Buda (566 a. C. – 486 a. C.), también conocido como Siddhartha Gautama, fue un meditador, ermitaño y sabio que plantó las bases de la religión budista. Durante 40 años proclamó sus ideas en el noroeste del subcontinente indio. Su doctrina está basada en un sistema con sufrimiento o sin sufrimiento (nirvaṇa). En CurioSfera-Historia.com, te explicamos la biografía de Buda.
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Introducción
Durante muchos siglos, la imagen de Buda se ha representado en tantas ocasiones su figura nos resulta tan familiar como cualquier otro elemento decorativo, incluso en Occidente (Buda de Bamiyan). Suele representarse sentado sobre sus piernas en actitud meditativa, con una protuberancia saliente en la lo alto de la cabeza y por un lunar entre las cejas. Vestido con un manto sacerdotal vaporoso y su rostro refleja una dulzura y serenidad verdaderas.
No obstante, hay algo que llama la atención: para ser un asceta que ha renunciado a los placeres del mundo y ha experimentado las miserias humanas, su gran barriga hace que parezca demasiado satisfecho y bien alimentado. Tradicionalmente, tenemos el convencimiento que los santos llevaban una vida de lucha y sacrificio en busca de la paz interior. Efectivamente, así era en la India del 500 a. C. en la que Buda vivió.
La idea de la purificación a través del sufrimiento era habitual entre los jóvenes de la época. Confusos y horrorizados ante la maldad de sus contemporáneos. Por ello, abandonaban a sus hogares, familias y se cobijaban en las montañas. Allí, sólo tenían un cuenco de madera para mendigar comida e iban vestidos con harapos.
Antes de convertirse en Buda, que significa «el Iluminado», Siddharta Gautama practicó estas costumbres corporales de sacrificio. Pero no tardó en llegar a la conclusión de que no tenían sentido alguno. Al fin y al cabo, se convertían en un fin en sí mismas y sólo beneficiaban al ermitaño. Acercaban al ser a la perfección, pero vuelto de espaldas a la humanidad. Veamos las épocas biográficas de Buda para comprender mejor su actitud.
Un origen principesco
El origen de Buda fue cortesano. Su padre fue el rey del clan Sakya y contaba con un maravilloso palacio en Kapilavastu, a orillas del río sagrado Ganges. Según la leyenda, a su madre Maya, la visitó un pequeño y adorable elefante de seis colmillos. Este animal sagrado le hirió en su vientre delicadamente sin causarle dolor.
Igualmente prodigioso fue el nacimiento de Siddharta Gautama, nueve meses después: se le apareció a su madre sobre una flor de loto en medio de una lluvia suave de pétalos. Buda bajó de la flor y dijo: «Superaré el nacimiento y la muerte y derrotaré a todos los demonios que acechan al hombre.»
Pero tan divina concepción y bello nacimiento no tuvo continuidad, por lo menos de inmediato. El joven Siddharta pasó una infancia mundana y una juventud despreocupada. Fue educado por los mejores maestros y aprendió multitud de habilidades totalmente inútiles pero muy placenteras, tal y como demandaba su condición aristocrática.
Con la edad, se enamoró de su prima Yasodhara, se casó con ella y tuvieron un hijo al que llamaron Rahula. Amor, cacerías y fiestas; una vida sin preocupaciones hasta que Buda cumplió veintinueve años. A esa edad, una negra noche de luna nueva, abandonó su palacio avisar a nadie.
Dicen las crónicas que ese fue el momento más triste de su vida. Miró a su hijo y a su esposa que dormían y estuvo muy cerca de caer en la tentación de permanecer a su lado. Pero con gran decisión y valor, giro la cabeza y se marchó.
Su afán era muy fuerte, y prefirió dejar la vida de príncipe aburrido para ser un importante príncipe de ascetas. Su desasosiego era mucho más fuerte que la vida lujosa que llevaba. La necesidad de saber derrotó a la las comodidades y Siddharta se dispuso a convertirse en Buda.
El camino hacia el conocimiento
Siddharta Gautama comenzó a peregrinar, ayunar realizar penitencias como un santón más. Predicaba las virtudes de su filosofía hasta a quién no quería escucharle. Observó en otras personas el dolor, la desesperación, las enfermedades, el desconsuelo, la vejez y la muerte.
De algún modo comprendió que estaba destinado a liberar a los hombres del miedo y la ignorancia. Entendió que éstos eran el origen del dolor y el sufrimiento, y el único camino para evitarlo era la sabiduría, el total conocimiento. Para conseguirlo practicó la meditación, el yoga y varios castigos físicos.
Pero pronto pudo comprobar que nada de ello daba resultado. Ningún padecimiento le trajo la revelación del secreto del Universo. El conocimiento del hombre no le daba la sublime clarividencia. Al contrario, tan sólo confundía su mente.
Para conocer qué causa el dolor, el sufrimiento no era necesario, o por lo menos no era lo único suficiente. Fue entonces cuando adoptó una actitud que se encontraba entre el ascetismo absoluto y las sensaciones producidas por los sentidos. Así, se refugió en la soledad y todo lo realizaba con moderación.
Desde nuestro punto de vista dietético y moral, es una decisión loable. Su castidad era total, comía una vez al día y sólo era arroz. Además, dormía muy poco y siempre estaba meditaba. Se propuso emplear la inteligencia como única arma (como el filósofo griego Sócrates); y renunció a los placeres moderados (como Epicuro). Así pretendía salvar al hombre de la esclavitud del miedo y de los dioses.
La gran revelación
Un día, Buda se sentó bajo una higuera sagrada y pensó: «No me levantaré de aquí hasta que consiga la sabiduría». Cuenta la leyenda que el malvado dios Mara, comprendiendo la el peligro y la gravedad que tenía este desafío. Por ello, le envió una gran cantidad de tentaciones. La más fuerte fue en forma de un trío de bellas mujeres que bailaron alrededor de Siddharta. Cuando éste levantó su mirada hacia ellas, la luz de sus ojos las convirtió en unas ancianas de sucia apariencia.
Al caer la noche entró en trance, y la luz acudió en su ayuda. Buda pudo entonces ver con claridad todos los efectos y las causas que rigen la vida y cuál era el camino para alcanzar la gloria y la salvación y la gloria. En la denominada primera vigilia de la noche se le entregó el conocimiento de sus existencias anteriores.
En la segunda vigilia se le dio el tercer ojo o visión divina. Al amanecer comprendió el saber omnisciente y todo el sistema de los diez mil mundos. Ahora era el iluminado, el que ha ido más allá, despertó pleno de sabiduría. Había nacido de nuevo y el Nirvana iba a ser su nueva patria.
El nacimiento del budismo
Con el alma dichosa y purificada, Buda comenzó a caminar deseoso de predicar y anunciar su mensaje de salvación. Para ello, reclutó a unos pocos discípulos y les convenció con uno de los más bellos discursos jamás pronunciados. Rápidamente, su fama y su voz y su fama se extendieron por todos lados. En muy poco tiempo consiguió convertir a muchos reyes desconfiados, famosos maestros, y a cientos de irreductibles ascetas misántropos.
La conversión con la que obtuvo más fama fue la de su primo Devadatta. Su primo le detestaba tanto como para preparar un plan para asesinarle y preparó un atentado. Cuando Buda atravesaba un desfiladero, Devadatta empujó una gran piedra en lo alto que cayó con estrépito. Tras un gran estruendo y densa polvareda, todos temían por la vida del maestro. Pero Buda salió indemne del atentado mostrando siempre con su eterna sonrisa.
Buda continuó predicando durante cuarenta y cinco años. Recorrió el valle del Ganges y visitó en diversas ocasiones su ciudad natal. Se levantaba cada día al alba y recorría unos veinticinco kilómetros, enseñando a todos los hombres sin esperar distinción ni recompensa alguna. Nunca fue molestado ni por los brahmanes, a los que se oponía, ni por gobernante alguno, ya que no era un agitador. El pueblo, atraído por su santidad y su fama, se agolpaba a su paso, salían a recibirle y llenaban su camino de flores.
El mensaje de Buda reconfortaba a las personas. Les inducía a ser una parte importante del Universo, y a la vez humilde. Les proponía el Nirvana como estado perpetuo e ideal de felicidad, y transmitía la paz sublime que nace de la comprensión.
Buda marca las bases del budismo
Buda jamás habló de dioses, pese a que su ascetismo era originario de las antiguas religiones. Su objetivo no era tranquilizar a sus semejantes con una nueva deidad o renovar ritos anteriores. Más bien quería que cada persona fuera consciente de su radical soledad y enseñarle que contra los males de la existencia ésta era la principal arma para luchar.
Al sustituir los sacrificios y las liturgias por la contemplación del mundo, Buda dio una gran importancia a algo muy similar a la oración privada e individual. Se valoraba la meditación por encima de todo, alabando el recogimiento y ubicando el corazón del hombre en el centro del Universo.
Su asombrosa tolerancia, fue otra de las causas de su éxito. No existe ningún dogma budista y, por lo tanto, ningún budista es perseguido por hereje. Al mirar atrás, entre siglos repletos de fanatismo y violencia, sorprende de Buda el sereno llamamiento que hace a la experiencia de cada hombre y a la razón.
Siddharta Gautama tenía ochenta años cuando sufrió una disentería sangrante tras comer un plato de carne de cerdo que le preparó el herrero Chunda, uno de sus seguidores más fieles. Sufrió la enfermedad con gran integridad y con un perfecto dominio de sí mismo. En ningún momento descuido su esfuerzo de propagar su palabra. Al poco tiempo, y consciente de que su hora se acercaba, se vistió con su manto amarillo y se acostó en un lecho de hojas.
Tumbado, continuó instruyendo a su discípulo predilecto, el silencioso y humilde Ananda, sobre las cuestiones relativas a la Verdad que le había sido revelada. Buda murió confiado y sereno, del mismo modo en que había vivido, en un suburbio de Kusinagara.
Cronología de la vida de Buda
A continuación te mostramos un resumen de la biografía de Buda en forma de cronología o línea del tiempo (timeline). De este modo no te perderás ningún acontecimiento importante de su vida:
- Año 566 a. C.: Nace Siddharta Gautama, BUDA, en Kapilavastu.
- Año 539 a. C.: Contrae matrimonio con Yasodhara.
- Año 537 a. C.: Nace Rahula, su único hijo.
- Año 534 a. C.: A los veintinueve años, abandona su familia para convenirse en un eremita errante.
- Año 533 a. C.: Se somete a penitencias extremas sin encontrar el resultado apetecido.
- Año 532 a. C.: Empieza a practicar una vida moderada y a buscar en la soledad la esencia del hombre.
- Año 531 a. C.: Alcanza la iluminación bajo una higuera sagrada.
- Año 530 a. C.: Convierte también a su padre, su esposa y su hijo.
- Año 528 a. C.: Sufre un atentado preparado por su primo Devadatta, del que sale indemne.
- Año 486 a. C.: Enferma de disentería y muere en los alrededores de la ciudad de Kusinagara.
Nota: Las fechas son aproximadas, dado que ninguna fuente coincide.
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