La batalla por la Ciudad de México tuvo lugar del 13 al 14 de septiembre de 1847. Se enfrentaron el ejército de Estados Unidos y el de México dentro del marco de la guerra mexicano-estadounidense. La victoria del general Scott frente al general Santa Anna facilitó el fin de la guerra pocos meses después. En CurioSfera-Historia.com, te contamos la historia de la batalla de la Ciudad de México.
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Datos de la batalla de la Ciudad de México
- Fecha: 13 y 14 de septiembre de 1847.
- Lugar: México central.
- Combatientes: Fuerzas de Estados Unidos contra fuerzas mexicanas.
- Unidades: 10.738 hombres los estadounidenses y 25.000 hombres los mexicanos.
- Objetivo: Conquistar y hacerse con el poder de la Ciudad de México.
- Resultado: El ejército estadounidense venció la batalla y conquistó la capital mexicana.
- Personajes protagonistas: El general de división estadounidense Winfield Scott y el general mexicano Antonio López de Santa Anna.
- Bajas: 900 bajas estadounidenses y 4.000 bajas mexicanas.
- Consecuencias: La conquista de la capital no supuso el final de la guerra, pero sí un duro golpe a las tropas y la moral mexicana. Esto facilitó la victoria de Estados Unidos en las siguientes batallas y el fin de la guerra.
Antecedentes y contexto
Las operaciones militares realizadas por Estados Unidos en las primeras fases de su guerra con México (1846-1848), al sur del río Grande, no tuvieron unos resultados decisivos. En octubre de 1846, el presidente James K. Polk decidió atacar directamente a Ciudad de México, la capital. Pero como demócrata que era, abrigaba serias dudas sobre el oficial mejor equipado para llevar a cabo esta peligrosa misión, el general de división Winfield Scott.
El presidente Polk sospechaba que el general Scott utilizaría una campaña exitosa como trampolín para presentar una candidatura presidencial whig (liberal) en 1848. No obstante, el 23 de noviembre de 1846, Scott recibió órdenes de comenzar a planificar la operación. El 9 de marzo de 1847 desembarcó con 10.000 hombres cerca del puerto de Veracruz. Después de un breve asedio de 20 días, tomó la ciudad.
Preparación y estrategia
La estrategia de Scott para la campaña de la Ciudad de México reflejaba métodos utilizados anteriormente más al norte. Las fuerzas estadounidenses avanzarían rápidamente al interior, utilizando el amplio espacio disponible, y tomarían sus objetivos sin demora antes de que los mexicanos pudiesen concentrar una fuerza para responder al ataque.
Para evitar la aparición de guerrillas que pudiesen poner en peligro a las vulnerables líneas de abastecimiento se trataría con relativa amabilidad a la población civil. El general Scott se enfrentó a grandes problemas logísticos porque su ejército tenía que coronar las sierras que se extendían ante ellos. Cuanto más avanzaban, más se alargaban sus líneas de comunicación con Veracruz.
Scott, a pesar de toda su presunción, tenía una gran habilidad militar y fue un aplicado estudiante de historia militar. Para ofrecer un asesoramiento detallado en el proceso de planificación, creó su «pequeño gabinete», el primero de campaña de la historia militar estadounidense. Entre sus miembros figuraban algunos de los oficiales jóvenes con más talento del ejército de Estados Unidos: Robert E. Lee, P. G. T. Beauregard y George B. McCIellan.
Marcha sobre México
El 10 de abril de 1847, el general Scott comenzó su marcha sobre Ciudad de México. Las largas columnas estadounidenses subieron penosamente los estrechos senderos de montaña, conscientes de que estaban a punto de participar en una aventura militar de dimensiones épicas.
El caudillo mexicano, el general Antonio López de Santa Anna, que combinaba la presidencia con el control del ejército, se apresuró a bajar desde el norte de México para bloquear el paso a Scott.
En una brillante serle de maniobras de desbordamiento, Scott expulsó a Santa Anna de sus posiciones defensivas fuertes en Cerro Gordo (18 de abril) y Contreras (18-20 de agosto). Scott se había visto obligado a esperar durante casi tres meses en Puebla hasta que terminasen los alistamientos de voluntarios, y no podía avanzar más sin refuerzos.
En agosto de 1847, Scott formo cuatro divisiones con 10.738 hombres. No eran demasiados, y Ciudad de México contaba con fortificaciones resistentes. Los accesos a la ciudad discurrían por terraplenes a través de extensos pantanos en los lechos de lagos.
Los puntos de entrada estaban cubiertos por líneas defensivas y fuertes (el más poderoso era El Peñón). Para defender la ciudad, Santa Anna contaba con 25.000 hombres divididos en tres ejércitos de campaña. El éxito de Scott en Contreras le permitió avanzar sobre la ciudad desde el sur y evitar El Peñón. Cuando Scott se acercaba a Ciudad de México, recibió una petición de armisticio por parte de Santa Anna, a la cual accedió.
Sin embargo, Scott estaba convencido de la falta de honradez de Santa Anna y sospechaba que los mexicanos estaban aprovechando la tregua para fundir campanas de iglesia para fabricar cañones nuevos en una fundición improvisada en Molino del Rey.
Scott decidió atacar al día siguiente. Logró tomar la posición, pero a un precio muy alto: perdió a 700 hombres; los mexicanos sufrieron unas 2.000 bajas y perdieron a 700 efectivos que cayeron prisioneros. Los oficiales de Scott no encontraron pruebas de engaño.
Asalto a la ciudad
Aunque fue un error, la toma de Molino del Rey llevó a las fuerzas estadounidenses hasta las mismas murallas de la fortaleza de Chapultepec. Scott decidió asaltar la ciudad sin demora. El día 12 de septiembre anunció que atacaría aquella misma jornada, pero el teniente coronel honorario Robert E. Lee le convenció para que esperase hasta la mañana siguiente, de modo que el bombardeo de la artillería tendría más efecto.
A las ocho de la mañana del 13 de septiembre, tres divisiones de Scott avanzaron para el asalto: John A. Quitman desde el sur, Gideon J. Pillow desde el sudoeste, y William J. Worth desde el oeste. La infantería utilizó escalas de mano para subir las murallas. Hacia las nueve y media, Chapultepec ya había caído en manos estadounidenses. Después, las divisiones de Quitman y Worth siguieron avanzando hacia las puertas de Belén y San Cosme, respectivamente.
Ambas puertas fueron tomadas por la noche. Scott abrigaba serias dudas sobre su capacidad de tomar la ciudad y mantenerla: había sufrido 900 bajas y se estaba quedando sin munición. Los mexicanos resolvieron su dilema. Santa Anna mandó un ejército desmoralizado que luchó con valentía pero que no logró mantener las plazas fuertes de Ciudad de México.
La rendición mexicana
El general Santa Anna decidió abandonar rápidamente la capital y retirarse al norte, a Guadalupe Hidalgo. El 14 de septiembre, Ciudad de México se rindió. Las tropas de Quitman marcharon sobre la Gran Plaza e izaron la bandera de Estados Unidos. Scott y sus hombres llegaron para el saludo en menos de una hora.
Las hostilidades continuaron durante varias semanas, ya que Santa Anna se negaba a tirar la toalla definitivamente. Intentó retomar Puebla y obligar a Scott a retirarse acosando a las líneas de abastecimiento estadounidenses. Sin embargo, fracasó en estas pequeñas operaciones del mismo modo que lo había hecho en las más grandes. Después de renunciar a la presidencia mexicana, el 11 de octubre fue retirado del mando militar.
La campaña de Scott contra Ciudad de México representa un gran logro de planificación y ejecución. Teniendo en cuenta la longitud de sus líneas de abastecimiento, un solo error podría haber llevado a la catástrofe, pero no hizo caso de sus temores. La coordinación y el acierto logístico de Scott fueron inmejorables.
Consecuencias y repercusiones
La victoria estadounidense en esta batalla y la conquista de la capital no supuso el final de la guerra. Pero sí que representó un golpe decisivo a las tropas y la moral mexicana, que favoreció la victoria de Estados Unidos en las siguientes batallas.
La guerra mexicana no terminó formalmente hasta el 2 de febrero de 1848, fecha en que se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo. México cedió más de la mitad de su territorio nacional, California y los territorios de Nuevo México.
Además, Estados Unidos se hizo con la frontera de río Grande (lo que suponía más de un millón de kilómetros cuadrados en total). A cambio, México recibió 15 millones de dólares más 3.250.000 dólares en concepto de indemnización por daños.
La guerra de México anunció la determinación de Estados Unidos de convertirse en la potencia soberana de Norteamérica. Facilitó el establecimiento de una república continental que abarcaba desde el Atlántico hasta el Pacífico.
Lamentablemente, al adquirir gran parte del nuevo territorio desde México, la victoria de Scott reavivó el debate local sobre su carácter futuro. ¿Esclavista o no? Estas cuestiones influyeron en el equilibrio norte-sur y, en última instancia, la crisis política de la década de 1850 terminaría en la catástrofe de la secesión y Ia guerra civil estadounidense.
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