La historia de la mermelada o confitura, es de las más dulces que existen. La necesidad de conservar la fruta, tuvo como resultado uno de los alimentos más dulces y ricos que podemos comer. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos el origen de la mermelada, también quién la inventó y cómo ha sido su evolución en el tiempo.
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Quién inventó la mermelada
Según recientes estudios históricos, los inventores de la mermelada fueron los Antiguos Egipcios. Los confiteros de Ramsés II el Grande, elaboraban hace tres mil trescientos años confituras de fruta, hierbas y especias que terminaron siendo muy populares en el Egipto faraónico. La conserva de frutas era muy estimada ya en la Antigüedad.
Origen de la mermelada
Hace miles de años era necesario sacar partido a la fruta, elemento perecedero, conservándola, lo que se conseguía utilizando la miel: el alimento embadurnado con esta sustancia no se corrompía, sino que de hecho se conservaba (el cadáver de Alejandro Magno fue conservado en miel para su traslado de Oriente a Macedonia en el 323 a. C.).
Entre los productos más adecuados para ello, estaban algunas frutas por su jugosidad y carnosidad, como el albaricoque, fruta que conoció diversos procedimientos para su conservación. Secada al horno, oreada al sol o al aire para hacer orejones o partida en dos. Ya extraído el hueso para echarla en agua hirviendo y meterla en vasijas con agua almibarada para ser luego guardada en frascos de cierre hermético.
La forma de alargar la vida de estos productos eran los jarabes, confites, cremas, mermeladas que hacían las delicias en la mesa del mundo antiguo. En la antigua Grecia y puntos de Asia Menor se confeccionaba con el dátil golosinas riquísimas rellenándolo con piñones y almendras.
Evolución de la mermelada
Cuando empezó a utilizarse el azúcar, ya en la Edad Media, confitar era tarea que se llevaba a cabo cubriendo con un baño de azúcar las frutas que se querían conservar y cuyo resultado era el confite. Una golosina que no faltaba nunca en los aparadores de las buenas casas, metida en confiteras o vasija junto a las grageas, caramelos, mermeladas, arropes, almíbares e incluso las especias.
Cuando había visitas de importancia se abrían aquellos tarros olorosos y se impregnaba con su aroma el ambiente advirtiendo al invitado que a los postres degustaría aquellas exquisiteces. La confitera, a modo de gran copa cubierta colocada sobre bandeja ovalada y acompañada de cucharillas, era siempre la pieza cerámica más ostentosa.
Las había de oro con esmaltes y blasones o escudos de la casa. Estas adornadas con piedras preciosas, y junto a ella una especie de recipiente contenía las delicadas servilletas que las damas remilgadas llevaban a la comisura de los labios tras degustar aquellos delicados manjares.
Con esas delicada servilletas, se limpiaban también los dedos quien tomaba con las manos el confite, e incluso se limpiaba la cucharilla, que ya no se lavaba. Había un criado, que se llamaba especiero, destinado a servir el confite que en la Corte de Carlos I de España. En aquel tiempo las confiteras eran obras de arte suntuario.
A los caballeros y damas que se sentaban contiguos en un banquete se decía que intimaban o comían en un mismo plato, o que mordían un mismo confite. De donde se dijo “estar a partir un piñón”, es decir, que se reparten la pasta de piñones y azúcar en forma de pequeña pirámide o cucurucho.
En origen los confetis eran piezas alimenticias menudas y delicadas que se ofrecían para regalar y obsequiar a la persona que se quería agasajar, o que se sacaba de manera extraordinaria para recibir en ocasiones especiales. Tanto una cosa como otra evocan un ambiente festivo, ocasión de alegría, de jolgorio, de acontecimiento familiar memorable. El sentido original del término es el de confite o dulce de fruta confitada.
Etimología de la palabra confitura y mermelada
Confite y confetto son la misma cosa en origen. Pasta de azúcar en forma de pequeñas bolas o pastillas de distintos tamaños y figura. En Castilla estaba tasado su precio, según se deduce de las pragmáticas del siglo XVII, y había gran mercado para esta golosina, que en bautizos y celebraciones familiares de carácter social se lanzaban a la chiquillería.
La palabra mermelada proviene del término portugués marmelada, cuyo significado es “confitura de membrillo”. Tanto en gallego como en portugués, membrillo se dice marmelo, que proviene a su vez de la voz en latín melimelum (un variedad de manzana). Del mismo modo, melimelum proviene del griego melimelon = manzana).
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Fuentes y bibliografía
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– AUTOR: CURIOSFERA-HISTORIA.COM
– FECHA DE PUBLICACIÓN: FEBRERO DE 2020