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CurioSfera Historia

Batalla de Sekigahara (1600)

La batalla de Sekigahara tuvo lugar el 21 de octubre de 1600 en la prefectura de Gifu, Japón. Se enfrentaron las dos facciones más poderosas del país: el “ejército oriental” de Tokugawa Ieyasu y el “ejército occidental” de Ishida Mitsunari. Fue una de los choques bélicos más decisivos del país nipón. En CurioSfera-Historia.com, te contamos la historia de la batalla de Sekigahara.

Ver la batalla de Poltava

Datos de la batalla de Sekigahara

  • Fecha: 21 de octubre de 1600.
  • Lugar: Prefectura de Gifu, Japón.
  • Combatientes: Ejército oriental o del este, contra ejército occidental o del oeste.
  • Objetivo: Mantener la unificación de Japón o permitir su desmembramiento.
  • Resultado: Vitoria del ejército oriental de Tokugawa Ieyasu.
  • Unidades: Ejército oriental 75.000 hombres. Ejército occidental 128.000 hombres, aproximadamente.
  • Armas: Lanza japonesa (yari), la nihontō o Katana, arco japonés (yumi), espada corta (wakizashi) y arcabuces.
  • Personajes protagonistas: En el bando oriental, Tokugawa leyasu y Kobayakawa Hideaki. En el bando occidental, Ishida Mitsunari.
  • Consecuencias: 6.000 bajas por parte de las tropas orientales y 9.000 en las tropas occidentales. El Tennô de Kyoto acordó nombrar sogún leyasu, el rango militar más alto. Ahora podía actuar como el gobernante del país.

Antecedentes y contexto

Hasta finales del siglo XVI, el archipiélago japonés fue testigo de casi 250 años de rivalidad y conflictos internos. De esos años, más de un siglo estuvo ocupado por guerras más o menos intensas. Una elite guerrera tenía el poder. Los guerreros de éxito recibían bienes raíces que incluían el derecho a gobernar a grupos de campesinos dependientes.

Este derecho de gobernar tierras y personas a cambio de un servicio militar dio lugar a una jerarquía social que los primeros europeos que visitaron Japón compararon con la Edad Media. Esto les indujo a aplicar el término «feudalismo» en sus descripciones de esta aristocracia guerrera.

En realidad, la jerarquía de los terratenientes militares japoneses mostraba algunas similitudes sorprendentes con el orden social de los caballeros medievales occidentales, aunque se diferenciaban en un aspecto crucial.

Si en el Occidente medieval los caballeros ocupaban el escalón superior de mando sometidos al emperador y a los diferentes reyes, la elite guerrera japonesa estableció y mantuvo su posición como subsistema social dentro de la estructura política más general liderada por el emperador, o Tennô.

Éste continuó siendo considerado como el legitimador supremo del poder secular, y por tanto no formaba parte de la elite de guerreros. En con­secuencia, las rivalidades y las campañas militares que enfrentaron a los guerreros nunca fueron por la «unidad» de Japón. Ni siquiera en el siglo XIII (cuan­do existieron dos ramas rivales de la dinastía im­perial, apoyadas por facciones guerreras también opuestas).

Preludio de la batalla

A lo largo del siglo XVI se produjo una transformación según la cual varios guerreros pasaron a ocupar posiciones más poderosas y a disfru­tar de un estatus social más alto que sus rivales. Como consecuencia de su poder y autoridad, se hicie­ron con el control de grandes zonas del archipiélago japonés.

motivos Batalla de Sekigahara
Tokugawa leyasu e Ishida Mitsunari

A finales del siglo XVI, los más poderosos de estos aristócratas guerreros fueron Oda Nobunaga, Takeda Shingen, Uesugi Kenshin,Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa leyasu. A partir de 1573, Oda controló gran parte del archipiélago, aunque en 1583 fue asesina­do por un grupo de seguidores temerosos de que un solo hombre ostentase tanto poder.

No obstante, Toyotomi Hideyoshi ocupó la posición de Oda y se convirtió en el gobernador de Japón (excepto la isla septentrional de Hokkaido). Estableció su cuartel ge­neral en la vieja capital imperial de Kyoto y mandó construir el castillo de Osaka como su bastión militar.

Cuando murió en 1598, dejó un hijo pequeño bajo la regencia de sus cinco vasallos más poderosos: Tokugawa leyasu, Maeda Toshiie, Uesugi Kagekatsu, Mori Terumoto y Ukita Hideie. Los regentes no tardaron en revivir sus rivalidades e intentar imponerse a los demás.

En el contexto de estas campañas, leyasu (cuyo bastión se encontraba en la zona de Nagoya, y a quien Hideyoshi envió a la llanura de Kanto, cerca de la actual Tokio) logró atraer al mayor número de seguidores y tuvo la suerte de sobrevivir a sus rivales.

Después de la muerte prematura de Maeda Toshiie, en 1599, leyasu intentó convertirse en el único suce­sor de Hideyoshi, para lo cual se trasladó al castillo de Osaka. Sin embargo, al año siguiente reubicó el núcleo de sus ejércitos en la zona de Kanto con el fin de rechazar un posible levantamiento de los hombres de Uesugi.

La salida de leyasu de Osaka per­mitió a sus enemigos reunir un ejército de unos 128.000 hombres, principalmente del oeste de Japón (el «ejército occidental»), en un esfuerzo por con­trolar el poder imparable de leyasu.

En octubre de 1600, esas fuerzas, lideradas por Ishida Mitsunari, se reunieron alrededor del paso de Sekigahara, en una zona montañosa al este de Kyoto que bloquea­ba la carretera hacia el norte desde Nagoya. Las fuer­zas de Mitsunari estaban decididas a lanzar un ata­que sorpresa contra leyasu para evitar que regresara a Kyoto y Osaka. Sin embargo, leyasu se informó de los planes de sus rivales y se presentó bien prepa­rado.

Tácticas y estrategias

El «ejército oriental» de leyasu, de aproximadamen­te 75.000 hombres, encontró al enemigo muy orde­nado. Además, el comandante sabía de Kobayakawa Hideaki, uno de los hombres de Mitsunari, estaba decidido a traicionar a su señor durante la batalla.

estrategia Batalla de Sekigahara
Mapa de la batalla de Sekigahara

Los ejércitos japoneses del siglo XVI estaban com­puestos por pequeños grupos de guerreros con algún parentesco, con conexiones locales o dependientes de un señor. Aunque estos grupos se integraban en formaciones tácticas bajo una estructura de mando global, siempre intentaban luchar de forma autóno­ma.

Por lo general, los grupos se separaban de sus camaradas por el terreno (superando montañas, ríos o edificios que complicaban la coordinación de la ac­ción de batalla). Además, el despliegue de arqueros a caballo permitía movimientos rápidos en el cam­po de batalla que no siempre respondían estricta­mente a las órdenes de los mandos.

Las armas de fue­go portátiles utilizadas por la infantería añadieron un elemento estático a la batalla, ya que la tecnología del siglo XVI sólo permitía recargar dichas armas siguien­do un proceso largo (durante el cual sus portadores quedaban indefensos, por lo que necesitaban pro­tección por parte de otros soldados o de líneas de defensa).

Por tanto, las armas portátiles resultaron insignificantes y las tácticas siguieron estando dominadas por piezas como el arco, útil durante las ac­ciones de guerra rápidas y autónomas. Así, la batalla de Sekigahara sería una secuencia de combates entre pequeños grupos de guerreros.

La batalla

Las fuerzas de leyasu lanzaron un ataque a primera hora del 21 de octubre de 1600. Se desencadenó así un enfrentamiento que duró hasta mediodía y sin una ventaja clara para ninguna de las partes.

fecha Batalla de Sekigahara

Las unidades de Hideaki no participaron hasta que leyasu empleó fusiles, y casi como si se tratara de una señal, Hideaki dio orden de atacar a las fuerzas de Mitsunari. Este acto de traición resultó decisivo y obligó a Mitsunari a huir del campo de batalla mien­tras el resto de sus tropas se rendían.

En cuanto a las bajas, leyasu perdió alrededor de 6.000 hombres. Por parte del ejército oc­cidental, en torno a 9.000 hombres murieron lu­chando. Diez días más tarde, leyasu entró en Osaka como regente en nombre del hijo de Hideyoshi y verdadero jefe de Japón. Mitsunari fue capturado y decapitado.

Consecuencias y repercusiones

Leyasu no se quedó en Osaka, sino que regresó a la llanura de Kanto, donde se estableció en un puerto de mar convenientemente situado en el extremo de una bahía del océano Pacífico que penetraba en la isla principal del archipiélago. Este lugar contaba con una pequeña fortaleza y se utilizó como puerto pesquero bajo el nombre de Edo (la actual Tokio).

Los caracteres chinos empleados para escribir «Edo» pueden traducirse como «puerta de agua», un nom­bre adecuado para un lugar donde varios ríos se en­cuentran en el océano. No obstante, no está claro si el nombre tenía ese significado antes de que se eli­giesen los caracteres chinos para representarlo en la escritura.

Leyasu eligió Edo como la sede de su go­bierno cuando el Tennô de Kyoto acordó nombrar sogún al guerrero (1603), el rango militar más alto. Como poseedor de ese puesto, leyasu podía actuar como el gobernante del país por la autoridad del Tennô, aunque la familia de Toyotomi Hideyoshi si­guió afirmando que el hijo de Hideyoshi era por derecho el jefe de Japón.

El conflicto entre leyasu y el clan Toyotomi continuó durante más de diez años, hasta que leyasu provocó la batalla de Osaka (1615), donde derrotó a Toyotomi y a sus seguidores. Leyasu murió al año siguiente. Por entonces ya había traspasado el cargo de sogún a su hijo Hidetada (en 1605), y sus descendientes lo conservaron hasta 1867.

Tokugawa leyasu completó el plan de Hideyoshi para la creación de un gobierno militar central bajo la soberanía nominal del Tennô, pero también inten­tó crear su propio centro de gobierno a cierta dis­tancia de la corte, situada en Kyoto.

Los delegados de leyasu en las provincias estaban obligados a invertir un poco de tiempo y mucho dinero en el centro de Edo, donde tenían que dejar a los rehenes, A través de este sistema, el clan Tokugawa conservó el control incluso en zonas remotas del archipiélago y mantu­vo la paz durante 200 años a partir de mediados del siglo XVII.

Leyasu también siguió el ejemplo de Hideyoshi al intentar desmilitarizar la elite guerrera y desarmar a los guerreros de rango más bajo. A los soldados de elite no les privó de su derecho de seguir llevando es­pada, pero los decretos promulgados por Hideyoshi sobre la «caza de espadas» se extendieron también a las armas de fuego, que siguieron en uso única­mente para el ejercicio de la caza.

Los Tokugawa también ejercieron un estricto control sobre las for­talezas. La única que permitieron construir nueva fue el castillo de Himeji, sede del gobierno Tokugawa para las zonas situadas al oeste de Osaka. En un de­creto promulgado en 1615, leyasu solicitó que los guerreros de elite se dedicasen a actividades no mi­litares mientras seguían practicando artes marciales con o sin armas.

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