Las ideas geniales resuelven de manera sencilla problemas complejos, y la historia de la aspiradora no es una excepción. El ingenio humano siempre ha intentado simplificar las tareas domésticas, y el aspirador es un ejemplo de ello. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos su origen, quién la inventó y cómo ha sido su evolución con el paso del tiempo.
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Origen de la aspiradora
La idea de este electrodoméstico tiene su origen en las preocupaciones del norteamericano M.R. Bissell, dueño de una tienda de objetos de porcelana. Queriendo paliar los problemas que le ocasionaban su alergia al polvo, inventó la barredora o cepillo giratorio que patentó en 1876, con el nombre de Grand Rapids.
Años después, hacia 1898, se presentó en el Empire Music Hall de Londres un artefacto que hoy no merecería el nombre de aspiradora, ya que consistía en una máquina provista de una caja metálica cuyo interior alojaba una bolsa de aire comprimido. Ésta se proyectaba sobre la alfombra con la pretensión de que el polvo se depositara en la caja. Cosa que nunca ocurría, sino que al contrario: la caja era el único sitio adonde no iba a parar nunca. Un rotundo fracaso.
A una demostración tan extravagante como aquella, llevada a cabo en la estación de San Pancracio de Londres asistió un joven constructor de puentes y experto en diseño de grandes ruedas llamado Hubert Cecil Booth.
Quién inventó la aspiradora
Si te preguntas, ¿quién inventó el aspirador? La respuesta es que el inventor de la aspiradora es el ingeniero británico Hubert Cecil Booth (1871-1955) en el año 1901. Este ingeniero también diseño varias norias, modernas fábricas y puentes colgantes.
Efectivamente, este personaje ya había diseñado la gran noria de Blackpool, en Londres, y la gigantesca noria de Viena, que se hizo famosa en la película El tercer hombre. El joven Booth, vio a partir de aquella demostración que en vez de expirar el aire, como hacían aquellos artefactos, lo que la máquina debería hacer era aspirarlo.
Convencido de ello dio vueltas a aquella idea hasta hallar la solución, como comentó en su cuaderno de notas: «Hoy hice el experimento de aspirar con mi propia boca el respaldo de una silla tapizada en un restaurante de Victoria Street; el polvo me hizo toser estruendosamente, pero conseguí aspirarlo».
Aquel experimento convertía la boca y garganta de H. Cecil Booth en la primera aspiradora. Pero aunque el modo de realizar el experimento era propio de un obseso, el principio era válido y funcionaba. El secreto estaba en encontrar un tejido de urdimbre espesa que sirviera de filtro, y lo encontró en 1901, año en el que patentó su invento.
Evolución de la aspiradora
Las aspiradoras anteriores al uso de la electricidad tenían fuelles que eran accionados a mano o mediante los pies. También hubo modelos que como las ruedas de la barredera utilizaron agua para filtrar el polvo. Estos armatostes eran accionados por al menos dos personas, ya que una tenía que atender al fuelle y otra aplicaba la boquilla al suelo.
Ya en 1869, el inglés G. Mc. Gaffey había registrado un aparato con pretensiones similares. También, meses antes que Booth, el fontanero norteamericano D. E. Kenney patentó un modelo de aspiradora, aunque no obtuvo la patente hasta 1907.
La llegada del motor eléctrico desterró a estas venerables ancianas del mundo del electrodoméstico. La primera aspiradora eléctrica eficaz fue invento de un norteamericano de Ohio, Murray Spengler, aunque su patente es siete años posterior a la concedida a Hubert Cecil Booth. Murray Spengler obtuvo su patente en 1908 y junto con William B. Hoover fundó la Hoover Company que lanzaría al mercado el Modelo O.
El invento de H. Cecil Booth era un armatoste rudimentario, pesado, de enormes proporciones, dotado de bomba, cámara de polvo, motor… y una carretilla para llevarlo de un sitio a otro, cuando no un carro tirado por caballos. Su larga manguera flexible se introducía por la ventana mientras se ponía en marcha, y eran necesarias dos personas para manipularlo. Hay que tener en cuenta que Booth pensó en él como un servicio a domicilio, no como un electrodoméstico que cada familia debiera tener en casa. Algo parecido a lo que sucedió con la licuadora.
Era natural que las amas de casa no se hubieran propuesto ni por asomo adquirir un cacharro así. Sus primeros clientes fueron los dueños de grandes locales públicos, como teatros, tiendas y hoteles. Su primer encargo le vino de la abadía de Westminster, con el cometido de aspirar el polvo de la enorme alfombra, que cubría el suelo del templo y que pisaría el rey Eduardo VII, en la ceremonia de coronación en 1901.
Los tiempos heroicos de este genial cacharro la aspiradora tuvo otros usos. Durante la Primera Guerra Mundial se ordenó llevar aspiradoras al Crystal Palace de Londres, en cuyos suelos yacían los enfermos de tifus exantemático cuyo rápido contagio atribuían los médicos al polvillo en suspensión.
Quince aspiradoras trabajaron día y noche aspirando suelos, escaleras, paredes e incluso las vigas del edificio: se extrajeron treinta y seis camiones de polvo y tal vez por una feliz casualidad terminó la epidemia. Este hecho contribuyó al triunfo y reconocimiento del nuevo invento, que conoció a partir de entonces cambios e innovaciones.
La primera aspiradora realmente eficaz fue cosa de Murray Spengler, que asociado con W. B. Hoover, comercializó en 1908 un aparato que haría historia: la aspiradora Modelo O. Otra de las más eficaces de la época fue la aspiradora Baby Daisy.
Todas las aspiradoras posteriores son hijas de este artilugio económico y eficaz. Atrás quedaba para siempre la ingrata tarea de sacudir el polvo o limpiar la alfombra: la pesadilla del servicio y de las amas de casa que no contaban con ayuda doméstica había terminado.
Historia de la aspiradora resumen
La invención de la aspiradora está ligada a la limpieza de las alfombras que cubrían todos los hogares que se preciaran en la Europa del siglo XIX. El primero en lograr algo fue el inglés sir Joseph Withworth en 1859. Diseñó un limpiador, con un ventilador que empujaba el polvo dentro de una caja, pero no tuvo éxito.
En 1869, el americano Ives W. McGaffey ideó otro aparan para limpiar alfombras que funcionaba mediante una manivela; consiguió una patente y fabricó unas decenas que se vendieron a 25 dólares de la época. Una reliquia que se perdió en el gran incendio de Chicago de 1871 y de la que han sobrevivido dos ejemplares.
En 1876, Melvill Reuben Bissell inventó la primera aspiradora que tuvo éxito, la Grand Rapids. En Inglaterra, la limpiadora mecánica de alfombras Ewbank llegó incluso a los suelos del palacio de Buckingham.
Consistía en un recipiente que tenía un cilindro con un cepillo giratorio que barría el suelo y guardaba el polvo en un pequeño contenedor. La persona la empujaba mediante un palo unido al recipiente. Ninguna tenía succión, de manera que no aspiraban la suciedad escondida entre los hilos de la alfombra.
Un día, el ingeniero inglés Hubert Cecil Booth contemplaba una exhibición de aspiradoras en el Empire Music Hall de Londres; observó cómo pasaban aire a presión a través de la alfombra, produciendo una gran cantidad de polvo que volvía a caer sobre la alfombra.
Estaba claro que la solución pasaba por la aspiración; Booth lo vio claro. Cenando en un restaurante con unos amigos, les hizo una demostración reveladora. Aspiró con la boca a través de un pañuelo colocado sobre uno de los brazos del sillón en el que se hallaba sentado y les mostró la cantidad de polvo acumulada al otro lado de la tela.
El 30 de agosto de 1901, Both patentó la primera aspiradora. El motor y la bomba eran tan grandes que debían colocarse sobre un artefacto con ruedas y no podían entrar en la casa, que se limpiaba con una manguera muy larga.
Tuvo un gran éxito cuando tuvo que limpiar la abadía de Westminster con motivo de la coronación de Eduardo VII en 1902. El rey quedó tan contentó que compró dos aspiradoras, una para el palacio de Buckingham y otra para el de Windsor.
Cronología del origen de la aspiradora
A continuación, puedes ver un resumen de la historia de la aspiradora en forma de cronología o línea del tiempo (linetime):
- Año 1859: El inglés sir Joseph Whitworth patenta la primera limpiadora de alfombras con un ventilador que empuja el polvo dentro de un recipiente, pero no tiene éxito.
- Año 1869: El americano Ives W. McGaffey idea un aparato para limpiar alfombras que funciona mediante una manivela y consigue vender unos cuantos en Chicago, pero la mayoría se perderán en el incendio de 1871.
- Año 1876: El americano Melvin Bissell fabrica la primera limpiadora de alfombras que tiene éxito, la Grand Rapid.
- Año 1899: John Thurman, de Sant Louis, fabrica la primera aspiradora con un motor de gasolina.
- Año 1901: El británico Hubert Cecil Booth patenta la primera aspiradora de la historia y el año siguiente funda la Vacuum Cleaner Company.
- Año 1905: Los americanos Champan & Skinner fabrican la primera aspiradora para el hogar.
- Año 1907: Un conserje asmático, James Murray Spangler, que trabajaba en unos grandes almacenes de Ohio, fabrica la primera aspiradora portátil. Lo hizo uniendo un pequeño motor, un cepillo giratorio, una funda de almohada y un mango de escoba.
- Año 1908: El esposo de una de las primas de Spangler, William Hoover, le compra los derechos de la patente y empieza a fabricar la Electric Suction Sweeper.
- Año 1913: La empresa sueca Lux (luego Electrolux) fabrica la primera aspiradora con un cilindro que pesaba 14 kilos y costaba 350 coronas.
¿Cómo se dice aspirador o aspiradora?
¿Cómo debemos llamar a este artilugio: aspirador o aspiradora? En Medicina y en Física existe desde el siglo XIX el “aparato aspirador” que produce una absorción de aire o de otro gas. Dentro del ámbito de la Física y la Química es muy frecuente el uso de aspiradores para hacer pasar una corriente de gas por un tubo o por una vasija.
En alusión a la máquina que aspira el polvo el Diccionario oficial indica el femenino: aspiradora, sin duda por la necesidad de concertar el adjetivo con el sustantivo máquina. De haberse concertado con el sustantivo aparato diríamos el aspirador.
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Fuentes y bibliografía
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– SHOBHIT, M. (2008). Historia de los inventos desde la Antigüedad a nuestros días. Madrid. H. F. Ullmann.
– AUTOR: CURIOSFERA-HISTORIA.COM
– FECHA DE PUBLICACIÓN: MARZO DE 2020