En la imagen típica de un mago no puede faltar. La historia de la varita mágica nos demuestra, que siempre ha acompañado al misterio y a lo increíble. En CurioSfera-Historia.com, te contamos su origen, qué simboliza, cómo ha sido su evolución, y muchas curiosidades más.
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Origen de la varita mágica
Los dioses mesopotámicos, ya utilizaban la varita mágica. También en la antigua Creta, en el palacio de Cnosos se ha hallado un sello de piedra dura, en el que la diosa Potnia Theron, lleva en la mano una varita mágica que extiende sobre una persona, que a su vez, se lleva las manos a la cabeza dando muestras de haber recibido sus efectos mágicos.
Ese mismo fin, tenía el caduceo que lleva en la mano el dios Mercurio. En el canto XXIV de la Iliada, se lee que con una varita mágica se adormecen los ojos de aquellos a los que quiere dormir, o se despierta al que duerme. La diosa Minerva, en el canto XVI de la Odisea, porta una varita mágica de oro con la que rejuvenece a Ulises. También recurría a la varita mágica Circe en el capítulo X, de esa obra.
Simbología de la varita mágica
Desde la Antigüedad, la varita mágica simboliza el poder y la clarividencia. Sin la varita mágica, el adivino no es capaz de trazar el círculo sobre la tierra para una vez dentro invocar a los espíritus. Acaso el antecedente de esta creencia, esté en los usos mágicos de los babilonios y los egipcios del siglo XV a. C.
Por virtud conferida por Dios, pudo Moisés obrar con su cayado las maravillas que cuenta la Biblia. Asclepios, Dios sanador de la Antigua Grecia, hijo de Apolo, tenía como atributo una varita mágica. Su nombre deriva de una voz griega que significa “el que empuña la varita de los prodigios”.
También el caduceo, símbolo de la Medicina, es una varita mágica alrededor de la cual se enrosca la serpiente. A la varilla de virtudes o varita mágica llamaban los romanos virgula divina, y le atribuían poder extraordinario. Al contacto de la varita de Circe atribuían Virgilio y Ovidio, la transformación de los hombres en animales, según cuentan la Eneida y las Metamorfosis.
Con ella, era posible hacer aparecer sobre una mesa vacía cantidad de manjares. Cicerón se hace eco de estas cosas en su libro De Officiis, y posteriormente, el naturalista Plinio el Viejo, dice haber comprobado que trazar un círculo de ramas u hojas de fresno en el suelo protege de cualquier peligro a quien se introduce en él.
De esa noticia, deriva la costumbre rural de hacer un círculo con una varita de fresno en presencia de una culebra. Los celtas las hacían de fresno, madera preferida por sus sacerdotes para elaborar sus cayados mágicos, y la consideraban instrumento mágico y símbolo del poder de los druidas. Si tocaban con ella a un hombre, podían convertirlo en un animal, generalmente un ave.
Para los sacerdotes de esta civilización, era instrumento de magia por excelencia. Les bastaba con agitar la vírgula, para que cuantos le rodeaban guardaran silencio. Sus sacerdotes (magos o file), estaban jerarquizados en siete grados, siendo símbolo externo de esa preeminencia la varita mágica que empuñaban.
La de oro era la de autoridad máxima, seguía la de plata, para el segundo en importancia, y era de bronce la de los restantes cinco. Generalmente se hacía de avellano la destinada a los prodigios y maravillas.
La “vareta” era el dedo de Dios en la Tierra, y así como a Dios le basta con tocar para llevar a cabo obras de creación o transformación, también a la varita le basta con posarse sobre algo o alguien para trastocarlo. Así le fue posible a la hada transformar una calabaza en la estupenda carroza de Cenicienta según el famoso cuento.
Los libros de caballerías de la Edad Media, describen a magos y encantadores con su varita mágica, instrumento propio de su arte. La varita del zahorí, hecha de rama de avellano cortada con cuchillo nuevo a la salida del sol: tiene la virtud de descubrir manantiales, yacimientos minerales e incluso tesoros escondidos.
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Fuentes y bibliografía
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– AUTOR: CURIOSFERA-HISTORIA.COM
– FECHA DE PUBLICACIÓN: ABRIL DE 2020