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Batalla de Kahlenberg o segundo asedio de Viena (1683)

La batalla de Kahlenberg tuvo lugar el 11 y 12 de septiembre de 1683, poniendo fin al segundo asedio de Viena que se inició el 15 de julio del mismo año. Los otomanos acorralaron la capital austríaca durante casi dos meses. Una alianza de países centro-europeos cristianos acudió al rescate y consiguió vencer al ejército otomano. En CurioSfera-Historia.com, te contamos la historia de la batalla de Kahlenberg.

Ver el sitio y batalla de Belgrado

Datos de la batalla de Kahlenberg

  • Fecha: inicio del asedio 15 de julio. Batalla 11 y 12 de septiembre de 1683.
  • Lugar: montaña de Kahlenberg, afueras de Viena, Austria.
  • Combatientes: Alianza cristiana (Sacro Imperio Romano Germánico y la Mancomunidad de Polonia-Lituania “Liga Santa”, contra los otomanos.
  • Unidades: Defensores de Viena: 16.000 soldados y 9.000 ciudadanos; ejército de refuerzo en la batalla de Kahlenberg: 75.000-80.000 hombres. Por el bando otomano 90.000 hombres durante el asedio y unos 50.000 en la batalla de Kahlenberg.
  • Objetivo: Los otomanos querían conquistar la capital de los Habsburgo: Viena.
  • Resultado: La alianza de países cristianos europeos vencieron al ejército otomano.
  • Personajes protagonistas: Comandante en jefe de las fuerzas de defensa de Viena: conde Ernst Rüdiger von Starhemberg. El comandante en jefe del ejército de refuerzo: Jan III Sobieski, rey de Polonia. Los otomanos estaban comandados por el gran visir Kara Mustafá Pasha.
  • Bajas: 2.000 bajas en la alianza cristiana y 10.000 bajas en las tropas otomanas.
  • Consecuencias: Viena fue salvado por una coalición de países centro-europeos. La derrota del gran visir provocó su caída y ejecución, también el destronamiento del sultán Mehmet IV. La derrota otomana supuso un retroceso en su imperio, pero no su destrucción.

Antecedentes

En 1683, aproximadamente un siglo y medio después del primer asedio fallido de Viena (1529), los otomanos volvieron a plantarse ante las murallas de la capital de los Habsburgo. Esto supuso un gran cambio en las recientes relaciones entre otomanos y Habsburgo,

Hasta ese momento, fueron relativamente pacíficas en la primera mitad del siglo XVII. En gran parte, debido a los compromisos de los Habsburgo en la guerra de los Treinta Años (1618-1648) y a la prolongada guerra entre otomanos y venecianos por Creta (1645- 1669).

antecedentes segundo asedio de Austria

Las hostilidades estallaron en la década de 1660, época en la que se produciría una serie de conquistas otomanas: Hungría (1660 y 1663), Creta (1669) y PoloniaLituania (1672). Y todo ello bajo el hábil liderazgo del gran visir Köprülü Mehmed Pasha (1656-1661) y de su hijo, Köprülüzade Fazil Ahmed Pasha (1661-1676).

El aumento de la actividad y la capacidad militar de los otomanos se unió a las reformas introducidas por el gran visir Köprülü, que reforzó la autoridad de Estambul y mejoró sus competencias administrativas y económicas.

La reciente reavivación de las fortunas militares otomanas y la política conciliatoria de Viena hacia los otomanos con la firma del Tratado de Vasvár, se interpretaron en Estambul como señales de debilidad de los Habsburgo. Dicho tratado del 10 de agosto de 1664, reconocía las últimas conquistas otomanas en Hungría, a pesar de una victoria decisiva de los Habsburgo en Szentgothárd el 1 de agosto de 1664.

La ineptitud del emperador Leopoldo contra los insurgentes húngaros en la década de 1670 y, en especial, el éxito de la insurrección de Imre Thókóly (1681-1683) que dio como resultado otro estado prootomano (el «principado de Hungría media», en la Alta Hungría, entre la Hungría monárquica controlada por los Habsburgo y el principado de Transilvania, vasallo de los otomanos) reforzaron la percepción otomana de la vulnerabilidad Habsburgo.

La política de «reuniones» de Luis XIV (que consistía en capturar territorios en su frontera nordeste sólo porque se les habían otorgado en tratados anteriores) y la debilidad militar de los Habsburgo convenció al gran visir Kara Musfatá Pashá de que había llegado el momento de asediar Viena. Cuando se puso en marcha, su valoración de la política internacional y de las capacidades otomanas y Habsburgo resultó errónea.

El camino a Viena

Los rumores de un posible ataque otomano contra los Habsburgo se extendieron a partir de la década de 1670, pero Kara Mustafá no logró asegurarse del apoyo del sultán para su campaña hasta agosto de 1682. El sultán Mehmet IV (1648-1687) y su ejército salieron de Edirne, la capital antigua, el 1 de abril de 1683. Llegaron a Belgrado a principios de mayo. Allí, los jenízaros, los artilleros y el grueso de la caballería provincial de Asia Menor y de las provincias árabes se unieron al ejército.

tácticas Batalla de Kahlenberg
De izquierda a derecha: El conde Ernst Rüdiger von Starhemberg, Jan III Sobieski (rey de Polonia) y el gran visir Kara Mustafá Pasha

El sultán Mehmet decidió quedarse en Belgrado y nombró al gran visir comandante en jefe. La decisión de sitiar la capital Habsburgo, en lugar de Komárom y Györ (Raab en alemán), objetivos oficiales de la campaña, se tomó en Székesfehérvár el 25 de junio o bien en el campamento militar próximo a Györ entre el 1 y el 7 de julio.

El 7 de julio, el gran visir salió del campamento de Györ rumbo a Viena con el ejército principal y dejó a Ibrahim Pashá (el beylerbeyi, o gobernador de Buda) con 25.000 soldados otomanos y 10.000 tártaros para sitiar Gyor. El gran visir llegó a Viena el 14 de julio con un ejército de aproximadamente 90.000 hombres. De los vasallos otomanos, sólo los tártaros participaron en el enfrentamiento real.

El asedio

El emperador Leopoldo y su corte salieron de Viena el 7 de julio rumbo a Linz y Passau. Los defensores de Viena, al mando del conde Ernst Rüdiger von Starhemberg, sumaban 16.000 hombres: 10.000 de infantería y 6.000 coraceros. Además, contaban con el apoyo de 8.000 ciudadanos y 700 estudiantes universitarios preparados para el servicio militar.

historia segundo asedio de Viena

Las fortificaciones de la ciudad se modernizaron en la década de 1670 y se reforzaron antes del sitio. Gracias a la incansable diplomacia del papa Inocencio XI (1676-1689), la ayuda militar eficaz también iba de camino.

Después de un asedio preventivo fallido contra Érsekújvár, las fuerzas Habsburgo (comandadas por el talentoso duque Carlos de Lorena, 1643- 1690) intentaron asegurar la orilla izquierda del Danubio mientras esperaban a las tropas aliadas polacas.

Éstas iban a unirse al ejército de refuerzo según una «ofensiva perpetua y una alianza defensiva» firmada en Cracovia por los representantes del emperador y Jan III Sobieski, rey de Polonia (1647-1696), el 31 de marzo (un día antes de que el sultán abandonase Edirne).

Los Habsburgo y la diplomacia papal también garantizaron la participación de aproximadamente 10.000 soldados bávaros y un número similar de soldados sajones liderados por los electores de Baviera y Sajorna: Maximiliano II Emanuel y Johann Georg III, respectivamente.

El 15 de julio, Viena fue rodeada y aislada. Aquel mismo día comenzó el asedio propiamente dicho con un intenso bombardeo que se prolongó durante los dos meses siguientes. A lo largo del asedio, los otomanos concentraron sus ataques contra las murallas situadas entre los bastiones de Burg y Löbl.

Sin embargo, tal como ocurriera en 1529, los otomanos carecían de artillería pesada y, además, sus 130 cañones de campaña y sus 19 cañones de calibre medio no superaban en número a los 260 cañones y morteros de los defensores.

Por su parte, los defensores de Viena carecían de suficiente munición, lo que explica por qué sólo se dispararon uno o dos disparos por arma al día durante el asedio. Los ataques otomanos a las trincheras y las minas, de los que los soldados del sultán eran expertos, demostraron ser más efectivos que los bombardeos.

No obstante, los defensores se mantuvieron firmes, realizaron frecuentes salidas, repararon las murallas e Impidieron el paso de los asediadores erigiendo fortificaciones por detrás de las brechas sin perder un minuto.

Los otomanos no pudieron tomar el Burg Ravelin hasta el 2 de septiembre. El 6 del mismo mes, otra mina explotó bajo el bastión de Burg y los defensores, que ya se hablan visto reducidos a la mitad y se encontraban debilitados por la disentería y la escasez de alimentos, esperaron un asalto final decisivo.

Sin embargo, Kara Mustafá apostó su ejército delante de las murallas con el fin de obligar a la ciudad a rendirse. Si este asalto final hubiese estado en manos del gran visir, habría tomado la ciudad antes de la llegada de los refuerzos.

La batalla crucial en Kahlenberg

La batalla decisiva tuvo lugar en 12 de septiembre cerca de Kahlenberg, en los límites de los bosques de Viena. El ejército de refuerzo, compuesto por 75.000-80.000 hombres y 160 cañones, se reunió al noroeste de Viena.

quién ganó la Batalla de Kahlenberg

Las tropas de Baviera, Sajonia, Franconia y Suabia sumaban 35.000-40.000 hombres, y se unieron a las fuerzas imperiales de 20.000 soldados comandados por Lorena. Las últimas tropas en llegar, las del rey polaco Jan Sobieski, podrían ascender a unos 20.000 hombres.

Kara Mustafá, en un acto de infravaloración de la fuerza del ejército de refuerzo, dejó a la mayoría de sus jenízaros en las trincheras e intentó derrotar a las tropas cristianas aliadas con una carga decisiva de caballería.

Aunque los cronistas otomanos cifran en 28.400 hombres las fuerzas otomanas que participaron en Kahlenberg, con las tropas tártaras y otras fuerzas auxiliares debieron alcanzar los 50.000 hombres (aunque contaban sólo con 60 cañones de campaña). Kara Mustafá esperaba que el ataque cristiano se produjese el 11 de septiembre y ordenó a sus soldados que permaneciesen despiertos durante toda aquella noche.

La batalla realmente comenzó la madrugada del 12 de septiembre y enfrentó a las fuerzas de vanguardia otomanas (al mando de Kara Mehmet Pashá) y al ala izquierda cristiana mandada por Lorena cerca de Nussberg.

Las tropas de Lorena, reforzadas por los sajones, no tardaron en alcanzar el ala derecha otomana, comandada por Ibrahim Pashá. Los bávaros y los francos también descendieron de las laderas y se adentraron en el interior para unirse a la batalla contra el ala derecha y el centro otomanos.

Los polacos de Sobieski, en el ala derecha cristiana, avanzaron lentamente debido a la dificultad del terreno, pero en torno a las 13:00 horas la vanguardia polaca ya había llegado a Dombach.

Aunque los otomanos lucharon con ahínco, un ataque cristiano global que comenzó después de las 15:00 horas decidió el destino de la batalla. El ala izquierda otomana y los tártaros fueron incapaces de soportar la carga de la caballería y los dragones polacos, que fueron los primeros en llegar al campamento otomano desde el oeste. A las 18:00 horas, los otomanos ya habían sido derrotados.

Los que no murieron en el enfrentamiento huyeron del campo de batalla, dejando detrás un generoso botín (el campamento otomano al completo) para los cristianos.

Consecuencias y repercusiones

Viena fue salvada por una coalición de países centro-europeos cuyo ejército resultó superior desde el punto de vista táctico. Por primera vez en la historia de las confrontaciones entre otomanos y europeos, se logró igualar a los otomanos en cuando a número de hombres así como de armas, además del apoyo logístico.

qué consecuencias tuvo la Batalla de Kahlenberg

La derrota del gran visir provocó su caída y ejecución, seguida muy de cerca por el destronamiento del sultán Mehmet IV. La campaña de 1683 encabezada por Kara Mustafá provocó la creación de una coalición antiotomana, también llamada Liga Santa.

En la guerra de 1684-1699, los otomanos perdieron Hungría, la conquista más prestigiosa del sultán Solimán (batalla de Mohács). A pesar de todo, los otomanos estaban muy lejos de ser derrotados: a principios del siglo XVIII se produjo su resurgimiento militar y sus éxitos, así como la limitación de la capacidad militar de los Habsburgo.

El tratado de paz de Karlowitz puso fin a la guerra entre Habsburgo y otomanos. Asimismo, señaló una nueva era en la historia de las relaciones entre las dos partes.

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