Los primeros crucigramas de la historia aparecieron en Inglaterra en el siglo XIX, pero eran tan elementales, que hoy no los tendríamos por tales. Se utilizaban también en los libros escolares con fines didácticos. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos la historia del crucigrama, quién lo inventó, y cómo ha sido su evolución y expansión por todo el mundo.
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Quién inventó el crucigrama y en qué año
El creador del crucigrama es el periodista norteamericano Arthur Wynne, el 21 de diciembre del año 1913. Este redactor del Fun, suplemento de pasatiempos y entretenimientos del rotativo neoyorquino New York World. Se hizo en vísperas de Navidad con propósitos semejantes a los actuales crucigramas.
Wynne, nacido en Liverpool y emigrado a Estados Unidos muy joven, tenía algún libro de los publicados en Inglaterra en el XIX, e introdujo algunas novedades para crear un pasatiempo nuevo: los espacios en negro por una parte, y las definiciones por otra. Las palabras tenían que ser deducidas por el lector, que tenía también que ordenarlas y colocarlas en su lugar.
Como hemos comentado, el primer crucigrama apareció en el Fun, en el número del 21 de diciembre de 1913. No se presentaba como invento nuevo, sino como uno más de los llamados ‘ejercicios mentales’, nombre que recibían los pasatiempos de esa naturaleza.
Origen del crucigrama
Más que iniciativa de Wynne, fue su jefe quien le pidió que ideara un pasatiempo inteligente para sus lectores. El periodista, sacó del baúl de sus recuerdos una especie de rompecabezas que su abuela le había enseñado en Inglaterra: el “Cuadrado Mágico”, y es considerado el antecedente del crucigrama.
Aquel pasatiempo aprendido en la niñez, consistía en un grupo de palabras que era necesario disponer de manera que pudieran leerse vertical y horizontalmente. Sin embargo aquel juego era una sopa de letras que el lector tenía que ordenar, más que un crucigrama.
Primeros crucigramas de la historia y su evolución
Los primeros crucigramas eran muy sencillos, de fácil deducción, ya que sólo incluía palabras muy conocidas, no obstante lo cual gozó de un éxito instantáneo.
A los pocos meses aparecían crucigramas en muchos periódicos americanos y en 1920 no había periódico estadounidense que no los ofreciera a sus lectores. Del rotativo saltó a los libros, y en 1924 la casa editorial Simmon & Schuster sacaba el primer libro de crucigramas al mercado.
Tal fue el favor y acogida de este tipo de juego intelectual o pasatiempo culto que aquel mismo año los cuadernillos y libros de crucigramas alcanzaban las listas de los best-sellers. Ello llevó consigo el incremento en ventas de todo tipo de diccionarios.
Incluso aparecieron los vocabularios o listas de “palabras de crucigramas” para ayudar a su solución, ya que cada vez se fueron haciendo más complicados. Competían unas revistas con otras, organizándose concursos, premios y todo tipo de incentivos para quien fuera capaz de resolver el crucigrama de la revista, periódico o publicación en cuestión.
Expansión y difusión de los crucigramas
Los crucigramas llegaron a Europa en el año 1925. Inglaterra fue su puerta de entrada. Era natural, allí había nacido el “Cuadrado Mágico”, antecedente del crucigrama. Los sociólogos de la época hablaron de la “crucigramanía”, afición obsesiva que influyó incluso en la caída de venta de mazos de cartas o naipes para hacer solitarios. La gente prefería ahora pasar el tiempo haciendo crucigramas.
El número de quienes cultivaron el pasatiempo creció tanto, que antes de 1930 había crucigramas en todos los idiomas, en todos menos en aquellos donde la peculiaridad de sus alfabetos no lo permitía, como el chino o el japonés.
Fue asimismo un instrumento educativo, y muchos profesores de idiomas, incluso de lenguas como el latín y el griego, echaron mano de él a la vez que recomendaban su práctica para incrementar el vocabulario personal e ir conociendo de esa divertida manera más y mejor el idioma propio.
Durante la década de 1930, saltó al mundo de la moda: zapatos, vestidos, corbatas, joyas y bolsos de señora y una amplia lista de cosas se adornaban con motivos procedentes del ámbito del crucigrama. Se inspiraban en él como motivo todo tipo de pavimentaciones, azulejería y mobiliario. Su éxito fue en aumento hasta hoy, en que se cuenta entre las más populares formas de llenar los momentos de ocio que da el tren, el autobús y el metro.
Hijos de este juego de inteligencia y competencia lingüística sería el criscross, inventado en 1931, por Alfred M. Butts, en el que los participantes tenían que componer una especie de crucigrama sobre un cartón con la ayuda de letras de madera. Pasatiempo que a su vez generó el juego del scrabble en 1948, idea del también norteamericano James Brunot. En cualquier caso, es un pasatiempo o juego que nos acompaña desde hace más de un siglo y ni siquiera las nuevas tecnologías han podido disminuir su afición, más bien todo lo contrario.
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