El famoso e impresionante Templo de Karnak, más que un único templo, es en realidad todo un complejo formado por varios templos. Compuesto de edificaciones anexas de carácter religioso, almacenes, dependencias para el servicio, talleres, jardines y avenidas procesionales en torno a tres recintos. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos las características principales, cómo se construyó y toda su historia.
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Características del Templo de Karnak
Karnak fue la capital religiosa de Egipto durante el Imperio Nuevo y sus ruinas abarcan una amplia extensión de 1,5 x 0,8 km2 al norte de la actual ciudad de Luxor. La sección más importante es la del centro, ya que en ella se encontraba el centro de culto de Amón-Re o Amón-Ra, el dios oficial de Egipto a partir del Imperio Medio. El recinto que ocupa, de planta trapezoidal, es enorme (cada lado mide alrededor de medio kilómetro).
El templo principal no fue el resultado de un único proyecto arquitectónico. De hecho, se consideraba que cada faraón debía agrandar los templos de los dioses ya existentes o bien construir otros nuevos. Dada la relevancia del culto de Amón-Re no es de extrañar que casi todos los faraones dejasen su impronta en Karnak.
El modesto santuario del Imperio Medio egipcio se fue agrandando sin cesar a medida que se le incorporaban pilonos, salas hipóstilas y templos subsidiarios a su alrededor, y se sumaban nuevos relieves, estatuas y obeliscos. El ejemplo que mejor ilustra este procedimiento arquitectónico en Karnak tal vez sea la sala hipóstila, iniciada en tiempos de Setos I (hacia 1306-1290 a. C.) y concluida por su hijo Rameses II.
Las dimensiones son espectaculares, 104 x 52 metros, esto es, el tamaño de una catedral gótica, y cuenta nada más y nada menos que con 134 imponentes columnas. Éstas tienen una forma ahusada rematada con capiteles con motivos florales que aligeran algo su aspecto, si bien la impresión general es de solidez absoluta.
Las columnas más altas son las que flanquean el eje central (22,4 metros en concreto) y sobre ellas descansa un triforio con ventanas cubiertas por una rejilla laboriosamente labrada en delgados bloques de piedra arenisca. En realidad, se puede decir que el emplazamiento estuvo en obras de forma continuada durante gran parte de los dos mil años en que permaneció en funcionamiento. De hecho, el pilono principal nunca llegó a acabarse del todo, de ahí que la fachada quedara inconclusa para siempre.
Es preciso pasearse entre estas imponentes construcciones para captar su grandeza. Las columnas tienen cerca de 10 metros de circunferencia, con lo que una persona parece ridícula a su lado. Los bloques que están esparcidos a su alrededor son tan grandes que resulta imposible imaginar, no ya cómo se tallaron, sino cómo se trasladaron hasta aquí y cómo se colocaron en su emplazamiento definitivo.
El muro de contención
Cada uno de los tres recintos de Karnak se encuentra rodeado de un imponente muro de ladrillos de adobe que por sí solo ya constituye una obra verdaderamente extraordinaria. El del recinto central data de hacia el año 370 a. C. Se levantó sobre los restos de un muro anterior de menores dimensiones.
Está construido con ladrillos de adobe secados al sol, dispuestos sobre una base de mortero de adobe y unidos entre sí por medio de carrizos y refuerzos de madera. Mide unos 2 km de longitud, 12 de ancho y 25 de alto.
Para su construcción se utilizaron unos setenta millones de ladrillos, que van alternando formas cóncavas y convexas para dotar al muro de cierta sinuosidad interior. Esto fuera, tal vez, como símbolo de las aguas primaverales en las inmediaciones del templo, o como práctica medida para evitar el agrietamiento del muro en caso de terremoto.
Ficha Técnica Templo de Karnak
- Época: hacia 2100-300 a. C.
- Localización: Luxor, Egipto.
- Extensión de las ruinas de Karnak: cerca de 1 km2.
- Extensión del recinto de Amón-Re: 0.26 km2 aproximadamente.
Sala hipóstila de Setos I
- Fecha de construcción: hacia 1306-1280 a. C.
- Longitud: unos 104 m.
- Anchura: unos 52 m.
- Extensión de la sala: unos 5.400 m2.
- Altura máxima: unos 24 m.
Muro del recinto de Amón-Re
- Fecha de construcción: hacia 370 a. de C.
- Longitud: unos 2 km.
- Anchura: unos 12 m.
- Altura: unos 25 m.
- Ladrillos empleados: uno 70.000.000.
Cuándo y cómo se construyó el Templo de Karnak
Los templos en ruinas de Karnak ofrecen a los modernos arqueólogos gran cantidad de información acerca de las técnicas de construcción de que se valían los antiguos egipcios a la hora de levantar estos imponentes monumentos.
El principio general que seguían los antiguos egipcios a la hora de erigir edificios de grandes dimensiones consistía en utilizar bloques de piedra muy compacta en los muros, las columnas y demás elementos arquitectónicos de piedra firme, como los pilonos.
Incluso los bloques más grandes se reservaban para utilizarlos como arquitrabes o para cubrir los techos, lo que obligaba a colocar las columnas bastante próximas entre sí. Así pues, los edificios se sostenían por la simple acción de la fuerza de la gravedad.
La piedra se traía hasta Karnak de canteras de todo Egipto. La mayoría de los monumentos que se han conservado en pie están construidos con arenisca. Una variedad de piedra relativamente fácil de trabajar con los distintos útiles metálicos. Además, más duradera que la piedra caliza, que es la variedad predominante en las edificaciones de Karnak del Imperio Medio.
Los tipos de piedra más duros, como el granito, se reservaban para los obeliscos, la estatuaria y, más esporádicamente, las puertas. No obstante, a principios de la Dinastía XVIII, se extendió la costumbre de erigir santuarios de pequeñas dimensiones. Con tipos de piedra atípicos como material de construcción, como la grandiorita negra, la cuarcita roja o el «alabastro egipcio» (travertina).
Los antiguos egipcios iniciaban las obras de cada nuevo proyecto con toda una serie de complejas ceremonias. Como el trazado del edificio, la excavación de las zanjas de los cimientos y su posterior relleno con una capa de arena limpia, símbolo de purificación.
La arena, además, tema una aplicación eminentemente práctica, ya que proporcionaba una base estable ideal para los cimientos comparados con los de ahora, éstos parecen reducirse a la mínima expresión. Si bien en la mayoría de los casos resultaron más que suficientes, pues no en vano son muchos los monumentos construidos en tiempos de los antiguos egipcios que siguen todavía en pie. Ello a pesar de los miles de años transcurridos.
Además, no poco de su estado ruinoso se debe a la acción destructiva de los terremotos más que al hundimiento del terreno. Los bloques de piedra que se empleaban en la construcción eran grandes, aunque no tanto como los extraordinarios monolitos con que se construían los obeliscos o las estatuas colosales. De hecho, hasta las mismas columnas y los conjuntos escultóricos se construían con bloques más o menos manejables.
Para colocar cada uno de dichos bloques en su emplazamiento definitivo se levantaban enormes rampas de ladrillos de adobe, cascotes y arena. En el interior de una de las torres del primer pilono se han hallado restos de una de estas rampas. Para erguirlos se hacía palanca, tras lo cual se pulían de manera que encalasen a la perfección entre sí.
Los muros, las columnas, los arquitrabes y los techos se pintaban con colores llamativos, por los que tanta predilección sentían los antiguos egipcios, si bien la mayoría de las superficies pintadas se ha perdido
Entre los bloques se colocaba mortero, que servía no sólo para cegar los huecos sino también para facilitar el deslizamiento de dichos bloques hasta su posición definitiva. Para mantener unidos los bloques se utilizaban abrazaderas y clavijas, sobre todo en las partes más altas de los muros, los arquitrabes y las losas del techo.
Las abrazaderas solían ser de madera, aunque se han encontrado también varios ejemplares de cobre y bronce, a veces fundidas incluso a pie de obra. En principio, podría parecer del todo innecesario el uso de tales abrazaderas y clavijas teniendo en cuenta el grosor de los muros y las dimensiones de los bloques.
Pero, no conviene olvidar que los terremotos han constituido desde siempre una amenaza constante en Egipto. De ahí que se utilizaran para formar las partes superiores de las estructuras y reducir así el riesgo que supondría el desplazamiento de alguno de los bloques.
Métodos de construcción revolucionarios
Uno de los adelantos arquitectónicos más fascinantes llevados a cabo en el antiguo Egipto se dio en tiempos de Akenatón (hacia 1353-1335 a. C.). Sus sucesores recordarían como “el hereje” por haber abandonado el culto a los dioses tradicionales egipcios en favor de un único dios verdadero, Aton, el disco solar.
No contento con revolucionar los fundamentos religiosos del Imperio, introdujo nuevos estilos artísticos y literarios, y aplico métodos de construcción totalmente revolucionarios. Así, por primera vez en la historia de Egipto, se procedió a tallar los bloques de piedra de acuerdo con un tamaño estándar de unos 50 cm de largo, con lo que bastaba una única persona para transportarlo.
Además, cada uno de dichos bloques se colocaba encima de una capa relativamente gruesa de mortero de yeso para dotarlos de una base sólida. Este nuevo método de construcción permitía edificar con mayor rapidez y eficiencia.
Dado que los bloques se podían levantar con las manos, los andamios acabaron por sustituir a las rampas, lo que permitió ahorrar tiempo y mano de obra. Además, ya no era preciso revestir los bloques de piedra con mampostería.
No obstante, a pesar de las indudables ventajas de estos revolucionarios procedimientos, éstos cayeron en el olvido junto con las heréticas ideas religiosas de Ajenatón. Y, sus monumentos fueron destruidos. Ello explica por qué se ha encontrado tal cantidad de bloques decorados procedentes de sus templos en los cimientos y el interior de otros monumentos que los sucesores de Ajenatón mandaron construir en Karnak.
Restauración Templo de Karnak
La sala hipóstila de Karnak es, con toda justicia, una de las obras egipcias más célebres. Encarna a la perfección el grado de maestría que alcanzaron los arquitectos del antiguo Egipto. No cabe duda, de que el complejo debió de resultar asombroso en sus mejores días. Pero, lo cierto es que desde entonces ha sufrido numerosos desperfectos que dificultan sobremanera su reconstrucción.
No obstante, gracias al esforzado trabajo de un equipo de arqueólogos egipcios y franceses se han ido reconstruyendo los elementos arquitectónicos conservados. Asimismo, se ha puesto orden en los miles de bloques decorados esparcidos por doquier. Todo ello con el propósito de recuperar para el presente la historia y el aspecto original de este fascinante enclave.
Gracias a estos trabajos se confirmó que los pilonos en Karnak se componen de un núcleo de bloques de piedra sin desbastar. Rodeado de una cubierta de sillería cuidadosamente trabajada. En ocasiones, los bloques del núcleo se aprovechaban de las ruinas de construcciones anteriores, de ahí que muchos de ellos estén decorados.
De hecho, se han llegado a reconstruir santuarios y atrios enteros a partir de los bloques extraídos del interior de las torres de los pilonos. En las zanjas de los cimientos de obras posteriores no es raro encontrar este mismo tipo de bloques reutilizados.
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