La historia de la dinamita, tiene poco más de 150 años. Este explosivo potente se ha empleado en guerras y en industrias como la minería, o la construcción de túneles y carreteras. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos quién inventó la dinamita, cuál es su origen y cómo se creó.
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Quién inventó la dinamita y cuándo
El inventor de la dinamita es el sueco Alfred Nobel (1833-1896), el año 1866, en la ciudad de Estocolmo (Suecia). Alfred, estableció contacto en París en 1850, con Ascanio Sobero, inventor de la nitroglicerina. Esta sustancia líquida es un potente explosivo, pero es muy inestable, por lo que es muy difícil y arriesgado de fabricar, almacenar y manipular.
Por este motivo, en el año 1856, Alfred Nobel creó un laboratorio en Estocolmo, con el fin de descubrir el modo de conseguir un explosivo mucho más seguro y estable que la nitroglicerina.
Llegado el año 1866, Nobel encontró la solución, mezclar la nitroglicerina con tierra de diatomeas para conseguir una especie de pasta de fácil manejo, manipulación y transporte que no tenía el riesgo de explotar en cualquier momento. Así fue cómo surgió la dinamita, un producto explosivo que el genial inventor sueco patentó el día 19 de septiembre de 1866, en Suecia.
Origen de la dinamita
El año 1846, un químico italiano, Asciano Sobrero, inventó un nuevo explosivo a partir de ácido nítrico y de glicerina, que lógicamente se llamó nitroglicerina. Se trataba de una sustancia líquida que explotaba con una fuerza superior a la de la pólvora negra, el mejor explosivo conocido hasta entonces.
Tenía muchísimas aplicaciones, tanto para la guerra como para tiempos de paz. El problema era fabricarla y manipularla. La nitroglicerina estalla simplemente agitando el líquido. Además, con el paso del tiempo se convierte en inestable, por lo que puede estallar sin más.
También lo hace simplemente si se calienta por encima de los 41 grados centígrados. Todo ello la convertía en un producto demasiado difícil de controlar para usarlo o manipularlo, pero era tan poderoso que resultaba irresistible para los fabricantes de explosivos.
Sobre todo, si tenemos en cuenta que durante la segunda mitad del siglo XIX, había muchas guerras que pedían el mejor tipo de armamento, un hecho que la familia Nobel aprovechaba de gran manera. En realidad, Immanuel Nobel había trasladado con su familia a Rusia para poner en funcionamiento una fábrica de minas antipersonas. Las minas habían sido un invento suyo y los ejércitos del zar estaban muy interesados.
Esto hizo que su hijo Alfred Nobel, se hiciera grande rodeado de explosivos y de fábricas. Durante un tiempo todo fue muy bien, pero cuando la guerra de Crimea terminó, el negocio de los explosivos sufrió un descalabro y los Nobel volvieron a su Suecia natal. En ese momento, el joven Alfred Nobel decidió encontrar una manera de fabricar nitroglicerina en grandes cantidades.
Para empezar, encontró la manera de fabricar de manera más segura, pero lo resultó insuficiente y una explosión destruyó la fábrica. Tuvo que empezar de nuevo y pronto abrió otra fábrica en Alemania. Pero el peligro siempre estaba. La nitroglicerina resultaba demasiado sensible y cualquier error podía llevar al desastre.
Cómo se inventó la dinamita
Alfred Nobel, continuó investigando nuevas maneras de mantener la nitroglicerina más estable, y finalmente la encontró. Mezcló la nitroglicerina con tierra de diatomeas y obtuvo una especie de pasta que contenía el explosivo, pero de una manera que ya no se movía como si fuera un líquido. Esto hacía que su manipulación resultara mucho más fácil y segura.
Las gotas de nitroglicerina estaban capturadas dentro la arcilla y no se movían libremente. Aquella pasta se podía colocar fácilmente envuelta en cartuchos de papel o cartón y se podía almacenar con mucha más seguridad.
La segunda parte era hacerla estallar. La solución fue poner un detonador con una pequeña cantidad de pólvora unido a una mecha. Al encender la mecha, la pólvora estallaba y era esta explosión la que hacía detonar la nitroglicerina contenida en la pasta.
En realidad, tal vez fue más brillante la idea del detonador que la de impregnar la tierra de diatomeas con la nitroglicerina. El resultado final era un explosivo que se podía fabricar y manipular de forma segura, pero que mantenía el gran poder de la nitroglicerina.
Pero la invención no era perfecta. La nitroglicerina tenía una cierta tendencia a desplazarse hacia abajo de la pasta y con el tiempo incluso podía gotear. Por eso hay que dar la vuelta cada cierto tiempo a los cartuchos de dinamita. Pero eso eran detalles menores comparados con los problemas que daba la nitroglicerina líquida.
Nobel bautizó su invento con el nombre de dinamita, del griego dinamos (movimiento) y ites (ignición). Y ganó una gran fortuna. También obtuvo muy mala prensa y se le culpó de los usos bélicos de la dinamita. Dolido por ello, decidió dejar su fortuna para crear la fundación Nobel que otorga los famosos premios cada año.
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Fuentes y bibliografía
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– AUTOR: CURIOSFERA-HISTORIA.COM
– FECHA DE PUBLICACIÓN: FEBRERO DE 2020