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Historia de la central eléctrica: origen e inventor

El crecimiento de las necesidades de electricidad durante el siglo XIX está directamente ligado a la popularización de las bombillas. Así, el problema de la creación de centrales eléctricas aparece en la medida en que el alumbrado eléctrico deja la fase experimental. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos la historia de la central eléctrica, su origen y quien la inventó.

Ver el origen de la luz eléctrica

Quién inventó la central eléctrica

Los inventores de la central eléctrica fueron Samuel Alfred Varley, Charles Wheatstone, Werner Siemens y Henry Wilde en el año 1866. Luego, en 1870, el belga Zénobe Gramme pone a punto la primera dinamo eficiente, que «endereza” la corriente alterna inducida y produce una corriente con­tinua menos fluctuante que las obtenidas hasta entonces. Después de él, otros invento­res, Werner Siemens, Thomas Edison, R. E. B. Crompton, John Hopkinson, Emile Bürgin, trabajan en mejorar sus características.

Origen de la central eléctrica

El primer suministro público de electricidad se realiza en mayo de 1881 en Gran Bretaña, en la pequeña ciudad de Goldaming (Surrey). Un generador Siemens accionado por una rueda de molino de agua abastece a una decena de usuarios, con un total de 57 lámparas incandescentes. El régimen de agua, demasiado irregular, obliga pronto a cambiar la rueda de molino por una máquina de vapor. Sin embargo, en 1884 el experimento se detie­ne por ser muy poco rentable, y Goldaming vuelve al alumbrado con gas.

cuándo se inventó la central eléctrica

En 1881-1882, otras ciudades de Inglaterra, como Chesterfield y Norwich, desarrollan breves inten­tos de alumbrado eléctrico. De hecho, el abastecimiento de corriente eléc­trica es un lujo que sólo unos pocos particulares despreocupados por el gasto pueden per­mitirse.

En 1881 por ejemplo, Joseph Swan instala unas cin­cuenta bombillas en el solar de su amigo sir William Armstrong, quien dispone de un molino de agua y un generador. La corriente continua es transmitida a través de dos alam­bres de cobre soportados por unos postes tele­gráficos sobre una distancia de aproximada­mente dos kilómetros.

No se sabe cómo regular la potencia que entrega el generador, lo que ocasiona grandes pérdidas de corriente, como lo admite el propio sir Armstrong: «El método desperdicia energía, pero puedo per­mitirme gastar lo que no me cuesta y que tengo en gran cantidad.» Naturalmente, sir Armstrong se olvida de mencionar los gastos de instalación y de funcionamiento de su cen­tral eléctrica privada, que tuvo que construir antes de instalar el alumbrado eléctrico.

Antecesores de la central eléctrica

Esa situación explica por qué, a excepción de las residencias de unos pocos aficionados adinerados (como la del científico William Thomson y lord Kelvin), las primeras lámparas se colocan en los buques donde la corriente eléctrica es suministrada por las máquinas a un generador.

En 1881, Edison equipa el barco de vapor Columbia con 350 lámparas incandescentes. En 1883, 25 naves emplean lámparas Swan. Sin embargo, la popularización del alumbrado eléctrico impone un sistema más general y menos cos­toso para la distribución de la electricidad. Este sistema se vuelve posible con los perfec­cionamientos de los generadores, en particu­lar el descubrimiento de los principios de la autoexcitación que permite aumentar en gran medida su rendimiento.

Primera central eléctrica

Las primeras centrales eléctricas son las de Holborn Viaduct, en Londres, y Pearl Street, en Nueva York, construidas por Edison en 1882. Funcionan con unos generadores Edi­son, arrastrados por potentes máquinas de vapor. Cada generador alimenta de corriente unas 1000 a 1200 bombillas. El suministro a los usuarios y a la ciudad se hace por vía subterránea, y el consumo particular se mide con medidores electrolíticos.

dónde se inventó la central eléctrica

El éxito del experimento sienta las bases sobre el suministro de electricidad a nivel nacional y permite demos­trar la superioridad de la corriente alterna sobre la continua para el transporte y distribución de energía eléctrica, de gran importancia para el desarrollo de las centrales.

En efecto, con la corriente alterna se puede trans­mitir sin calentamiento una fuer­za electromotriz muy superior a la de la corriente continua. Así, se puede concebir la construcción de líneas de alta tensión que, con el desa­rrollo tecnológico de la tur­bina y las dinamos, harán posible el transporte de la energía hidroeléctrica ge­nerada por las presas.

En 1884, los franceses Luden Gaulard y J. D. Gibbs desarrollan un transfor­mador para la transmisión eficiente de la corriente alterna. El estadounidense Charles Parsons construye en 1884 los primeros turbo­generadores (turbinas de vapor pro­ductoras de corriente eléctrica), para hacer girar los generadores en las cen­trales.

Durante el mismo año, Gaulard construye la primera central eléctrica accionada por un salto de agua en Bellegarde, cerca de Nímes. En 1886, el francés César Desprez rea­liza los primeros intentos de transmi­sión de corriente eléctrica (continua) desde Creil hasta París. Se abre Forth Banks Power Station (Newcastle, Gran Bretaña), la primera central con turbogenera­dores en 1890.

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