El turismo organizado, viajar por placer, no es un concepto del todo moderno. Los antiguos viajaban también, aunque la mayoría lo hacían por necesidad, afán de aventura o razones científicas: caso de griegos y romanos. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos cuál es el origen e historia del turismo y su evolución en el tiempo.
Origen e inventor del turismo organizado
El inventor del turismo tal y como lo conocemos en la actualidad es el británico Thomas Cook en 1841. Este personaje había nacido en 1808 en el centro de Inglaterra. Había trabajado en una mina a la edad de nueve años, y a la de diez se ganaba la vida en diversos trabajos; muy joven se hizo misionero baptista.
A las doce del mediodía del 5 de julio de 1841, en la estación de Leicester este caballero organizó un viaje turístico. Era el primer viaje turístico organizado de la Historia: de Leicester a Loughborough. Cuando se le dijo que aquello era una extravagancia, contestó: “Un viaje debe estar calculado para evitar imprevistos”. Su finalidad era asistir a un mitin de carácter político-religioso.
Así, los primeros turistas modernos fueron quinientos miembros de una asociación antibebida, integrada por ex borrachos, ya que Cook había luchado a favor de los alcohólicos arrepentidos y era amigo de William Booth, fundador del Salvation Army, tropa bienintencionada que recaudaba dinero con fines filantrópicos.
Cook convenció en 1841 a la compañía ferroviaria Midland para que fletara un tren especial. Se hizo cargo de los gastos obteniendo en aquel paquete inicial suculentas rebajas, lo que le permitía ofrecer a precios muy razonables los viajes. Como es natural, anunció previamente sus intenciones y programa. Fue el primer viaje-excursión con publicidad previa. Y todo salió tan bien que Cook subscribió un contrato con la compañía ferroviaria en 1844, comprometiéndose a llenar sus trenes de pasajeros para cualquier destino.
Durante la Exposición Universal de París de 1855 organizó viajes hasta Calais; en 1856 organizó el primer gran tour turístico europeo, y cuando murió en 1892, su empresa tenía sucursales en todo el mundo. Dado el éxito de la empresa de Cook, la American Express creó el 5 de agosto de 1891 para los que viajaran en tren de manera organizada el cheque de viajeros o traveller’s check.
Primeras agencias de viajes
Realmente lo que inventó Thomas Cook fueron dos cosas: los tour operators y las agencias de viajes. Pero fue más lejos: Thomas Cook, cuyo nombre aparecía en buen número de vagones de ferrocarril destinados a su compañía, dejó los viajes organizados y se dedicó al trabajo de agencias en 1860. Creía que el público ya estaba preparado para viajar solo, utilizando el servicio de reserva de billetes de tren, hotel y visitas tanto en Inglaterra como en el resto del mundo.
Gracias a este servicio el turismo se potenció a finales del siglo XIX. A ello contribuyeron también las conquistas sociales que ganaron para el obrero el derecho a vacaciones pagadas; y la mejora de un medio de transporte por antonomasia: el tren, que llevó en masa a la gente de las ciudades a playas y destinos lejanos.
El turista empezó a ser un habitual del paisaje: suponía dinero y negocio. La autoridad no preguntaba al forastero “qué se le había perdido por allí”, ni le aplicaba la ley de vagos, desde luego. Desde entonces se podía decir: “Hago turismo”.
Cómo se viajaba en la Antigüedad
Con anterioridad al Imperio Romano viajar entrañaba dificultades. No siempre existía una calzada, se carecía de puentes, se desconocía los itinerarios, y las rutas frecuentadas estaban llenas de peligros, entre ellos los saltadores de caminos y las fieras.
Los caminos eran de tierra, a menudo herederos de las vías de comunicación o de pastores del Neolítico. La más antigua de las cuales en Europa, es la Vía de la Plata, que cruza el oeste peninsular a través de Andalucía, Extremadura y el antiguo reino de León hasta el Cantábrico.
Los primeros puentes, de madera, eran vulnerables a la acción de los elementos, y los caminos de montaña eran muy estrechos y nadie sabía lo que podía esperarse en cualquiera de sus muchos recodos.
La primera carretera pavimentada no es anterior al siglo IV a. C.: la Vía Apia, llamada así por su constructor, el censor Apio Claudio. Iba de Roma a Capua y luego se prolongó hasta Brundisium, con unos quinientos kilómetros de calzada de ocho metros de anchura, toscamente pavimentada, por la que los carros no corrían a más de diez kilómetros por hora.
Pueblos más viajeros de la Antigüedad
Los antiguos griegos viajaban a menudo por motivos religiosos: las visitas a santuarios famosos como Eleusis. Con motivo de las grandes fiestas que en Grecia eran un elemento social por razones familiares, y sobre todo para visitar a los amigos. También los Juegos Olímpicos desplazaban grandes cantidades de griegos desde Asia Menor y sur de Italia hasta la madre patria.
La cultura de la hospitalidad estuvo firmemente arraigada en aquel tiempo. Los viajeros eran recibidos con alegría, su presencia suponía novedad y fuente de noticias, de hecho no había otra forma de saber lo que pasaba. Todo aquello cambió en el siglo II, en que el Imperio Romano ya contaba con cien mil kilómetros de carretera, a cuyos márgenes había estaciones de descanso para viajantes y caballerías, fonda, guarniciones militares.
Por entonces, hacia el siglo III después de Cristo existía una infraestructura de carros para pasajeros: los pilentum, carruajes lujosos para gente de importancia, y los lujosos carruajes para damas llamados carpentum, algunos de los cuales incluso tenían espacio para poner una cama. Habían posadas o mansiones de pueblo en pueblo, así como itinerarios o mapas donde junto con la información viaria se daba noticia de las cosas de interés que había que ver en el camino y ciudades que se pasaban.
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Fuentes y bibliografía
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– AUTOR: CURIOSFERA-HISTORIA.COM
– FECHA DE PUBLICACIÓN: ABRIL DE 2020