La historia de las gafas de sol, es más antigua de lo que imaginas. Sus antecedentes se remontan a más de mil años de antigüedad. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos su origen, quién inventó las gafas de sol, cómo ha sido su evolución con el paso del tiempo, y cómo se produjo su expansión y difusión por todo el mundo.
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Origen de las gafas de sol
Para conocer los orígenes de las lentes de sol debes saber, que ya en la Antigüedad se usaron objetos transparentes para tratar de proteger la visión: Nerón, en el siglo I, ya observaba el desarrollo de los espectáculos circenses, poniendo ante sus ojos una piedra preciosa de facetas curvas y caras cóncavas que corregían su miopía. Desde luego, no eran gafas, y menos de sol.
Las gafas o anteojos de lentes convexas aparecieron en Venecia en la segunda mitad del siglo XIII, aunque se sabía que también los chinos las utilizaban hacía tiempo. No eran gafas de sol, sino para la lectura. Fue un descubrimiento feliz, que alargó la vida útil de los eruditos medievales y copistas. Es cierto, que desde el siglo XI existía la lupa, pero ese instrumento requería una de las manos del escriba para leer y escribir.
Las primeras gafas de que hay memoria en Occidente, consistían en el montaje de dos lentes de berilo, una especie de cristal, que se engarzaban en círculos de madera o de hasta que se sujetaban sobre la nariz. No se había inventado todavía la patilla para apoyar las gafas sobre la nariz y las orejas, cosa que sucedió incomprensiblemente tarde, en 1746.
Quién inventó las gafas de sol
Las primeras gafas de sol las inventaron los esquimales, en el año 1000. Estaban fabricadas con hueso de animales y no tenían cristales. Contaban con una ranura muy estrecha para minimizar la luz cegadora del sol que se reflejaba en el hielo polar.
Por su lado, los chinos en el año 1200 inventaron una gafas de sol con cristales de cuarzo con una finalidad distinta a la actual. Desde antiguo, se sabía que el cristal se oscurece ahumándolo y que de esa manera se palían las molestias ocasionadas a los ojos por los rayos del sol.
Durante siglos los jueces chinos llevaban gafas de cuarzo ahumado, para ocultar sus ojos de las miradas del tribunal y del reo durante los juicios a fin de que no pudieran saber qué pensaba. No se usaban como gafas de sol, sino como ocultadores de la mirada.
Las gafas ahumadas llegaron a Italia desde China, hacia 1430. A mediados del siglo XV, su uso comenzó a ser tenido en cuenta como protector de los rayos del sol. Sin embargo, fueron muy poco conocidas y predominó el uso que los chinos le habían dado: ocultar la expresión de la mirada que a menudo, interpretada por quienes estaban habituados a los tribunales, podía adivinar la dirección en que iría un fallo o una sentencia.
Pero su popularidad no es anterior al siglo XX, en Estados Unidos, donde su primer uso fue exclusivamente militar. En 1930, las Fuerzas Aéreas de aquel país encargaron a la casa Bausch & Lomb, una serie de gafas capaces de proteger del sol más radiante los ojos de los pilotos. Las gafas deseadas tenían que ser capaces de defender al piloto del avión que volaba a gran altura.
Evolución de las gafas de sol
Desde la primera mitad del siglo XX, la industria óptica tuvo que perfeccionar un tinte especial de color verde oscuro que pudiera absorber la luz en la banda amarilla del espectro luminoso.
Se diseñó asimismo una montura especial, algo inclinada para que las gafas surtieran también efecto cuando los pilotos de los aviones miraban hacia abajo. Y como eran gafas que protegían de los rayos solares, se las empezó a llamar ray ban, es decir, barrera contra el sol. Ocho años después, el fundador de la firma Polaroid, Edwin E. Land, creó los cristales solares polarizantes capaces de anular todo tipo de reflejos.
Y un año después, el químico de la Corning Glass, R. H. Dalton, trabajaba en la elaboración de cristales sensibles a las variaciones de la luz, invento patentado en 1964, y puesto en el mercado tres años después con gran interés para el mundo de las gafas de sol.
Otro paso importante hacia el triunfo de las gafas de sol, fue el invento de los cristales irrompibles, o cristales orgánicos, en 1955. En la década de los 1960, se emprendió una campaña publicitaria para vender gafas de sol por parte de una compañía que fabricaba peines y productos relacionados con la óptica: la casa Foster Grant.
En cuanto a su evolución, el suizo P. Monnay, un vendedor de seguros de la ciudad de Ginebra, tuvo la ocurrencia de crear unas gafas de sol que al mismo tiempo servían como pluma estilográfica o bolígrafo que se disimulaba en una de las patillas de las gafas.
Y poco antes, una firma norteamericana había patentado las gafas de sol enrollables, capaces de filtrar los rayos ultravioleta. Animada por el auge que las gafas de sol experimentaban, la firma americana China Enterprises presentó en el Salón de los Inventos de Los Ángeles, unas famosas «gafasgemelos», que podían pasar de un uso al otro con sólo apretar un botón.
Expansión de las gafas de sol
Los fabricantes pronto se dieron cuenta, de que la fortuna estaba en las gafas de sol. Se incrementaron las ventas de forma espectacular por todo el mundo. El responsable de tan repentino éxito fue el tipo de publicidad utilizado: la campaña tenía un eslogan: ”Gafas de Sol de las estrellas”.
Las estrellas del cine y del deporte se mostraban luciendo el nuevo “complemento”, y aparecían las gafas en las caras de Peter Sellers, Anita Ekberg, Elka Somer y otros rostros conocidos de Hollywood. Todo personaje que se preciara, tenía que lucir unas gafas marca Foster Grant. Es más, con el tiempo, las mismas estrellas daban su nombre a determinadas gafas. Más tarde, en la década de los setenta, las gafas oscuras pasaron a ser más decorativas que funcionales.
Diseñadores de moda y una serie de actrices famosas, las promocionaron haciendo de este producto objeto de moda. Las mujeres comenzaron a coquetear con las gafas, a jugar con ellas en las manos para transmitir sentimientos o inclinaciones determinadas. Se podían ocultar asimismo tras ellas, lo mismo que antes lo habían hecho tras sombrillas, mantillas, abanicos o velos. Era necesario ocultar la mirada, ya que los ojos difícilmente engañan.
No lo hemos visto todo en gafas de sol, pero sea lo que fuere lo que nos queda por ver, acaso lo veamos a través de sus cristales. Incluso, se ha visto a estrellas de la música y a personas de la alta sociedad pasear con ellas bajo la luz de la luna, y es que ¡favorecen tanto a algunos rostros!, ¿verdad?
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Fuentes y bibliografía
– BAILEY, J. (1984). Small Inventions that make a big Difference (en inglés). Washington. National Geographic Society.
– CELDRÁN, P. (1995). Historia de las cosas. Madrid. La Esfera De Los Libros.
– DELPIERRE, M. (1995). Historia de la Moda. Barcelona. Edicions Indesinenter.
– ECO, U. (2004). Historia de la belleza. Madrid. Editorial Lumen.
– LIPOW, M. (2011). Eyewear. Gafas: Una Historia Visual. Colonia. Editorial Taschen.
– PHILLIPS, D. (2007). Inventos y descubrimientos. Madrid. Ediciones Dauro.
– SOLÍS, J.A. (2003). La verdadera historia de las cosas. La Coruña. El Arca de papel editores.
– AUTOR: CURIOSFERA-HISTORIA.COM
– FECHA DE PUBLICACIÓN: ABRIL DE 2020