro de operaciones de la guerra que enfrentaba a Francia con Austria.
Desde marzo de 1796 hasta abril de 1797, el genio militar del joven Buonaparte se puso de manifiesto en la península italiana. Lodi, Arcóle y Rívoli pasaron a la historia como los escenarios de las principales batallas en las que derrotó a los austríacos. Beaulieu, Wurmser y Alvinczy fueron los más destacados mariscales cuyas tropas fueron barridas por las de Napoleón.
El inexperto general llegado de París en la primavera de 1796 despertó la admiración de todos los maestros en estrategia de la época y se convirtió en un tiempo récord en el terror de los ejércitos de Austria. Y en cuanto a sus propios soldados, el recelo de los primeros días pronto se transformó en entusiasmo: comenzaron a llamarle admirativamente le petit caporal y a corear su nombre antes de iniciar la lucha.
Fue en esos días victoriosos cuando Napoleón varió la ortografía de su apellido en sus informes al Directorio: Buonaparte dejó paso definitivamente a Bonaparte. Los nombres de Alejandro Magno y Julio César se codeaban con el suyo en los sueños de gloria del general triunfante.
Expedición a Egipto
En 1798, tras la firma con la derrotada Austria de la paz de Campoformio, se puso al frente de una expedición contra Egipto. Este país era una posición estratégica en la ruta británica de la India, Bonaparte estaba preparado para emular a aquellos héroes y llevar su fama hasta Oriente.
El balance de la incursión, sin embargo, no fue completamente satisfactorio, pues aunque ocupó la isla de Malta y venció en varias ocasiones a los mamelucos, gobernantes del territorio egipcio, el almirante inglés Nelson destruyó la flota francesa en Abukir. En agosto de 1799, Napoleón pudo esquivar el cerco de navíos británicos en una fragata que le devolvió a Francia. Los ejércitos de la República habían sufrido algunos reveses en Centroeuropa y el Directorio se encontraba en plena crisis.
Ascenso al poder
Bonaparte vio con claridad meridiana que ése era el momento propicio para hacerse con el poder. El 18 de Brumario del año VIII de la Revolución (según el calendario republicano francés), correspondiente al 9 de noviembre de 1799, Napoleón derribó al gobierno con un golpe de estado. Se inauguraba una dictadura moderada en la que el pueblo delegaba en su persona, revestida luego del cargo de primer cónsul, el poder ejecutivo por diez años.
El Consulado finalizó con una etapa de desórdenes y anarquía. Una vez en el poder, Napoleón pudo demostrar que aparte de ser un gran general, también estaba interesado por procurar el bienestar de su pueblo y actuó como un excelente administrador y legislador.
En los siguientes años a su proclamación como cónsul, la labor de recuperación, reparación y reforma que realizó fue admirable y espectacular. Napoleón realizó cambios en la administración que otorgaron a Francia unas instituciones que han permanecido hasta hoy. Por ejemplo, la organización judicial, las prefecturas, el Consejo de Estado. Puso fin a las guerras civiles que arrasaban la zona oeste de Francia y estableció una política financiera efectiva que consiguió acabar con el déficit acumulado durante la Revolución.
Aparte de estos éxitos en política interior, hay que añadir los de la política exterior. El 14 de junio de 1800 aplastó nuevamente a los austríacos en la renombrada batalla de Marengo, obligándolos a firmar la paz de Lunéville al año siguiente. Del mismo modo, firmó con el papa el concordato de 1801, que ponía los cimientos para la reorganización de la Iglesia de Francia. Asimismo, ayudaba el resurgimiento de la vida religiosa tras los desastres sufridos en ciertos momentos del período revolucionario.
Coronación como emperador
Fue el propio pontífice Pío VII quien lo coronó como emperador el 2 de diciembre de 1804. Napoleón había comprendido que se hallaba cerca de la cúspide de su poder y no quiso retrasar por más tiempo su entronización.
Ese día, el más suntuoso templo de la ciudad de París, la catedral gótica de Notre-Dame, acogió a los más distinguidos representantes de un pueblo que, según se decía, «odiaba el nombre de los reyes», para que fuesen testigos de la ceremonia. Napoleón, ataviado con su mejor traje de gala, colocó la corona sobre la cabeza de su esposa Josefina y luego recibió de manos del papa la corona imperial, que en un gesto de orgullosa independencia ciñó sobre su frente con sus propias manos.
Sus enemigos llamaron a aquel acto «la entronización del gato con botas». Sus admiradores consideraron que nunca antes Francia había alcanzado mayor grandeza. Se asegura que, cuando el cortejo abandonaba la catedral majestuosamente, Napoleón, al pasar junto a su hermano Jerónimo, no pudo reprimir una sonrisa y le susurró al oído: «¡Si nos viera nuestro padre Buonaparte!»
El imperio de Napoleón
Napoleón se hallaba al frente de uno de los estados más poblados de Europa, en una época en que el potencial demográfico era decisivo a la hora de sostener largas contiendas. Gracias a ello pudo hacer frente a la coalición entre Gran Bretaña, Austria y Rusia, que intentaba acabar con el poderío francés.
Aunque frecuentemente fue vencido en el mar (primero en Abukir, luego en la batalla de Trafalgar), ninguno de los ejércitos enviados contra él pudo hacer nada en tierra. Los nombres de las batallas en las que destrozó a sus enemigos siguen despertando admiración entre los especialistas en táctica militar: Ulm, Austerlitz, Jena, Auerstadt, Friedland y otras muchas fueron sinónimo de victoria y de gloria para los soldados del petit caporal.
Su único tropiezo en esos años se produjo en España, donde su decisión de reemplazar a los Borbones por su hermano José provocó un levantamiento popular. Por vez primera, el ejército napoleónico se mostró incapaz de controlar la situación.
Acostumbrados a rápidas contiendas contra tropas de mercenarios, sus soldados no pudieron acabar con aquellos guerrilleros que peleaban en grupos reducidos y conocían a la perfección el terreno. El emperador en persona tuvo que trasladarse a la Península Ibérica para acabar con la resistencia y reponer a su hermano en el trono.
Corría el año 1809 cuando el matrimonio entre Napoleón y Josefina fue declarado nulo. El emperador necesitaba un heredero y la emperatriz, que ya había tenido varios hijos antes de su matrimonio con Napoleón, era estéril desde los treinta y cinco años.
Cuando los austríacos, vencidos una vez más en la batalla de Wagram, accedieron a firmar la paz de Viena, el precio que impuso Bonaparte fue casarse con la hija del emperador Francisco I, la princesa María Luisa.
El 20 de marzo de 1811 nació por fin el anhelado heredero (Napoleón II Bonaparte) y Napoleón I supo que se encontraba en el apogeo de su poder. Reinaba sobre un imperio que abarcaba la mitad de Europa. A Francia estaban anexionadas Bélgica, Holanda, la orilla izquierda del Rin, las ciudades hanseáticas y buena parte de la península italiana, incluida Roma.
Tres formaciones políticas lo tenían como jefe: la Confederación del Rin, que abarcaba toda Alemania, la Confederación Helvética y el llamado Reino de Italia, con capitalidad en Milán. Nápoles, confiado al mariscal Murat, y la España de José Bonaparte, eran dos estados Vasallos. Muy pocos hombres antes de él y muy pocos después llegaron a dominar tan vastos territorios.
Ocaso y caída de Napoleón
El comienzo del fin de Napoleón fue la campaña de Rusia, que Napoleón emprendió en 1812. Al frente de un ejército de más de medio millón de hombres, el emperador se adentró en las llanuras de Polonia al tiempo que sus enemigos se replegaban a marchas forzadas, obligándole a penetrar profundamente en las estepas rusas.
Tras las victorias pírricas de Smolensko y Borodino las tropas francesas entraron en Moscú, pero Bonaparte no pudo permanecer en la ciudad a causa de la falta de víveres y el desaliento de sus soldados. La retirada fue un completo desastre: el hambre y el crudo invierno se abatieron sobre los hombres y causaron aún más estragos que el acoso selectivo a que se vieron sometidos por el ejército del zar.
El 16 de diciembre tan sólo 18.000 hombres extenuados regresaban a Polonia. El emperador, cabizbajo sobre su caballo blanco, parecía una triste sombra de sí mismo. Ciertamente, Napoleón fue a partir de ese fracaso una sombra del gran general que había sido.
La magnitud de la catástrofe acaecida en Rusia propició que todos sus enemigos se levantasen contra él al unísono. A pesar de algunos éxitos franceses de carácter episódico, la derrota empezó a ser habitual en el vocabulario del acorralado Bonaparte.
La historia que narra el eclipse de su buena estrella es bien conocida: la expulsión de los franceses de España, la invasión de Francia, la entrada de los aliados en París el 31 de marzo de 1814 y la abdicación sin condiciones de Napoleón el 6 de abril de ese mismo año.
Exilio
Después de su abdicación, Napoleón I fue desterrado en la isla de Elba. El que había sido dueño de más de media Europa aún aprovechó los errores de la monarquía restaurada en beneficio de Luis XVIII para regresar a Francia e intentar recuperar el poder en febrero de 1815.
Fue lo que se ha denominado Imperio de los Cien Días, durante los cuales Bonaparte tuvo tiempo de ser aclamado de nuevo por las multitudes de su país. Pudo preparar lo que sería su última gran batalla y su última derrota estrepitosa: la batalla de Waterloo. Luego se entregó a los británicos y fue confinado en Santa Elena, una isla perdida en el Atlántico Sur de la que nunca salió en vida.
Muerte
Napoléon Bonaparte murió el 5 de mayo de 1821 en la isla de Santa Elena. Justo antes escribió un libro de memorias que al ser publicado en Francia hizo renacer su popularidad. Fue convertido en héroe de epopeya por escritores de la talla de Víctor Hugo, Balzac, Stendhal, Heine, Manzoni o Pushkin.
Su leyenda alcanzó la apoteosis en 1840, cuando sus cenizas regresaron a París para ser depositadas bajo la cúpula de la iglesia del Hôtel des Invalides. Complejo fundado por Luis XIV para acoger a los viejos soldados maltrechos por la guerra. Él había sido, sin lugar a dudas, uno de ellos.
Cronología de la vida de Napoleón
A continuación puedes encontrar un resumen de la biografía de Napoleón en forma de cronología o línea del tiempo (timeline). Así no te perderás ningún acontecimiento o hito importante de la vida de Napoleón I Bonaparte:
- Año 1769: El 15 de agosto nace Napoleón Bonaparte en Ajaccio (Córcega).
- Año 1779-1784: Estudios en el colegio-seminario de Autun, la Escuela Militar de Brienne y como artillero en la Escuela Militar de París.
- Año 1789: Revolución Francesa. Napoleón desempeña un papel activo en la resistencia corsa.
- Año 1793: La familia Buonaparte se instala en Marsella. Tolón capitula ante el ataque de Napoleón.
- Año 1795: Barras lo nombra general en jefe del Ejército del Interior.
- Año 1796: Matrimonio con Josefina. Napoleón inicia la campaña de Italia.
- Año 1798: Campaña de Egipto.
- Año 1799: Golpe de estado contra el Directorio. Napoleón es designado cónsul.
- Año 1800: Derrota de los austríacos en la batalla de Marengo.
- Año 1804: Autocoronación imperial de Napoleón y Josefina.
- Año 1805: La flota inglesa derrota a la francoespañola en Trafalgar. Napoleón vence a la coalición de austríacos, rusos y británicos en Austerlitz.
- Año 1810: Anulado su matrimonio con Josefina, se casa con la princesa María Luisa de Austria.
- Año 1812: Campaña de Rusia, que culmina con una catastrófica retirada francesa.
- Año 1814: Entrada de los aliados en París. Napoleón abdica y parte como soberano a la isla de Elba.
- Año 1815: Regreso a París. Imperio de los Cien Días. Derrota de Napoleón en Waterloo.
- Año 1816-1821: Confinado en la isla de Santa Elena.
- Año 1821: El 5 de mayo muerte de Napoleón.
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Fuentes y bibliografía
– AUBRY, O. (1994). Vida privada de Napoleón. Barcelona. Ed. Anaya & Mario Muchnik.
– BONAPARTE, N. (2015). Memorias de Napoleón. Madrid. Desvan De Hanta.
– BONAPARTE, N. (2016). Historia de la Guerra. Madrid. Editorial Esfera.
– BROWLWW, W. (2001). La armada que venció a Napoleón. Akhal.
– CHARDINGI, L. (1989). Napoleón el hombre: una radioscopia de su vida. Madrid. Editorial Edaf.
– CRONIN, V. (2007). Napoleón Bonaparte: una biografía íntima. Santiago. Grupo Zeta.
– DELAMATER, M. (2018). Las campañas de Napoleón. Madrid. Despertaferro Ediciones.
– MANFRED, A (1995). Napoleón Bonaparte. Madrid. Globus.
– ROBERTS, A. (2016). Napoleón (Ayer y hoy de la Historia). Madrid. Ediciones Palabra, S.A.
– SANTIRSO, M. (2021). La Revolución francesa y Napoleón. Barcelona. Shackleton Books.
– VARIOS AUTORES. (2021). Napoleón Bonaparte: La biografía. Barcelona. The United Library.
– AUTOR: CURIOSFERA-HISTORIA.COM
– FECHA DE PUBLICACIÓN: AGOSTO DE 2022