Sin los números, sería imposible realizar muchas de las cosas que hacemos a diario, pero hubo una época que era así. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos la historia de los números, su origen, los diferentes sistemas empleados y el origen de nuestro sistema numérico actual.
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Origen de los números
Si estás buscando la respuesta a la pregunta, ¿Quién inventó los números?, después de leer este artículo verás que no existe una respuesta única ni tampoco clara. Pero de todos modos, vamos a explicarte cuál es el origen de los números.
Afortunadamente, datos y estudios sobre el origen de los números nos indican que, a lo largo de la historia, el ser humano se las ha ingeniado para crear sistemas numéricos más o menos efectivos para poder progresar. ¿Es más antigua la escritura que la numeración? No hay evidencia documental de escritura hasta el 2200 a. C. De esa fecha son las tablillas de barro cocido halladas en las ciudades babilónicas de Susa y Uruk, hoy la ciudad iraquí de Warka.
Numeración egipcia
No obstante esto, parece que los egipcios se adelantaron en casi un milenio, ya que en tiempos de la primera dinastía este pueblo contaba con un sistema decimal funcional que podía seguir el cómputo de hasta millones de unidades. Se le denomina sistema numeral hierático. Existía una serie de símbolos o signos separados para cada número hasta el nueve y para cada potencia de 10. No obstante, no conocieron el número cero.
Así, el número 4 eran cuatro rayitas y el 10 una “U” invertida. Ello hizo que tuvieran que utilizar más signos que hoy para expresar las mismas cantidades: para escribir ’98’ ponían ocho rayas y nueve símbolos del número 10.
Numeración babilónica
La numeración primitiva no era decimal, no tenía como base la decena. El sistema babilónico, utilizado aproximadamente sobre el 1800 a. C., tenía como referente el número 60, y fue por ello por lo que el cómputo del tiempo se ciñó a esa unidad de medida. Inicialmente, no existía el número 0.
Pero fue también la numeración babilónica perfeccionada en el siglo IV a. C., la que creó el concepto y uso del número 0. Podía ponerse al principio, es decir, a la izquierda. También podía ser insertado en medio de una cantidad, en el interior de un número dado, pero curiosamente no podía figurar al final.
Numeración griega
Hacia el 500 a. C., los griegos utilizaban ya, como números, las letras de su alfabeto. Se denominaba sistema acrofónico o ático. De este modo, la letra a = 1. Este sistema carente de ceros se empleó durante mil años. Los judíos primero y los árabes más tarde lo adaptaron a sus propios alfabetos. Ya por aquel tiempo, al no existir todavía las calculadoras, las cuentas se hacían con en el ábaco, un aparato manual consistente en varias hileras de pequeñas piedras móviles ensartadas, de donde derivó el término “cálculo”, del latín calculus = piedrecita.
Numeración romana
Los romanos mejoraron el sistema numérico introduciendo nuevos números, como por ejemplo el 5, el 50 y el 500: que corresponden a las letras V, L y D respectivamente. Establecieron asimismo una novedad importante: la colocación de un símbolo delante o detrás de otro de mayor valor restaba o se sumaba a éste: XL era 50 – 10, y LX era 50 + 10. Pero este sistema de dar a las letras valor numérico dificultaba la realización de operaciones aritméticas y multiplicar grandes cantidades resultaba imposible.
Numeración maya
En la civilización amerindia de los mayas la base era el número 20: los dedos de pies y manos. Fue el primer pueblo en emplear el 0, que más que un número era un concepto no operativo. Los números mayas se leían de abajo arriba, se escribían en columnas y utilizaron la base 20. No se conoce representación gráfica de su numeración anterior al siglo III de nuestra era.
La palabra «cero» es sánscrita: de sunya = nada, y se indicaba con una coma. Los árabes, tras conocer sus posibilidades lo llamaron sifr = vacío. Posteriormente fue “latinizada” por Leonardo de Pisa con el término zephirum, de donde derivó el vocablo castellano «cero».
Origen de la numeración actual
La numeración arábiga, que es como se denomina al sistema numérico que empleamos en la actualidad, nació en la India hacia el siglo V a. C. Algo que debes tener claro para comprender la historia de los números.
Existe representación de los números 1, 4 y 6 en las inscripciones budistas de Asoka del siglo III a. C. En otras inscripciones de un siglo más tarde se ven claramente los números 2, 4, 6, 7 y 9 grabados en los monumentos de Nana Ghat. En documentos del siglo II d. C. aparecen ya todos menos el 8.
Los números actuales aparecieron en la India, donde se inventó hacia el siglo V la aritmética de posición decimal y el uso del 0. El primer ejemplo del uso de la numeración decimal data del 595, en que se incluye el uso funcional del 0: un punto.
Fue allí donde se comenzó a contar del 1 al 10, como hacemos hoy. Existe referencia concreta a la numeración indostánica en una nota escrita por el obispo Severus Sebokht hacia el 650, que habla de “los nuevos signos”. A finales del siglo VIII se trasladaron a Bagdad unas tablas astronómicas en las que ya podían verse los nuevos números. En la China del siglo IX, el 0 empezó a representarse de la misma forma que hoy: un circulito.
De la India tomaron el sistema los árabes. En el año 825 Muhammad ibn Musa al-Khwarizmi publicó en Bagdad su tratado de álgebra (de su apellido deriva la palabra guarismo). El librito de al-Khwarizmi sería traducido al latín por Adelardo de Bath tres siglos más tarde. En la ciudad española de Córdoba se conocía ya la novedad en el 976. De este año se conserva de un valioso manuscrito que contiene los nuevos símbolos numéricos.
Es claro que estos adelantos llegaron al resto de Europa a través de España hacia el siglo X, fecha en que viajó a Córdoba el monje francés Gerbert de Auvergnat, que en el 999 fue proclamado Papa con el nombre de Silvestre II. Fue el Papa que más contribuyó a difundir la nueva numeración, aunque tardó en imponerse.
La ciencia árabe, más avanzada que la cristiana en la Edad Media, no tardó en abrirse paso, y hacia 1200 Leonardo de Pisa escribió su Liber Abaci: la numeración de diez cifras estaba ya consagrada. No quiere ello decir que tuvieran favorable y universal acogida, pues se sabe que en la Europa de 1300 estaba prohibida la numeración arábiga en las transacciones comerciales porque se podían falsificar los números con mayor facilidad que la numeración romana. De hecho, hasta 1800 no fueron acogidos por completo y sin reservas.
Curiosidades sobre la historia de los números
Al saber aritmético proyectable casi al infinito del hombre moderno, se contrapone la escasa conciencia numérica de pueblos primitivos como el de los hotentotes (pueblo nómada del sudoeste de África). Para este pueblo, más de tres es ya un número realmente desorbitado. Si se pregunta a un hotentote cuántas ovejas posee, si es más de tres dirá: “Muchísimas”.
Y entre los indios del Paraguay hay nombre para los números, pero sólo del 1 al 4. Para el 5, muestran una mano. Para el número 10 las dos, y dos manos y un pie para el 15. Y para el 20, las cuatro extremidades: ahí termina su competencia aritmética. Más grave parece el caso de los Phi Tong Luang, pueblo de Indochina, que no poseen vocablos para nombrar números. Para ellos todo es nakobe o nemeroy: mucho o poco.
De esta ignorancia se aprovechan las tribus vecinas cuando comercian con ellos, ya que habiendo quedado en la entrega de seis seis cesto de maíz les entregan cuatro, diciendo: “Ahí tenéis los seis acordados”, y los ignorantones Phi Tong sonríen e incluso dan las gracias. Es uno de los pocos pueblos que ni sabe ni se preocupa por contar.
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Fuentes y bibliografía
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– AUTOR: CURIOSFERA-HISTORIA.COM
– FECHA DE PUBLICACIÓN: FEBRERO DE 2020