Tras el final del Imperio Romano en el siglo V, comienza la Edad Media. La música medieval pasó a tener una función didáctica. La Iglesia se convirtió en garantía de la estabilidad y del orden social y extendió su autoridad a todos los ámbitos culturales. En CurioSfera-Historia.com, te explicamos el papel de la música en la Edad Media.
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Géneros de música en la Edad Media
Como la pintura mural y como la arquitectura y la escultura románicas, en la Edad Media la música tuvo una finalidad didáctica: inculcar en el pueblo creyente la actitud de oración y de contemplación. Básicamente existieron dos géneros musicales en la Edad Media, la música religiosa y la música profana.
Música religiosa
Dentro de la música religiosa medieval podemos encontrar tres tipos principales. Además del gregoriano, canto oficial de la Iglesia, hubo en la Edad Media otras manifestaciones de música religiosa, entre las que destacan las laudas y las cantigas. A diferencia de la música grecorromana, la música religiosa representó durante toda la Edad Media el arte sabio y refinado.
El gregoriano
El canto gregoriano o canto llano es música vocal religiosa sin acompañamiento instrumental (a capella). Varios cantores entonan al unísono una única melodía, o monodia, con texto en latín, ritmo no sujeto a acentos regulares y que se desarrolla en un ambiente sereno y altamente espiritual, apropiado a su objetivo de transmisión de la palabra sagrada.
El gregoriano fue el canto unificado de todos los monasterios y nació precisamente para fortalecer el sentimiento de unidad cristiana de Europa. Estuvo siempre apoyado por textos en latín, que era la lengua universal.
Ver el origen del canto gregoriano
Las laudas
Las laudas son cantos populares devotos escritos para cantar en lengua romance. Su creación se atribuye a San Francisco de Asís, fundador de la orden de los franciscanos.
San Francisco había sido en su juventud trovador y, una vez consagrado a Dios, utilizó el canto propio de los trovadores para expresar su amor a la naturaleza y para elevar así su espíritu con la oración. La música no gregoriana del período románico, tanto religiosa como profana, era monódica. Es decir, constaba de una única melodía, como el canto llano.
Las cantigas
Las cantigas son cánticos en lengua romance dirigidos a la Virgen María. Constituyen el monumento musical más importante con el que España contribuyó a la cultura de la Edad Media, Alfonso X el Sabio nos legó 417 cantigas, escritas en gallego. Las Cantigas religiosas de Alfonso X pueden agruparse en dos tipos:
- de milagros, o narrativas.
- loores o cantos de alabanza, de contenido similar a las canciones de los trovadores, pero en las que se sustituye la dama por la Virgen.
Música profana
Paralelamente a la música religiosa se desarrolló también una música profana, es decir, no religiosa. Servía a la sociedad profana, que pasaba sus veladas en las largas noches de los castillos y que estaba mucho más fragmentada que la sociedad religiosa.
Surgió una música popular cantada y acompañada con instrumentos por los juglares y los trovadores. Es la denominada música profana.
Esta música estuvo apoyada por textos en lenguas romances, generalmente versos para cortejar a una dama o para cantar los amores a la dama ausente. Al igual que el gregoriano, esta música quedó escrita, garantizándose así su supervivencia hasta nuestros días.
Las primeras canciones no religiosas de que tenemos noticia son de los siglos XI y Xll, están escritas en latín y se les da el nombre de canciones de goliardos. Los goliardos eran estudiantes y frailes que habían abandonado sus conventos; vagaban por el mundo, de una escuela a otra, antes de la fundación de las primeras universidades, llevando una vida desordenada, criticada por las buenas gentes.
Clerici vagante es el nombre que se les daba en la época y sus canciones cuentan historias jocosas de tabernas y amoríos, en las que se hace burla de las cosas consideradas serias. Las diferencias entre esta lírica profana y el canto gregoriano son importantes.
- La mayoría de sus canciones son de tema amoroso.
- No emplean el latín, como en el canto gregoriano, sino las nacientes lenguas vulgares como el francés, gallego, castellano…
- Su música tenía un ritmo mucho más marcado que el gregoriano y se acompañaba con distintos instrumentos.
Los juglares
Los protagonistas de la canción popular durante la Edad Media fueron los juglares, gentes de origen social humilde. Los juglares erraban de pueblo en pueblo ganándose el sustento con la prestidigitación o la exhibición de animales amaestrados, pero también con la música, cantando canciones de gesta o música de trovadores.
Los trovadores
La música profana medieval está representada por los trovadores. Inmersos en la cultura caballeresca de la época, estos músicos poetas desarrollaron una lírica muy expresiva, sencilla, espontánea y, a la vez, preocupada por la forma. El arte trovadoresco se inició en Francia y se extendió rápidamente por Europa, principalmente por Alemania, Italia y España.
El nacimiento de los trovadores tuvo lugar en el sur de Francia a finales del siglo XI; medio siglo después surgieron los troveros en el norte y centro de Francia.
Durante los siglos XlI y XIII cundió en Alemania el movimiento de la trova bajo el nombre de minnesang. Los trovadores, pues, recibieron nombres diversos según el lugar y la lengua en que cantaban.
- Los trovadores utilizaban la lengua de oc.
- Los troveros utilizaban la lengua de oil.
- Los minnesang cantaban en alemán.
Las formas musicales empleadas por estos músicos eran muy variadas: lamentaciones, romances, baladas, virelais, etc. En cuanto a los temas, cantaban al amor humano, al honor, a la fidelidad y, sobre todo, a la dama, generalmente ausente, que cautivaba su corazón.
Solían acompañarse de instrumentos de cuerda o de percusión: violas, laúdes, arpas, etc. Pero también utilizaron instrumentos de viento, como el oboe, la gaita, la dulzaina y la bombarda. Recientemente se ha descubierto el cancionero del gallego Martín Codax (siglo Xlll), con cantigas profanas de gran fuerza lírica, las denominadas Cantigas de amigo.
El nombre de las notas musicales nació en la Edad Media
La primera forma de escritura musical se dio en la Edad Media entre los siglos VIII y IX, y hoy se conoce como escritura neumática. Los neumas, palabra que significa «aire» en latín, no eran notas, sino signos elementales que se colocaban sobre cada silaba del texto y que servían de gula para recordar la melodía que debía ser cantada, perteneciente a un repertorio conocido de antemano.
En el siglo X comenzaron a usarse líneas para señalar con cierta exactitud la altura de los sonidos musicales. Al principio, una línea roja trazada en el pergamino señalaba el sonido Fa, y servía como referencia para los demás sonidos. Luego se añadió una segunda línea para el sonido Do.
En el siglo XI, el monje Guido d’Arezzo introdujo dos novedades importantísimas para la escritura musical, estableciendo el tetragrama (4 líneas) como base del sistema de escritura, y dando nombre a las notas al poner música al Himno a San Juan Bautista, cuyo texto en latín dice lo siguiente:
UT queant Iaxis
REsonare fibrís
Mira gestorum
FAmuli tuorum
SOLve pollutí
LAbii reatum
Sancte loannes (este último verso se añadió más tarde).
Este himno se traduce así: «Para que tus siervos puedan volver a cantar debidamente la maravilla de tus obras, limpia nuestros labios manchados por el pecado, ¡oh San Juan!».
Para algunos autores, se trataba de un himno que los cantantes de la época dedicaban a San Juan para que los protegiese de la afonía. La melodía de Guido daba a la primera sílaba de cada verso un sonido diferente, que coincidía con los sonidos de la escala. Con el tiempo, la primera sílaba se cambió por Do y se añadió el Si de Sancte loannes.
Ver el origen de las notas musicales
La cultura y el arte musical en la Edad Media
La Alta Edad Media fue un período de escaso desarrollo cultural. La Iglesia era depositaría de la cultura, y los monasterios eran focos donde se conservaban y copiaban las obras antiguas y desde donde los monjes salían para predicar y enseñar a los campesinos.
Muchos monasterios organizaron escuelas monacales en las que se enseñaban el trivium y el quadrivium. La reforma monástica de Cluny (siglo X) y la reforma del Císter (siglo XII) contribuyeron a unificar todos los monasterios de Occidente. A la reforma de Cluny está ligada la expansión del arte románico, verdadero elemento unificador de Europa cuando estaban naciendo las lenguas romances que fraccionaban la unidad cultural del latín.
Arquitectura y música en la Edad Media
La arquitectura de la baja Edad Media (siglos XI-XV) desarrolló dos estilos, llamados románico y gótico. La evolución de la música medieval puede verse como un reflejo de ambos estilos arquitectónicos. El románico y el gótico simbolizan momentos diferentes en el desarrollo de la sociedad medieval, coincidiendo respectivamente con el fenómeno del feudalismo y con el nacimiento de las ciudades y la vida urbana.
El arte románico
Florece entre los siglos XI y XIII, produce edificios macizos y en penumbra, de gruesos y pesados muros, sin apenas orificios que permitan la entrada de luz exterior, arcos de medio punto y escasa elevación. Esta arquitectura era la expresión de una sociedad de fuertes creencias y muy inclinada al aislamiento y a la contemplación. Las peregrinaciones religiosas contribuyeron notablemente a la internacionalización del arte y música románica.
En torno a las rutas de peregrinos se levantaron algunos de sus principales templos y monasterios. Buen ejemplo de ello son los que se levantan a lo largo del Camino de Santiago: San Isidoro en León, San Martin de Frómista y la propia catedral de Compostela.
El arte gótico
Surgió en Francia y se desarrolló entre los siglos XII al XVI. Refleja una actitud espiritual y un gusto completamente distintos. El ansia de elevación y luz, el horror a lo macizo caracterizan a este estilo.
Torres de flechas que se elevan hasta lo más alto, arcos apuntados en ojiva que semejan dos manos unidas en oración y amplísimos vanos con vidrieras que representan lo opuesto a las minúsculas ventanas románicas, a veces simples saeteras, son características de este estilo.
Si la obra representativa del románico es el monasterio, el edificio donde el gótico alcanza su expresión más plena es la catedral, que se levanta en el centro de la gran ciudad, y cuya altura y magnificencia es el orgullo de sus ciudadanos.
El canto gregoriano, con su hierática y serena melodía, es el producto de una sociedad que estaba convencida de que el hombre vive para Dios y para la eternidad. Lo mismo puede decirse del románico. El paralelo del estilo de la música del gótico es la polifonía, música a varias voces que ascienden y descienden dinámicamente, elevándose hacia las alturas.
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