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CurioSfera Historia

Mausoleo de Qin Shi Huang

La tumba de Qin Shi Huang, primer emperador de China (muerto en el 210 a. C.), se encuentra entre el monte Li y la ciudad de Xi’an. Según una descripción del siglo I a. C., de Si-ma Quian, el primer historiador chino, el mausoleo se concibió con el propósito de reproducir el universo bajo tierra. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos su origen, historia, características y construcción.

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Origen del Mausoleo de Qin Shi Huang

El mausoleo se encuentra situado a 30 kilómetros de la ciudad de Xi’an, provincia de Shaanxi, en la zona central de China. En su construcción participaron más de setecientas mil personas, más del doble que las que construyeron la Gran Muralla. Se tardó cerca de 38 años en construir todo el complejo.

historia Mausoleo de Qin Shi Huang
Qin Shi Huang

Qin Shi Huang (260 a. C – 210 a. C.), fue el primer emperador de la China unificada y perteneció a la dinastía Qin. Fue él mismo quién ordenó construirse este enorme recinto funerario de 60km², que sería como un palacio como el que disfrutaba en vida. Esta enorme infraestructura ha permanecido enterrada bajo tierra durante 2.000 años hasta su descubrimiento. La tumba del emperador, custodiada por miles de soldados de terracota.

Características de la tumba de Qin Shi Huang

Visto desde fuera parece una pequeña montaña o en forma de pirámide del Sol. La gran cámara subterránea albergaba un sarcófago repleto de reproducciones de palacios, torres y edificios varios, y estaba decorada con todo tipo de objetos preciosos.

Para representar el océano así como los principales ríos chinos, el Yang-tse y el río Amarillo, se utilizó mercurio, que un mecanismo hacía fluir. El techo estaba decorado con una reproducción de las constelaciones, mientras que en el suelo había un dibujo de la Tierra.

cómo es el Mausoleo del emperador Qin Shi Huang

Las lámparas, alimentadas con aceite de ballena, proyectaban luz sin cesar y todo el complejo estaba salpicado de ballestas accionadas de forma automática para disuadir a los posibles saqueadores de tumbas. La majestuosidad de las riquezas que albergaba la tumba del primer emperador de China era tal que Si-ma Quian ni siquiera menciona en su descripción el gran ejército de soldados de terracota de Xian subterráneo que tanto nos maravilla hoy en día.

No cabe duda de que en sus buenos tiempos la tumba debió de ser algo realmente único. El túmulo, con una altura original de 115 metros, estaba plantado con árboles y hierbas, y rodeado por un muro doble de entre 10 y 12 metros de alto, con esquinas y puertas fortificadas.

Dentro del mismo recinto funerario había varios templos de grandes dimensiones, salones para actos del emperador y diversos anexos administrativos. De hecho, todo el complejo funerario ocupaba una superficie de unos 2,5 km², bastante más de lo que abarcaban los muros de la tumba propiamente dicha. Y se han excavado hasta la fecha, cerca de cuatrocientos depósitos con objetos funerarios.

Entre éstos, además de los soldados de terracota, destacan dos soberbios carros de bronce, cada uno de ellos con sus respectivas cuadrigas y aurigas. Un foso con un establo de grandes dimensiones, así como varios cientos de fosos más, de menor tamaño, con figuras arrodilladas junto a esqueletos de caballos u otros animales enterrados todavía con vida, en clara referencia a los establos y el zoo del emperador.

Proceso de construcción del Mausoleo de Qin Shi Huang

A excepción del túmulo y algún que otro cimiento encastado en la tierra, pocos son los restos que se han conservado en la superficie. Si bien se puede hacer una idea bastante aproximada de cómo era la construcción original a partir de los restos de baldosas, cañerías y fijaciones de bronce que han ido desenterrando los arqueólogos.

cuándo se construyo la tumba de Qin Shi Huang
Reconstrucción de cómo se vería el Mausoleo recién construido

Los edificios se construyeron de acuerdo con el método tradicional por aquellas fechas. Esto es, sobre una terraza de tierra bien apisonada y con un tejado recubierto de tejas y con aleros encima de unos travesaños de madera sobre socles de piedra.

Los muros secundarios eran de ladrillo y cascotes, y se recubrieron con yeso pintado. El suelo, a su vez, estaba pavimentado con grandes baldosas decoradas y por debajo, hundido en el suelo de tierra, había un complejo sistema de desagüe con cisternas y cañerías.

Se han encontrado restos de las junturas de piedra empleadas para reforzar los extremos de las vigas, así como de los travesaños que recubrían los techos, además de miles de pendientes de bronce, lo que confirma las descripciones de la época, en las que se habla de unos techos deslumbrantes de los que colgaban perlas, adornos de jade y plumas verdes.

Todavía no se ha abierto la tumba propiamente dicha, pero el análisis de otras tumbas, tanto anteriores como posteriores, arroja algo de luz acerca de su edificación.

Materiales y aprovisionamiento de la tumba de Qin Shi Huang

Un proyecto de tales proporciones requiere una capacidad de organización realmente asombrosa. Se necesitó miles de personas para excavar los fosos, construir los muros y levantar el túmulo. Además de otras decenas de millares de personas responsables de alimentar a los setecientos mil obreros y de conseguir y transportar tanto el material de obra como el combustible para las fundiciones y los hornos.

También fueron necesarios miles de artesanos de la madera, el bronce, la arcilla y las joyas, así como a otros cuantos miles de obreros más, necesarios para refinar el mercurio del cinabrio (sulfuro de mercurio), traído de la distante Sichuan para rellenar los canales subterráneos.

La clave del éxito de un proyecto de tal envergadura residía en una disciplina sin contemplaciones, un extraordinario nivel de organización y un peculiar sistema de producción en masa patentado en tierras chinas.

En realidad, dicho sistema adaptaba a las nuevas líneas de producción el mismo método que, ya mil años antes, en plena Edad de Bronce, había permitido producir decenas de miles de piezas rituales en bronce de gran tamaño a partir de simples moldes de arcilla.

Se basaba en la división del trabajo en equipos de expertos artesanos bajo la supervisión de encargados responsables de velar por la más absoluta calidad de las piezas. Así como, en el empleo de secciones intercambiables prefabricadas, lo que en definitiva posibilitaba la producción de objetos técnicamente perfectos de una calidad uniforme y siempre alta, y en cantidades ilimitadas, tal como lo demuestran los soldados de terracota. De hecho, este sistema se convertiría con el tiempo en la base de toda la “industria” de producción en masa china.

Soldados de terracota de Xian

Existen más de 8.000 guerreros elaborados con terracota. Cada una de las figuras y se elaboró a partir de moldes huecos de arcilla, separados en dos secciones: frontal y trasera, en el caso de los soldados, y costados derecho e izquierdo, en el de los caballos. El número de moldes diferentes era limitado.

características soldados de Xian

Desde los dos que existían para los pies hasta los ocho para las cabezas, pero se colocaban con leves variaciones de ángulo para de ese modo ampliar de forma más que considerable el abanico de posibilidades iniciales.

Una vez las secciones se ensamblaban y secaban, se recubría la figura con varias capas muy finas de arcilla. Sobre las que se esculpían, soldado a soldado, rasgos individualizados como la boca o los oídos, para a continuación encajar la nariz, las orejas, los uniformes y los aparejos antes de hornear la figura a una temperatura de entre 950 y 1.000 °C.

Acto seguido, se procedía a pintar los uniformes de acuerdo con los colores propios de cada función y rango. Esta combinación de producción en cadena de moldes uniformes y posterior individualización permitió crear cerca de siete mil esculturas. Éstas tan reales, que en un principio se llegó a pensar incluso que eran todas diferentes.

Este mismo sistema de producción se empleó también para las cañerías, las tejas y los ladrillos, así como para las junturas de bronce. En todos los casos, se utilizaban partes intercambiables elaboradas a partir de moldes, para luego obtener piezas acabadas más complejas.

Lógicamente, para que este sistema funcionase era imprescindible que se tuviera una idea bien definida sobre cómo tenía que ser la pieza final antes de iniciar su fabricación.

La calidad de los acabados es impresionante. Las mismas cañerías, por poner un ejemplo, llevaban unas estrías por fuera para que no se resbalasen de las manos. Y, en los extremos había unas acanaladuras para ensamblarlas firmemente. Asimismo, las cañerías que salían de las cisternas estaban dobladas de manera que creasen un efecto absorbente para eliminar el agua con mayor rapidez.

Las armas de metal y los carros de bronce hacen gala de esa misma meticulosidad por el detalle y la calidad del acabado. Prueba de ello es que las espadas de doble filo, tratadas con un baño de cromo para que no se oxidaran, son todavía capaces de partir un escudo grueso.

La aleación empleada en cada uno de los arneses de oro, plata y bronce de los caballos varíe según la resistencia que se les suponía de acuerdo con su función. Se pueden visitar y contemplar con todo detalle en el museo de los guerreros de terracota.

Conservación del Mausoleo Qin Shi Huang

Tras la muerte de Qin Shi Huang Di, las tumbas hori­zontales excavadas en las laderas rocosas de las montañas ganaron todavía más en realismo. Así, la tumba de Liu Sheng (muerto el 113 a. C.), rey de Zhongshan, situada en Mancheng, Hebei, se concibió y amuebló como si se tratase de un palacio subterráneo.

Incluía establos para los caballos y los carros, las despensas para el vino y los alimentos. También, una sala de audiencias de grandes proporciones, así como una cámara trasera donde iba el cuerpo del fallecido. Éste vestido con prendas de jade, en el interior de un sarcófago laqueado con remates también de jade.

Tanto la sala de la parte delantera como las cámaras laterales se construyeron a semejanza de las viviendas normales. Con marcos de madera y techos con tejas. Y, la cámara funeraria, a su vez, estaba recubierta con losas de piedra, material con el que también estaban realizadas las puertas. La entrada a la tumba estaba sellada con barrotes de hierro para impedir el paso.

Es casi seguro que la tumba de Qin Shi Huang Di se componía de varias salas o anexos, como si se tratase de un complejo palaciego. Si-ma Quian hace alusión a unos revestimientos de bronce y los ríos de mercurio que menciona existieron de verdad. Como se desprende de los análisis llevados a cabo en la tierra del enclave. Que revela una alta concentración de mercurio en un área de unos 1200 m² por debajo del túmulo.

Asimismo, los arqueólogos han encontrado varias rampas, las cuales conducían a un muro que circundaba la cámara mortuoria unos 3 metros por debajo del túmulo. Construido con grandes ladrillos secados al sol. Dicho muro cuenta con esquinas fortificadas como las de un palacio, así como con cinco aberturas en la cara este y una en cada uno de los lados restantes.

Ficha técnica del Mausoleo de Qin Shi Huang

  • Época: 210 a. C.
  • Localización: China.
  • Extensión total de la tumba: 2,5 km2.

Túmulo

  • Norte-sur: 350 metros.
  • Este-oeste: 345 metros.
  • Altura original: 115 metros.

Muro exterior

  • Norte-sur: 2.165 metros.
  • Este-oeste: 940 metros.
  • Base: 8 metros de ancho.
  • Altura original: 10-12 metros.

Muro interior

  • Norte-sur: 1355 metros.
  • Este-oeste: 580 metros.

Muro subterráneo

  • Norte-sur: 460 metros.
  • Este-oeste: 392 metros.
  • Profundidad: 2,7-4 metros bajo la superficie.
  • Distancia entre el muro exterior y el primer foso con los soldados de terracota: 1225 metros.

Durante la época de los Reinos combatientes (475-221 a. C.), se inició la costumbre de enterrar a los muertos en túmulos. Las tumbas tradicionales alojadas en fosos (en cuya base, recubierta de madera y con anaqueles a los lados para guardar los objetos funerarios, se depositaba el sarcófago) se agrandaron. Excavando varias cámaras independientes para depositar en ellas los óbi­tos funerarios en el lado donde se encontraba el sarcófago.

Este tipo de tumbas subterráneas se  construían como si se tratase de auténticos palacios. Así, los muros de tierra compacta se cocían, enyesaban y pintaban con cortinas, ventanas y brocales. Algunas habitaciones poseían incluso murales laqueados con incrustaciones de jade o placas de piedra. La base del foso del sarcófago se resguardaba de la humedad por medio de capas sucesivas de arena, carbón y arcilla pegajosa.

La tumba subterránea más elaborada que se ha excavado hasta la fecha es una de Pingshan, Hebei. Posee un túmulo escalonado con una galería techada con tejas que discurre alrededor del segundo nivel del túmulo.

La cámara mortuoria, flanqueada por un muro de piedra con con­trafuertes y unos gruesos bloques de piedra a modo de cimientos, está rematada con troncos de ciprés sellados con una aleación metálica. Cuenta con dos plantas, la inferior, con la cámara mortuoria, y la superior, con una estructura cuadrangular de madera de casi 25 m² y 4,6 m de alto, que descansa sobre un poste y un travesaño.

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Comentarios (2)

Hola, he leído el artículo y es impactante el parecido entre lo que se menciona aquí acerca de que en la cámara de la tumba o una cámara cercana, representaron el universo mediante una especie de maqueta y en ella también representar el océano y los ríos a base de «mercurio» y en el techo las constelaciones, y lo publicado en México acerca de lo encontrado en el túnel debajo del templo de las Serpientes en Teotihuacan , en donde tallaron las piedras para representar un paisaje montañoso, y se encontraron restos de «mercurio» para representar los ríos y enegreciéron las paredes del túnel para después impregnarla con la pirita y resaltara el brillo del material metálico y que parecieran estrellas o constelaciones.

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Me habéis ayudado muchísimo en uno de los trabajos de la carrera, solamente decir que hay una parte en la que os falta una letra: «Solados de terracota de Xian» // Falta una d.

Por lo demás no tengo absolutamente nada que decir, un articulo increíble.

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