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CurioSfera Historia

Louis Pasteur

Louis Pasteur (1822 – 1895) fue un químico, bacteriólogo, físico y matemático francés cuyos descubrimientos tuvieron gran repercusión en la ciencia. Sus logros fueron fundamentales principalmente en la química (proceso de pasteurización) y en la microbiología (vacuna contra la rabia). En CurioSfera-Historia.com, te explicamos la biografía de Louis Pasteur.

Ver la biografía de Confucio

Introducción

El 6 de julio de 1885, Joseph Meister, un niño de nueve años, fue conducido al pequeño laboratorio que el doctor Pasteur poseía en la parisina calle de Ulm. Había recibido catorce mordeduras de un perro rabioso y ello significaba, casi con toda seguridad, una muerte próxima.

Pasteur había experimentado con una vacuna antirrábica en animales, pero nunca se había atrevido a aplicarla a un ser humano. Ahora se presentaba la ocasión. Pero si fallaba, los enemigos de sus investigaciones podían acusarlo de asesinato, llamarlo falsario y expulsarlo para siempre de la comunidad médica.

Mientras inyectaba al niño la vacuna, Pasteur debió de pensar angustiado en los numerosos logros obtenidos a lo largo de su vida de investigador, que en ese instante arriesgaba a una sola carta. Legaba a la posteridad una buena colección de magníficos hallazgos, pero ninguno podía compararse a lo que estaba a punto de averiguar. Todo o nada. El descrédito o la gloria. Tal era la apuesta.

Entre el laboratorio y las aulas

Louis Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822. No tuvo infancia ni adolescencia, o al menos ésa es la impresión que se desprende de sus datos biográficos. Su existencia no parece comenzar en la aldea de Dôle, donde nació, sino años después, cuando se inicia su meteórica carrera como químico y bacteriólogo.

Quién fue Luis Pasteur y cuáles fueron sus descubrimientos

Primero estudió en la École Nórmale Supérieure de París y luego recorrió un sinfín de prestigiosas universidades desarrollando siempre labores importantes. Fue profesor de diversas materias, decano, jefe de estudios científicos, administrador y director de laboratorio.

Y, sobre todo, nunca dejó de investigar con éxito. Tanto es así, que su vida puede y debe ser contada a través de sus descubrimientos. Ya en 1847 llevó a cabo una importante serie de investigaciones sobre la relación entre la actividad óptica, la estructura cristalina y la composición química de los compuestos orgánicos. Lo que acabaría sentando las bases de la estereoquímica, ciencia que estudia la distribución espacial de las moléculas y la incidencia de ésta en sus propiedades.

Más familiares son para el profano sus estudios sobre la fermentación, iniciados en 1857. Repercutieron en la introducción de sustanciales mejoras en las industrias del alcohol, el vino, el vinagre y la cerveza, y que dieron origen a su obra Études sur le vin.

También la implantación del proceso denominado pasteurización, que consiste en tratar mediante calor un líquido alimenticio para eliminar las bacterias patógenas que pueda contener, sin alterar su estructura ni sus componentes.

Este descubrimiento había de salvar a millones de niños de los estragos de la tuberculosis ósea. Pasteur sentó también las bases de la cirugía aséptica en un tiempo en que las infecciones reinaban en los quirófanos. Consiguió salvar la industria francesa de la seda al averiguar cómo se transmitía la enfermedad del gusano de seda, que amenazaba con ser su ruina.

La vacuna antirrábica

De un modo casual, en 1877 empezó sus trabajos para combatir la rabia, una enfermedad tan letal que ninguna persona en la historia de la medicina había sobrevivido a ella. Pasteur pensó que si se debilitaba suficientemente el virus de la rabia, se podría emplear como una vacuna protectora que estimulase al sistema inmunológico a elaborar de­fensas contra el virus puro, que es necesariamente mortal. Se trataba, pues, de un principio antiguo consagrado por la homeopatía.

Arriesgando su propia vida, Pasteur chupaba con un tubo de vidrio la saliva de las fauces babeantes de un perro rabioso para inyectarla luego en conejos. Cuando el virus comenzaba a hacer presa en éstos, les extraía médula espinal, donde el mal atacaba con más violencia, y la dejaba secar con la esperanza de que el virus se debilitaría hasta volverse inocuo.

Los experimentos con animales demostraron la certeza de su hipótesis: una emulsión obtenida de médula desecada durante catorce días ya no provocaba la enfermedad en conejos sanos, sino que los protegía contra ella.

¿Ocurriría lo mismo con los seres humanos? Estaba a punto de conocer la respuesta y aquel niño llamado Joseph Meister iba a dársela. Primero le inyectó una vacuna de médula de conejo desecada durante catorce días. AI día siguiente aplicó al muchacho una dosis más fuerte de médula de trece días. Y así, sucesivamente, continuó el tratamiento. Por último, le trató con una dosis de la médula de conejo que había muerto el día anterior.

Tal como esperaba la resistencia del organismo de Joseph había aumentado hasta el punto de que aquella inyección, de vrus mortal, no produjo en él reacción alguna. El muchacho estaba a salvo.

El éxito y la gloria

Nunca con anterioridad fue tanto el interés público ante un descubrimiento científico. La noticia se difundió con rapidez y de una manera espontánea se inició una colecta a nivel mundial para que Pasteur tuviera su propio instituto de investigaciones. En Italia, un periódico de Milán recaudó varios millares de liras entre sus lectores; el zar Alejandro III envió una importante suma en rublos; el emperador del Brasil y el sultán de Turquía también contribuyeron.

Por fin, el 14 de noviembre de 1888, el Instituto Louis Pasteur se hizo realidad. En la ceremonia inaugural, a la que asistió el presidente de la República de Francia en persona, aquel hombre de corta estatura, áspera perilla y notoria cojera llamado Louis Pasteur no pudo pronunciar ni una sola palabra.

Su hijo tuvo que leer su discurso mientras Pasteur se enjugaba las lágrimas. Había ganado la apuesta y alcanzado la gloria. Finalmente, el 28 de septiembre de 1895 Louis Pasteur muere en la población de VilIeneuve-L’Etang.

Cronología de la vida de Louis Pasteur

A continuación, puedes ver un resumen de la biografía de Louis Pasteur en forma de cronología o línea del tiempo (linetime). De este modo, no te vas a perder ninguno de los más importantes acontecimientos históricos de la vida de Louis Pasteur:

  • Año 1822: El 27 de diciembre nace Louis Pasteur en Dôle (Francia).
  • Año 1849: Enseña química en la universidad de Estrasburgo,
  • Año 1854: Profesor y decano en la universidad de Lille.
  • Año 1857: Enuncia una novedosa teoría sobre la fermentación.
  • Año 1860: Se opone en diversos estudios a la teoría de la generación espontánea.
  • Año 1861: Define la fermentación como “vida sin aire”.
  • Año 1865: Emprende la investigación de la enfermedad del gusano de seda.
  • Año 1866: Publica Études sur le vin, dando lugar a la implantación de la pasteurización.
  • Año 1867: Es nombrado profesor de química de La Sorbona.
  • Año 1877: Emprende el estudio del carbunco, enfermedad infecciosa de los animales.
  • Año 1879: Halla el método para inmunizarse contra esta enfermedad.
  • Año 1881: Presenta públicamente su vacuna para el carbunco. Comienza sus investigaciones sobre la rabia.
  • Año 1885: Emplea la vacuna contra la rabia por primera vez en seres humanos.
  • Año 1888: Se inaugura el Instituto Pasteur.
  • Año 1895: El 28 de septiembre Louis Pasteur muere en VilIeneuve-L’Etang.

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